sábado, 15 de octubre de 2011 in

Zarzosa, las migas de pastor, la caldereta y la Ermita de Nuestra Señora de Canalejas.

Zarzosa, las migas de pastor, la caldereta y la Ermita de Nuestra Señora de Canalejas.


"Yo escribí estos versos, otro se llevó los honores
así vosotros no nidificáis para vosotros mismos, pájaros,
así vosotras no lleváis la lana para vosotras mismas, ovejas,
así vosotros no hacéis miel para vosotras mismas, abejas,
así vosotros no lleváis el arado para vosotros mismos, bueyes." (Virgilio)

Cuando el viajero se acercó ayer a Zarzosa recordó esos versos de Virgilio que le resumían, hasta encontrarse con Ramón el alguacil y José Mª el alcalde, todo el faenar para cuidar toda una tradición que si no se recupera la perderemos, mas hoy, de momento, no se ha perdido. Todavía hay un pueblo, que aunque con diez almas, un alguacil, un alcalde y ocho vecinos más que la están sintiendo. 


El viajero ayer tuvo motivo para alegrarse al encontrarse, casi de bruces, con Ramón Sieira un gallego que ha encontrado habitáculo por estas tierras y pace en este pueblo bordeado por el seco y agostado río Manzanares y que, de continuar la sequía que azota estas alturas, va a dejar como un auténtico secarral los bellos parajes de hayedos multicolor que en estos días de otoño despliegan y nos muestran toda su belleza.


Decía que me había alegrado, y es cierto, porque ese gallego que ejerce de alguacil, con todas las bendiciones de otros oficios, me puso en contacto por medio de su teléfono inteligente con el alcalde de este concejo abierto que el viajero conoce desde tiempos atrás, que hacía bastantes años que no veía y que responde, siempre que se le llama, al nombre de D. José Mª Sáenz Blanco y que está dejando la Villa más arreglada y lucida que un San Luis.



El  viajero se ha quedado maravillado por el empedrado de sus calles, por la limpieza del entorno, por los paseos y por sus parques, por el entorno de la iglesia, que con el tiempo deberá reconstruirse y también por las hermosas sendas que conducen hasta el hayedo y la ermita de Nuestra Señora de Canalejas, que cuando se concluya la obra de la futura hospedería, que el viajero ha visitado, va a proporcionar al entorno ese encanto de ser un pueblo con vida, esa vida que atesora el encanto no solo de los fines de semana , sino de una continuidad permanente.
 

Zarzosa es simplemente un concejo abierto un municipio con 14 almas y que ha vestido desde 1366 las galas donadas por el Señorío de Los Cameros al cederlas Enrique II de Trastámara a Juan Ramírez de Arellano por su apoyo  contra Pedro I el Cruel. Siendo aldea quiso independizarse de Munilla y lo consiguió previo pago a los condes de Aguilar e Inestrillas de ocho mil quinientos reales, casi nada en 1708,  y aproximadamente alrededor de 12 euros en moneda corriente de  los tiempos por los que todos andamos.
Dejó de ser aldea, para convertirse en villa, con un censo de alrededor de trescientas almas y lograr adquirir la categoría de villa que hasta se convirtió en industrial contando con una fábrica de paños y tintes. 


Eso fue el ayer. El hoy es otra cosa, es una villa consolidada con sabor de otoño, enclavada en una sierra cuyas laderas ya están teñidas de esa estación y por las que el viajero ha podido adentrarse y embriagarse de esa sensación de disfrutar de unos parajes, unas gentes y tradiciones y una gastronomía sin que corran las manecillas del reloj.

Si los amigos lectores de esta Medusa, desean alejarse de las prisas y del ruido que nos priva de atender a la tranquilidad y están deseosos de buscar sabores y lugares bucólicos que nos recuerden esa vida feliz, pausada y sin agenda, ¡por favor! trasládense a Zarzosa a disfrutar de las IV jornadas de la comida pastoril con unas sencillas migas pastoriles y caldereta que, durante siglos, dejaron testimonio en el paisaje y en la cultura de la zona, como resto histórico de su gastronomía. 

Fotografías de La Medusa Paca copyright ©

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