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sábado, 27 de enero de 2024 in

VIVIR CON UN ADIOS

 

 


Parece que aún estamos
allí.
Y en tu silencio sonriente
vagamos
por la casa
lo mismo que encantados.” (Juan Ramon Jiménez)

 

VIVIR CON UN ADIOS

 

¡Que seas dichosa! Ese fue el deseo.

¡Que seas dichosa! Esa es mi esperanza;

y allá en los trópicos sea tu deseo

soñar de dulzuras, amor y esperanzas.

 No sé si es que ha sido realidad o ensueño;

no sé si tu imagen es alma o ilusión;

no pongo en saberlo ni tesón ni empeño,

es, algo que ha sido pregunta y ficción.

Fuimos madre e hijo en horas pasadas,

ornamos la casa en tarde estival,

ilusos tejíamos quimeras doradas,

sombras que eran sombras de algo fantasmal.

 Cobijo en mi alma del tiempo lejano

que juntos pasamos, recuerdo sutil;

te tengo ternura, cariño de hijo

que unidos vivimos época infantil.

 Ni duda, ni ansia de pasión bastarda

dejaron su insidia en mi corazón.

Como algo muy tenue mi recuerdo guarda

de aquello que ha sido, bruma de ficción.

Casi yo era un niño y me protegías,

las manos unidas, callados los dos.

Afecto era aquello, amparo de madre.

 

Al irte, quedé sólo,

viviendo con tu adiós.

 

PRJP. En 27 de enero de 2024. Cuando hace tantos años que marchaste.

 

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©.

 

sábado, 20 de enero de 2024 in

Por San Sebastián, un pasito de galán

 




“La que araña los luceros

y se ciñe los encajes

de las nubes a los zancos datileros. (Miguel Hernández)

 Por San Sebastián, un pasito de galán

Resaca, Morena, Pigargo, Gabiola, Tú y yo, Habana, Coqueta, La Zorra, Carmina, Roñoso, Ramales, Raquero, Nubero, Rayo, La Gaviota moribunda: barcas y barcos amarrados a sus anclas, en su fondeo, en el luminoso amanecer de este día de san Sebastián, enero de 2024.

 Este mundo termina cada invierno porque da vueltas en medio de lo oscuro.
Hay estaciones: primavera, verano, otoño, ahora. Las cosas tienen un alma para cada una.

Llueve, nieva, sopla el viento, hiela, o no.

Y no todo se repite. Es el “Panta Rhei” que Platón le atribuyó a Heráclito.

Escojo estos días para pensar que el mundo se acaba y empieza.

Entonces me pongo alegre y triste.

Ya es mediodía y, desde la cristalera de mi habitáculo, contemplo once palmeras y me concentro con Miguel Hernández: La palmera levantina, /la que otea la marina, / la mediterránea era.” Un árbol de oro. Este es el mundo que nos ha tocado vivir.

 A celebrar san Sebastián tocan. Vale.

 

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

 

sábado, 13 de enero de 2024 in

¡OH, LA NIEVE!

 

 



En multitud de ocasiones he soñado con despertar un día en medio de una nevada apocalíptica, sin más acompañamiento que el de la sinfonía del silencio. Y, también, sentirme preso de esa clase de espejismos. No sé quién lo dijo y acertó: “lo más sonoro de la nieve es su estruendoso silencio”. ¿Quién no lo ha comprobado? La naturaleza se detiene, dejan de volar los pájaros, palidecen los árboles y las sombras se acoplan detrás de la luz formando un todo uniforme y prolongado.

 Hubo un tiempo en que todos los inviernos nevaba intensamente y los niños combatíamos el aburrimiento haciendo muñecos de nieve con una zanahoria en la nariz y una escoba sostenida por ese brazo ortopédicamente congelado. A veces sucedía que la nieve llegaba sin avisar y entonces se convertía en un bucle y pasaba lo que pasaba. Todavía, en ese mi sueño, hay personas y aperos haciendo caminos entre ventisqueros de los cuatros puntos cardinales del “Puerto” de mi pueblo que es Grávalos.

¡OH, LA NIEVE!

 

La Dehesa de camino

en su llanura nevada,

hoy su campo está divino

con humedades ganadas. (PRJP)

 

¡Oh, las nieves!

 

Necesitaba

que la suave nevada

llenara esos huecos vacíos

de los campos baldíos,

hasta cotas aupadas.

Necesitaba

calentarme las manos

con su frío prendido,

escuchar la voz enjuagada

de los arroyos nuevos,

volver a descubrir

la extrema sencillez.

Necesitaba

regresar al enigma

remoto del silencio.

 

¡Oh, las nieves!

La nieve sigue cayendo

sobre su bella llanada,

el frío lo voy sintiendo

sin respetar la calzada. (PRJP)

 Remato el poema. Cae la noche, fría y clara. La miro y querría volverme hacia adentro, a pedirles calor a las cosas pequeñas.

 PRJP. Una tarde en el que un espeso nublado me hizo recordar nevadas olvidadas. Segunda semana de enero de 2024.

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

 

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