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sábado, 30 de noviembre de 2013 in

El Icue y…cuando la orquesta ha comenzado a afinarse





El Icue y…cuando la orquesta ha comenzado a afinarse
“Cuando el peligro parece ligero, deja de ser ligero”. (Francisco Bacon)

Se presentaba el San Fernando CD en el Cartagonova asentado en el decimoséptimo lugar de la clasificación del grupo IV de la 2ª B de la Liga Española. Hasta la tarde de hoy había ganado dos partidos, empatado seis y con ocho perdidos, con ocho goles a favor y veintidós en contra. Todo un historial para llegar al final de temporada y con casi todas las papeletas para abandonar esta 2ª División B.

Ahí estábamos cuando los jugadores de Tevenet se creyeron que el peligro de los gaditanos era ligero, y zas, aun no siendo el más rápido sí dejó de ser ligero. Sin casi comenzar el partido y, sin que el balón rodara- habían transcurrido 20 segundos-  después de fallar Mariano y Riau, apareció el tacón de Ocaña, lo recogió Ernesto que entraba solo, para marcar de vaselina el primero para los cañaillas. Era el gol de siempre, el cuarto que nos pillaban “despistados”, el gol tempranero envuelto en fantasmas, el gol de una tarde oscura y fría que nos conducía a pensar que no era la tarde del Cartagena. Era el gol que hace que este equipo se supere, el gol de los problemas, de las prisas, del nerviosismo, de los que hacen cambiar totalmente los planteamientos, el gol de los desgastes físicos y psicológicos. El gol que nos hizo pensar, querido Icue, que esta no era la tarde del FC Cartagena. Pero me equivoqué y después de una serie de tediosos minutos, de que el FC Cartagena no entrara en el juego, se le apagase la chispa y no saliese de esa empanada mental y de juego que le rodeaba, apareció la tranquilidad y la cordura, el minuto 20 y el testarazo de Carlos David al saque de falta de Riau para empatar el partido. Por allí andábamos cuando recordé a Diego Segura muy intenso, con ganas y como queriendo mostrarse como el gran jugador de la campaña pasada, con su ideario futbolístico e imponer su fascinante estilo al colectivo. Hasta que el canterano Dani Ruiz asomó su centro para que, de nuevo Carlos David, minuto 40, marcase el segundo y todos nos fuésemos a por el carajillo de turno unos y el asiático otros. La tarde lo requería.


Y ahora sí, ahora comencé a soñar con que esta tarde de sábado, final de noviembre, comenzaba a ser el preludio, preparación, principio o probatura de ese antes para comenzar la ejecución de una obertura o sinfonía antecedente a esa obra musical del próximo viernes, en una noche probablemente de relente y fría. Me consta que Tevenet no es un técnico inmovilista, ni mucho menos. Hoy lo ha demostrado moviendo el banquillo. Sabe que sus jugadores no son sólo un equipo, son una idea de fútbol, y a partir de un guión irrenunciable, responde con imaginación ante cada problema. Lo mismo saca a Diego Segura y Riau que hace trabajar intensamente para que se desgaste arriba a Fernando. Lo mismo quita a Diego Segura, minuto 64, justo en el mismo minuto que también se apagaba el luminoso, que cinco minutos después sale De Lerma en sustitución de Megías para marcar el tercero para nuestro Cartagena cuando se cumplía el 90 y justamente fue aquí cuando resucitó el marcador y surgió ese director de orquesta de ese que hace llamarse en las redes sociales como el Puma De Lerma. Y nuestro, suyo Cartagena, fue entonces cuando echó el ancla y los isleños se quedaron pálidos y se ausentaron no sin antes darnos unos sustillos o sustazos.  


La tarde que había comenzado triste, oscura y andando como no queriendo aparecer, se tornó en noche y se retiró como traslúcida queriendo acompañar al galope a los jugadores hacia el vestuario. Todos tenían tanta prisa por retirarse que no les daba tiempo de entrecruzar sus miradas en el túnel de vestuarios. Todos deseaban gestionar sus descansos para llegar frescos al próximo viernes. Y es que este equipo piensa o sueña que hay fútbol, ellos también lo poseen y quieren demostrarlo, más allá de los reflectores que alumbran a los principales actores de esa Liga, llamada de las estrellas, que tiraniza cada vez más al modesto. Pero, ¡cuidado!, que estos muchachotes están llenos de esperanza y rebosantes de ganas de pelea para demostrar lo que llevan dentro. 

Para finalizar, querido Icue, ya sé que el FC Cartagena ha realizado esta tarde un partido resultadista y que el resultadismo también es una manera de pasar la tarde sobre el césped de un campo como el Cartagonova que vuelve a estar esplendido. Si algún día Luis García Tevenet pudiese liderar esa idea no resultadista con futbolistas de alta gama, inmediatamente el Icue se sentaría en la tribuna para escuchar absorto y con mucha atención la sinfonía de un buen fútbol. ¡Ay, ay, ay! Esto será el viernes día 6, día de la Constitución Española, casi, na.


Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 11/30: pridie Kalendas Decembres. Nº 309.
Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/. Copyright ©

miércoles, 27 de noviembre de 2013 in

El sendero de los cérvidos





El sendero de los cérvidos

Virgilio en el libro primero de la Eneida nos relata en los versos, del 180 al 185, el sendero de los ciervos, mientras Eneas trepado en el acantilado, intenta divisar si alguna birreme Frigia es arrastrada por el viento hacia a Anteo o a su descendiente Capis, armados en  Caíco en lo alto de sus popas. No observa ninguna y, sin embargo, sí observa: a tres ciervos/vagando por la playa; sigue por detrás entera la manada/ y pace larga formación por los valle/.

Hoy Virgilio me da pie a relatar, porque me lo contaron, que algunos ciervos, siempre tras la berrea, acuden a la orilla de la playa artificial de los pantanos y que, de cientos de venados, son sólo algunos los que tienen esta costumbre que ya describiera Virgilio en La Eneida. 

También me contaron que es a la orilla de los embalses que inundaron e inundan las trochas de los cérvidos, donde sucede que se lanzan a nadar sin miedo como quien pasea por su pueblo, o por su territorio, hoy sumergido. 
Y que los serranos, no hace mucho, fotografiaron a un corzo cruzando a nado el embalse de Mansilla en La Rioja, y junto a las riberas límites con Villavelayo a una manada de ciervos con la hembra más vieja haciendo de guía, por las aguas de un esmeralda oscuro, del pantano de Mansilla, en la sierra orlada de encinas. Iban de un lado al otro por el sendero en el agua desaparecido.

Y esto sucede cuando el otoño ya muere. Es curioso, a los cérvidos también les gusta invernar caliente después de caminar por senderos salpicados de arroyos y esculturas naturales El otoño es para ellos como para los humanos una de las mejores épocas para recorrerlo, les agrada el suelo cuajado de hojas, apenas holladas, de los árboles que jalonan su itinerario: castaños, robles, alisos, nogales, acebos; el aire, limpio como siempre, pero tal vez un poquito más por las lluvias que se derraman cada tanto; la atmósfera, transparente; la temperatura, grata y tan amable que hasta nos permite abrigarnos. Y la luz, ideal para fotografiar o simplemente para mirar. Y los venados intentando nadar para acercarse a la orilla, senda de vida y agua, puente, valle y descanso junto al arroyo.  



“Luego, al entrar, divisase eminente,

del sol quebrando el trémulo destello,

hórrido bosque, y negro, y grande; en frente

cóncava peña cierra un antro bello.

Y allí hay bancos de piedra; allí una fuente

de agua dulce; es de Ninfas gruta aquello!

No aquí el cansado esquife ata la amarra;

no del áncora el garfio el fondo agarra”.

Texto y fotos La Medusa Paca. Copyright ©

domingo, 24 de noviembre de 2013 in

El Icue y…cuando el FC Cartagena pierde el empaque




El Icue y…cuando el FC Cartagena pierde el empaque

El  equipo ha cogido el empaque y espero que dure mucho”. (Luis G. Tevenet)

No sé muy bien a que se refería Tevenet la otra mañana en la previa cuando literalmente vino a decirnos: “El  equipo ha cogido el empaque y espero que dure mucho”. Digo, querido Icue, que no lo sé muy bien. Me he ido a todos los diccionarios que tengo en mi librería, son unos cuantos, y después del partido, otro jugado a la hora del aperitivo, no he encontrado la definición exacta al término empaque con el que quiso obsequiarnos el sevillano. Efectivamente esta mañana el FC Cartagena no sólo ha perdido ese empaque que se inventó Tevenet, sino que también el equipo portuario perdió hasta el oremus. 

Mire usted amigo Tevenet, hay que tener mucho cuidado con las palabras que utilizamos: Si al pronunciar la palabra empaque usted se refería a ese empaque como conjunto de materiales que forman la envoltura y armazón de los paquetes, papeles, telas, cuerdas y cintas, efectivamente nuestro Cartagena ha sido esta mañana en el Príncipe Felipe, un auténtico paquetón sin desempeñar su papel al quedarse éste como mera envoltura; si por el contrario al pronunciarlo se refería con el término empaque a tener descaro y desfachatez, usted dirá. Hoy ni hubo descaro y sí demasiada desfachatez; Si entendió con la palabra empaque, encajonar y empaquetar, así ha sido, el Cacereño nos empaquetó con esos dos goles de Toni, recibiendo un balón proveniente del pase de la muerte y de Elías con el que definitivamente nos envió hasta la Ciudad Portuaria encajonados y corneados por esos dos pitonazos; Si quiso decir que empaque era sólo una metáfora relativa a hacer el equipaje, pues tuvo razón: hoy nuestros jugadores al no tener tiempo ni de deshacerlo se volvieron a Cartagena tal y como fueron a la ciudad extremeña. Así que, amigo Tevenet, cuídese en el uso de las palabras porque hoy usted tampoco acertó.

  
Después de lo de esta mañana, el FC Cartagena al perder su partido, se ha quedado clavado en esta decimoquinta Jornada y ha habilitado al Cacereño para continuar en su record de nueve jornadas sin ser derrotado lo que ha sido oportuno para que, después del partido, la plaza Mayor de Cáceres fuese un lío de sutileza, punto de encuentro, reflejo lúdico, antesala de ciudad medieval y también centro de la polémica.
¡Cuidado con ese hoyo, me refiero en el que han caído esta mañana algunos jugadores de nuestro Cartagena: Fede, Carlos David, Marcos Rodríguez, Antoñito y hasta el goleador Fernando. También Tevenet, que si en Tudela le dije mirándole de frente que había sido un entrenador valiente, hoy no lo ha sido, ni durante el seguimiento del partido ni a la hora de hacer los cambios es por lo que, con este descalabro, todos han podido romperse la crisma de ser ilusos y así esta plantilla deberá dejar  de mirar las estrellas cuando camine, el peligro de su agujero negro está en el suelo de algunos estadios, y sobre todo los de fuera del Cartagonova.


Este querido equipo, hoy señor Tevenet y señores jugadores ha tenido un problema, no sólo el haber perdido el puesto de líder y haber descendido hasta el cuarto puesto de la clasificación, sino que se ha mostrado como un equipo de juego a rachas, sin impulsos y desbocado que al perder la intensidad se ha convertido en vulgar y sin puntas de fútbol que pudiesen poner goles. Esta mañana no apareció el pragmatismo ni las jugadas exquisitas de Antoñito, Fede , Mejias o Fernando ni esa versión más admirada de los de la zamarra carmesí con la cruz blanca, ni fueron capaces de tocar a la sesión de hipnotismo que fuese capaz de atolondrar al adversario, noquearlo y traerse los puntos hasta Cartagena. Hoy no hubo nada de esto. Fue un equipo frío como el tiempo y los rocíos y las noches heladoras de estos días extremeños han “quemado” a algunos de nuestros jugadores y hasta al entrenador que no ha sabido reaccionar quedando desvencijado y no sabiendo hacer de la necesidad virtud. Hoy el equipo ni calentó ni jugó, se paró y se retiró marchando hasta Cartagena sin respuesta del por qué de lo de esta mañana. Se quedaron cojos, sin habla y con cara de enfermo. 

Leopoldo Alas Clarín llamó a esta ciudad, patrimonio mundial, La Vetusta del Sur y el Icue, en su día, la encontró como ese perfecto lugar que mantiene esa dualidad de mostrarse poco por fuera y vivir hacia dentro. Hoy, después de esta desilusión en la que nuestro Cartagena ha vuelto al polvo de las derrotas, el Icue que todavía tiene esperanza rompe a cantar en una taberna y en la algarabía del tenderete de la calle intenta comprar torta del Casar, pimentón de la Vera y ese autóctono bombón de higo, dos, como los que nos han metido, botes de criadillas de la tierra, morcillas patateras y se larga a dar un paseo por el casco histórico de esta ciudad de pájaros y de subterráneos aljibes, desplazada en el tiempo, probablemente única en el mundo, hermosísima. Y todo esto cuando ya acaba noviembre con derrota vieja. ¡Por favor, que gobierne la noche! ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 11/24: ante diem octavum Kalendas Decembres. Nº 308.


Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y La Medusa Paca. Copyright ©

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