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miércoles, 30 de octubre de 2013 in

El Icue y…cuando el Cartagena ya contagia miedo





El Icue y…cuando el Cartagena ya contagia miedo

“El miedo cultiva miedo”. (Byron Janis)

Querido Icue, que lo sepas: el fútbol no existió en la Belle Époque. De haber existido, el equipo que comanda Luis Tevenet sería su superviviente.

Decía en la crónica del pasado domingo que entre Fernando y DeLerma, asistidos por Antoñito, le pintaron la cara a Carlos Ríos con tres parches de coloretes y le rompieron, troceándolo, el disfraz recién hecho.  Hoy, en esta undécima jornada a mitad de semana y alejados los viejos fantasmas, se ha reabierto el baúl de los goles para vencer a este Granada B que metió miedo a los aficionados del Cartagonova y que, en algunos momentos y ante el pavor, lanzó gritos de ¡Efesé, Efesé, Efesé! De nuevo el Efesé enderezó el colmillo, floreció  su competitividad y, abandonando querencias antiguas, apareció el romanticismo, se asentó la rabia, se juntaron y unieron todos y como dijo Fede: " la victoria del equipo está fuera de la cancha: todos somos amigos".


Este EQUIPO o GRUPO DE AMIGOS tiene un mantra nuevo, el de ganar por encima de todo aunque no se pueda jugar bonito. Y ahí está este conjunto, cada vez más pragmático, con supremacía de estilo junto a su efesemanía, de nuevo exultante junto a sus banderolas, bufandas y bocinas para superarse y ponerse encima cada partido. Este conjunto aprieta y no precisamente por inercia. Sus movimientos están absolutamente mecanizados. Todo en él ya no es un medio: es un tic. Toma el balón, lo lucha sin complejos y, comandados por el gran Antoñito, echa la mirada arriba para buscar a Fernando, a Fede y Mejias que son los chicos de moda, junto a los Limones, Astraín, sin olvidarnos de ese incisivo y valiente Riau.

Esta noche, cambiaron el horario, he sentido a un FC Cartagena intenso y, de nuevo, con mucha entrega. Este equipo ha dejado atrás las versiones pobres, muy pobres y ya deslumbra practicando un fútbol que es en todos los sentidos tan práctico que lo que antes era comenzar perdiendo, ahora es comenzar y terminar ganando. 

He sentido al Granada B como que venía a ganar, pero ¡amigos granaínos! a este nuestro Cartagena no se le gana como aquél que se sienta después de comer a tomarse un cafelito con paparajotes. Y es que los futbolistas del Cartagena de Levante se han vuelto de clase alta y ya les sienta bien el caviar y hasta la trufa blanca. Su fútbol ha sido tan cuajado y tan compacto que ha pregonado y enseñado a los espectadores del estadio su saludable fortaleza, producto de su vigor futbolístico. 


¿Y el FC Cartagena? Pues eso. Ha mirado de frente a este Granada B, ha organizado su juego casi diabólico, le ha obligado a no jugar o jugar al tran-tran que le marcaba la intensidad cartagenera exigiéndoles solícitos esa cuota como una especie de diezmo que debían pagar al señor. Los del Cartagonova asomaron el lomo, suficiente y necesario para ir agarrándose a ese algo de cara al futuro. Fue una media hora que comenzó al trote y llegó a su cenit con un juego que tuvo su momento de explosión con los goles de Mejías y Fede para luego sufrir cuando el nazarí Álvaro lanzó desde muy lejos y se la comió Limones, como se la merendó Luis Miguel Arconada en aquella final de la Eurocopa de 1984 en París, tras la falta lanzada por Platiní que acabó con los sueños de aquella heroica Selección. Y acabose todo y nos fuimos. Vale. 

Después del partido he querido darme un paseo y acercarme a un bar que no suelo frecuentar, un bar alejado de mi casa. Un bar corriente y moliente, uno de esos con barra de mármol de mesa redonda antigua de jugar al dominó, expositores acristalados donde los mejillones cambian constantemente de color, lotería de Navidad a la vista, bufandas blanquinegras colgadas y claveteadas en la paredes con chinchetas y, en lugar preeminente, una enorme fotografía del equipo en Alcoy en aquel memorable mayo de 2009 y un televisor encendido con el sonido apagado. Un bar que no es de diseño ni está de moda. Pero el personal estaba exultante porque su Cartagena de nuevo había ganado aunque fuese con el resuello en el cuello. Es que van seis seguidos y no es para menos el alborozo. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 10/30: ante diem tertium Kalendas Novembres. Nº 304.


Monasterio de San Millán de la Cogolla

Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y La Medusa Paca. Copyright ©

martes, 29 de octubre de 2013 in

Costumbrismo



Costumbrismo


Mi agricultor se ha levantado esta mañana entre costumbrista y religioso, más de lo primero que de lo segundo. Y ha traído a mi memoria lo siguiente: 

Querida Medusa: te diré, ahora que octubre se acaba, que hace años se cantaba en este mes llamado mes del rosario mañanero, una coplilla entre traviesa y burlona sobre los que no asistían a él:

El demonio a la oreja / te está diciendo: / Deja misa y rosario, / sigue durmiendo. / Viva María / Viva el rosario / Viva Santo Domingo / que lo ha fundado.

Yo, querido agricultor, sin querer entrar en polémicas, ya la sociedad aporta bastantes, y no deseando enmendar los versos de la coplilla costumbrista, te diré que tengo la ocurrencia de mostrarte, tal vez sólo por cambiar de tentación, una tentación más sofisticada y sutil, otra coplilla esta vez nunca cantada, que me perdonarán los verdaderos devotos del rosario:

El demonio a la oreja / te está diciendo: / Con la misa y rosario / ya vas  cumpliendo


"El demonio a la oreja te está diciendo:
no reces el rosario, sigue durmiendo".

Texto de aurora que aparece en una viñeta del humorista Peridis publicada en el diario El País el 23 de agosto de 2004.

Texto y fotos La Medusa Paca. Copyright ©

domingo, 27 de octubre de 2013 in

El Icue y…cuando no se necesita música para vapulear al contrario




 Teatro Romano de Cartagena

El Icue y…cuando no se necesita música para vapulear al contrario

"Solo recuerdo la emoción de las cosas" (Antonio Machado)

Sabrás, amigo Icue, que Carlos Ríos, persona creyente-practicante en las energías positivas, raro donde los haya y hasta un poco bohemio, es el  actual entrenador del  Atlético San Luqueño CF. Éste naufragó cercano al Faro de la Curra y, en su naufragio, ahogó a nuestro Cartagena cantando el Gori-Gori sin utilizar esos cantos gregorianos, que hubieran sido lo normal, sustituyéndolos por música de The Beatles para que su inmersión fuese tan profunda que no pudiesen salir a flote. 

Pues bien, este artista-futbolero-farandulero-taurino y poco entrenador, esta tarde ha dirigido a un equipo que ha sido vapuleado por un Cartagena, distinto, muy distinto al que él dirigió intentando dar órdenes, nunca cumplidas, a un conjunto de jugadores que por aquel entonces formaban un clan con el único objetivo de ahogar a nuestro equipo. Y miren ustedes, lo consiguieron.

He leído, no sé dónde, que Curro Romero, el Faraón de Camas preguntándole si le gustaba que se televisaran las corridas de toros, respondió: “No, porque el aroma no se puede televisar”. Ahora entiendo por qué se ha televisado a medias y con imágenes técnicamente no muy correctas el partido de esta tarde. Sí, ahora lo entiendo. El Palmar esta tarde lo cubrió el FC Cartagena de un profundo aroma futbolístico perfumado por el despliegue futbolísticamente oloroso del equipo de la Ciudad Trimilenaria. Desde el principio de la tarde, eran las cinco, el Icue detectó el aroma de nuestro Cartagena con las sensibilidades que nos venían a oleadas desde la debilitada señal televisiva y la radio. Y es que la radio, alguna radio, le sigue prestando un gran servicio al fútbol de nuestro club. 

Yo, querido Icue, deseo ver los partidos siempre en vivo y en directo como tú lo haces y, cuando no se pueden ver, escuchar lo que acontece en el terreno de juego a través de las ondas; porque el aroma no se televisa.

Pero hay ambientes y sentimientos en un partido de fútbol que no se pueden televisar. Por muchas cámaras y muchas cabezas calientes que metan en el estadio, campitos de fútbol de pueblo o cochambrosas eras para jugar, éstas no captan la emoción del jugador, los nervios del delantero delante del portero, la exaltación nerviosa del aficionado, la añoranza del viejo abonado y hasta la gorda papalina que se coge el tajarin de ambigú, es un aroma que no se puede televisar. Esto sólo puede sentirse en la voz, aunque sea nerviosa, del locutor. Me hubiera gustado que esta tarde Juan Pedro Hurtado, el de Onda Regional, nos hubiese narrado si apareció al final en Carlos Ríos esa su graciosa guasa como deseando imitar a Carlos Cano en su Habanera de Cádiz con: “son de chirigota, sabor de melaza, Guantánamo y Rota…” 


Esta tarde ha sido una de esas en las que el Icue templó la garganta con cada uno de los goles, ¡qué maravilla!, trece en el zurrón cartagenero desde el partido anterior al de copa hasta esta tarde. Nadie quiso irse de los bares, cafeterías, terrazas y paseos, ¡estaban tan a gusto!, ni pedir ni mirar la hora, deseando seguir gozando un rato largo, viendo como entre Limones (ya lleva 195 minutos sin encajar un gol) y Fernando, Antoñito y DeLerma le pintaban a Carlos Ríos en la cara tres parches de coloretes y le rompían troceándolo, el disfraz recién hecho al mismo tiempo que sonaba el bombo de los de la furgoneta convocando a la alegría. Ahí empezaron las grandes verdades de nuestro Cartagena  que ya se anuncian para ir paladeándolas.  

Lo de hoy en tierras de carnaval ha sido, para los de Sanlúcar de Barrameda, eso: un partido de chirigota, de comparsa, de bombo, caja y silencioso ritual futbolístico antiguo. Eso para los sanluqueños, para la efesemanía ha sido justo lo contrario: Gozo estruendoso, pasacalles sin sordina y bombo y caja marcando el tiempo del pasacalle a medida que los goles subían al marcador. ¡Joder, Icue, siento que los fallos técnicos televisivos anulasen tanta deportiva nitidez de aromas futboleros! Lo lamento, ya lo sé. Fue un partido de aroma y el FC Cartagena llegó a Sanlúcar con el tiempo justo para fortalecer su plan y seguir goleando. ¡Ay, ay, ay! 

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 10/27: ante diem sextum Kalendas Novembres. Nº 303.

 Monasterio de San Millán de la Cogolla

Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y La Medusa Paca. Copyright ©

miércoles, 23 de octubre de 2013 in

Paso de grullas



Paso de grullas

No acababa de creérmelo aunque no era la primera vez que veía las grullas pasando a ras de carretera, cercanas a la ciudad de las cigüeñas, Alfaro, mucho más bajas que los ánsares, escribiendo una “V” en el cielo. 

Iban los viajeros a presenciar un emotivo partido de fútbol de su Cartagena cuando aparecieron. Fue el pasado miércoles, a las 10:30 Am, en la carretera hacia Tudela, cerca del rio Ebro, casi frente, mirando al norte, a los montes del cierzo y junto al cercano cerro de Santa Bárbara, a los pies del Paseo del Castillo, sobre las ruinas medievales de la fortaleza  de Sancho VII se nos mostraron la estatua del Sagrado Corazón de Jesús y al frente, mirándose y observándose, el monumento al Corazón de María desde donde vigilan la Ciudad de Tudela, la sobresaliente torre de su  Catedral y el barrio de la judería.  en las traseras del cerro un excelente mirador al río Ebro, las huertas de la Mejana y a lo lejos las Bardenas Reales.

Y de repente, junto a las raseantes grullas, se nos mostró Tudela y casi como consuetudinarios comenzaron a lucirse algunos personajes: el señor de cara arrugada con surcos de tierra abierta y manos torcidas publicitando a voz en grito para vender las mejores verduras de su  huerta; la señora encorvada pidiendo limosna a cubierto en los soportales; el acordeonista de la Plaza de Los Fueros y el señor de la boina que, más que dar tabaco y otras menudencias, las pedía y hasta intercambiaba. ¡Qué grande! El acordeonista, venido del frío, no hacía otra cosa que lanzar acordes ruidosos frente al kiosco homenaje a los cuatro insignes músicos navarros: Hilarión Eslava, Pablo Sarasate, ¡ay Sarasate!, Joaquín Gayarre y Joaquín Romualdo Gaztambide.


Y de pronto allí en la plaza, bajo los soportales, apareció esa bandada de grullas para mezclarse con los gritos de dos mujeres pendencieras, enzarzadas, pidiendo ayuda. Ante esta escena los viajeros se dieron cuenta que era mejor seguir a las grullas un buen rato con vista imaginaria volando por las dehesas. Y es que aquí, a ras de quiosco, en cuestión de segundos la bandada quedó engullida por los edificios circundantes a la plaza, para después volar hacia el sur, advirtiéndome el manco de la boina que ahora ya es posible trazar su ruta exacta y seguirlas, pero que él no quiere saber adónde van; quiere irse con ellas, hacia la otoñada y la vendema.

Y junto a estos personajes allí estaba la Plaza, sí, en homenaje a sus Fueros. No hay pueblo ni plaza en Navarra que no los homenajee. La Plaza de los Fueros en clave diurna: restaurantes, tiendas, cafeterías y gente tranquila, bien vestida, echando la mañana junto a su copa de rosado. Allí nos dimos cuenta lo que es una plaza de pueblo. Plaza sin hamburguesa, ni “diner” americano ni vestidos de la década de los treinta ni tiendas “vintage” ni bocaterías gourmet. Probablemente, pensamos, sea una plaza en tres actos, la diurna, la vespertina y la nocturna con vida canallesca tratando de beber los restos de la tarde. No hay pintadas ni está desaliñada y siempre esconde sorpresas por sus laterales arcos que hicieron arquear las cejas de los viajeros. ¿Sus armas? Ser una plaza acogedora, amable, encantadoramente burguesa y tremendamente abarcable y libre de coches.


Asombró a los primerizos visitantes el despliegue de sabores y colores en las barras de sus bares. Pinchos, desde la clásica gilda (guindilla, anchoa y aceituna) hasta virguerías de nueva cocina, pensando que cualquier combinación es posible si se puede clavar en un palillo o sostenerse sobre una rebanada de pan. Dulces y arte en una ciudad peatonal y sostenible. Dicen que aquí, por Resurrección, baja un ángel y que algún año fue angelina y hasta se quema el  Volatín. Todo es colorido y la plaza se llena de gentes apretadas y expectantes. El quiosco de la música se convierte en privilegiada atalaya, aunque cualquier lugar es bueno para disfrutar del esperado momento, aquél en que un angelito retira el velo de luto de la Virgen.

Todo lo preside la fachada de la Casa del Reloj y su teatral templete, del que sale una gruesa maroma tensada de lado a lado de la plaza. Desfilan los alabarderos y suena la Marcha Real y desde su altura comienza a aletear con brío el angelito o angelita, moviendo brazos y piernas, en medio de un estruendoso aplauso y el vuelo de palomas. Es el ángel que resurge de las cenizas de ese quemado Volatín que se recuperó a comienzos de los sesenta del pasado siglo.  

Y los viajeros tuvieron que abandonar la plaza, se incorporaron cuatro amigos cartageneros. El FC Cartagena se juega alcanzar la gloria. Alguien a voz en grito nos lanzó aquello de: “después del ocio, la gastronomía y el partido, sería conveniente peregrinasen a ese lugar que, por su carácter nada convencional, les permitirá descubrir propuestas inusuales. Es la Catedral”. Lo haremos, seguro. 



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