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sábado, 31 de marzo de 2012 in

El portapasos

El portapasos


Ayer tarde La Medusa Paca se fue a Cartagena a reverenciar a La Madre de la Caridad y presenciar la procesión en el Día Grande. Deseaba ver de cerca a los portapasos, hablar con ellos y que me explicaran sus sentimientos. Lo hicieron. Son parcos en palabras y largos en sus sentimientos.

El portapasos, personaje decisivo me cuentan que, en tiempos pasados, pudo írsele a Cartagena como a todas esas ciudades que poseen índice y solera de Semana Santa española. Quisieron cambiarlos por el chasis mecánico. Hubiese sido un rotundo fracaso y un tremendo error. 

La Medusa Paca no sabe qué mal entendimiento de la economía, de la tradición, del desarraigo costumbrista o de la comodidad quiso cambiar y sustituir al hombre por la máquina. Un error del que se hubieran arrepentido aquellos que lo intentaron, poniendo el grito en los varales los verdaderos catadores de la autenticidad procesionil.

Hoy, en el atardecer del Viernes de Dolores, me lo ha manifestado un portapasos, dentro y en el profundo silencio de Santa María de Gracia, iglesia cartagenera andén procesionista por excelencia, mientras ambos contemplábamos la barnizada piel de las brillantes imágenes, como si una fina lluvia hubiese vertido sus lágrimas sobre ellas. “Sin nosotros no habría Semana Santa”.

La Medusa en su conversación ha deducido que el portapasos ha supuesto siempre para la Semana Santa de Cartagena un elemento indispensable. ¡Ese vaivén inolvidable de Jesús de los pescadores, caminando más que pasando a hombros de los portapasos!

Me ha hecho recordar, de mis juveniles años, el balanceo, el “baile”, vanagloriándose con orgullo, de San Pedro, de los San Juanes, de las Vírgenes mecidas sobre la carne viva, sobre el estremecido músculo tirante.

El portapasos, con su esfuerzo impresionante, al que él se entrega alegremente, mitad por unos cuantos dinerillos, mitad por el gozo deportivo por vencer los kilos que se le vienen encima, es una noble porción de la Semana Santa de Cartagena. 

Sería importante, muy importante, lo deseo, que el portapasos no pasase, en el acervo procesional cartagenero, a la categoría de nostalgia.


Fotos de Abel F. Ros, texto La Medusa Paca. Copyright © 

miércoles, 28 de marzo de 2012 in

El penitente


El penitente


Si la Medusa Paca levantase la tela de su capuz descubriría, antes que el gesto contrito de la verdadera penitencia, el además gozoso, tan noble y desinteresado por otra parte, nacido del conocimiento de saberse elemento indispensable de la procesión.

Conociendo la personalidad del cartagenero, el penitente se convierte en generosidad al hacerse número, anónima sombra gregaria bajo la tela del capuz, aunque ésta sea de centelleante raso o fastuoso terciopelo.

Hierático, exacto, amando el canon y el milímetro, un sentido castrense, secuela del espíritu mismo de la ciudad, inevitable, acaba por arropar al penitente cartagenero. El que se sabe, sí, eje de la procesión, centro del comentario, provocador a veces del aplauso- tercios impecables de los San Juanes!; pero también enigma, humilde forma impersonal. Porque no es Fulgencio o Joaquín quienes abrillantan el cortejo, sino lisa y llanamente los “capirotes”. ¡Y aún se duda de que ésta no sea una forma válida de penitencia!

Para la indumentaria, un auténtico rito vestirse en la alcoba, como un novio o un torero, pudo bastar el rojo o el morado de los “marrajos” y “californios”, por citar las dos cofradías claves en la Semana Santa cartagenera. Pero el penitente buscará mediterráneamente toda la gama de la mejor paleta que acaba de incorporar a cada agrupación un signo cromático: verdes de la “Oración en el Huerto”, azules de la “Piedad”, amarillos de la “Cena”, negros y blancos del “Sepulcro”…

Si cuando, cansado por las seis horas del dilatado itinerario; si cuando, rendido por el ritmo matemático, agotador, de la procesión, le preguntáis al penitente su más ferviente deseo, os contestará sin duda. “Volver a salir el próximo año”.

Volver a salir. He aquí un verbo que, por lo visto, merece todos los sacrificios del año, cuota de cofrade, instrucción y ensayo, páactica reglamental del culto, para ganar al fin el más codiciado y sentimental de todos los títulos. “capirote” cartagenero.


Fotos de Abel F. Ros, texto La Medusa Paca. Copyright © 

domingo, 25 de marzo de 2012 in

El Florista

El Florista


Desde siempre, mejor, desde los años sesenta que es  la década de la que tengo consciencia de las procesiones cartageneras me han impresionado el quehacer de una serie de personajes decisivos, así lo entiendo, en el cortejo pasionario de la Ciudad Portuaria. Son ellos: El Judío; el penitente; el granadero; el porta pasos y el florista. Son hombres que dejan de ser espectadores pasivos del drama para convertirse en emocionados elementos de la propia entraña pasionaria.

Bástele hoy a La Medusa Paca extraer de toda esta incompleta nómina a quienes tan apasionadamente componen de algún modo con su trabajo este estilo singular centelleante teologal a su modo y desde luego inconfundible de la Semana Santa Cartagenera, me estoy refiriendo al florista.

En el complejo proceso de acicalar el trono, montaje de carteles, adobo de la imagen, colocación de luces y tulipas, “vestirlo es el ultimo escalón. La labor se hace siempre contra reloj, porque la fragilidad aristocrática de la flor no permite el previsor adelanto de la faena, y si malo es no llegar a tiempo, peor resulta pasarse de rosca y empujar a la calle el emperejilado trono con la fragancia perdida y el color menoscabado.

 
En esta gradación del exorno floral, el artista comienza por disponer una complicada maraña de aros que, revestidos de apretadísima paja, serán base más tarde para sustentar la encendida mancha de la corola.
Preguntado un artista me aseguraba que la parte más ardua y desde luego la más responsable es prever la futura disposición de la flor.

Me dice que el encañe de los tallos debe hacerse el día anterior a la procesión y que, una vez finalizada la tarea, las flores ya no pueden ser colocadas en agua.

He comprobado que en Cartagena la flor es imprescindible en cualquiera de sus procesiones. El trono cuenta siempre con esta aportación levantina y sensual de la tierra, una tierra que se hace forma, color y fragancia en homenaje a la Divinidad que la crea.

La Medusa se concreta a las procesiones de Semana Santa y recomienda por cualquier punto del itinerario, de los San Juanes o de las Vírgenes, María del Primer Dolor o María de la Soledad, vacilantes sobre sus tronos “de piña”, típicas pirámides, arquitecturas ígneas y fragantes en las que la suma de las corolas sabiamente dispuestas por zonas de color componen, en competencia con la luz, el otro elemento sagrado de la procesión, la más delirante apoteosis estética.

Generoso oficio del hombre que “viste” el trono. Mientras la labor del tallista, el decorador o la bordadora permanecen, el florista despilfarra su arte, conociendo de antemano la caducidad de su obra, sometida siempre a los excesos de un viento demasiado rebelde o a un jugueteante y adelantado bochorno excesivamente primaveral.

Ya ve usted amigo, lo que se dice un derroche, se lamenta el florista, complacido en el fondo por la belleza de su oficio.

Un poético, mágico derroche, sin el cual ya no sería posible la Semana Santa de Cartagena.

Adiós, la Medusa sale corriendo, no desear llegar tarde a disfrutar de esa estremecida belleza procesionaria monumental de la Semana Santa de Cartagena. Es un placer y un orgullo contemplarla.


 Fotos de Abel F. Ros y texto La Medusa Paca. Copyright © 

sábado, 24 de marzo de 2012 in

¡Es la hora del lubricán!

Aquella tarde de San Isidro todo quedó en la esperanza de que todavía el FC Cartagena podía aferrarse al sillón del ascenso, pero eso fue un intento de expectativa chafada.

El FC Cartagena, como en la temporada anterior, iba a terminar la temporada  mediocremente, sin rol aspirante, sin sprint final, ahogando el optimismo y la esperanza de los aficionados y pidiendo la marcha de JIM. 

Corrían esos vientos, equivocados vientos como estamos comprobando. Si en ese día el Efesé luchaba por meterse en puestos para jugar el play-off, hoy se juega para alcanzar otros puestos, los de salvarse del descenso.

La grada, ciertamente no toda, aquella tarde Isidril pidió un nuevo proyecto, yo no lo deseaba, intuía que lo que podía venir iba a ser peor, así ha sido, vinieron tres y es el último el que parece puede ser el capaz de sacar a este equipo de ese peldaño salvador.

El balance no está siendo fiel y además hoy viene Goiría que, hasta puede meterla, para…Si aquella tarde fue la del lubricán, ¿que nos deparará la de hoy? Pienso será la de la aurora.


Desde Villamediana de Iregua y en “Un Rincón para doce

¡Es la hora del lubricán!
15 de mayo de 2011
Última actualización 15/05/2011@22:39:00 GMT+1
 

 “Es la hora del lubricán:
acecha el mochuelo en el pino,
el bandolero en el camino,
y en el prostíbulo Satán.
¡Es la hora del lubricán!
(R. Mª. del Valle Inclán)

Mi amigo Fulgencio, que me acompaña unos días por estas tierras riojanas, está hoy tan triste como el articulista al no poder ver con sus propios ojos la mesa de operaciones técnicas que poseo para ver todos los encuentros de nuestro equipo. Al haber sido en domingo, a las cinco de la tarde y sin televisión, buena hora para ver o hablar de toros. Parapetados detrás de la voz de los grandiosos narradores radiofónicos, me ha hecho la siguiente confidencia: “hasta el viernes por la mañana, no se hablaba de otra cosa en Cartagena que de la ocasión desperdiciada en Las Palmas por nuestro “equipo” de entrar en puestos de jugar la liguilla de ascenso; hoy, por el contrario, toda Cartagena habla de JIM”. ¡Qué alegría o qué tristeza! ¡Y mucho más que van a hablar mañana!

Constantemente mezclamos lo esencial con lo accidental. Lo esencial, sépanlo los forasteros, es nuestro, vuestro, suyo Cartagena y lo accidental es los “que vienen y los que se van”. Ahora que, desgraciadamente, está de moda decir que hay que estar a la altura de las circunstancias debo decir que en el FC Cartagena nadie ha sabido estar a la altura y si constantemente a la bajura.

No lo ha estado el presidente, ni su menguada junta directiva, o lo que sea, ni el equipo técnico, con su entrenador a la cabeza ni, por supuesto, los artífices de este sin vivir de la afición cartagenerista que no han sido otros que los jugadores. Ni contra siete y con tres jugadores en punta han podido marcar más de un gol a éste menguado Girona.


Después del partido de esta tarde, antes también, hemos entrado en trance de aborregamiento, desinterés y sopor general, hemos pasado a la otra cara de la moneda: graves desencantos y sensaciones desconocidas de temor a lo que pueda venir. Los aficionados, los cartageneristas, los forofos, estamos desencantados, desilusionados y profundamente temerosos o miedosos. Hoy, una vez más, todos nos hemos aburrido. El fútbol es, no lo olvidemos, una fiesta, un divertimento y hasta, si quieren, arte. La Fiesta del fútbol, el divertimento del aficionado y el arte de esos malabaristas del balón que, para nuestra desgracia, algo han escaseado en el FC Cartagena. No ha existido partido y van unos cuantos...ni para escucharlo a través de las ondas y sino nos hemos quedado adormilados ha sido por comprobar cuantos jugadores terminarían expulsados.

En esta semana de aconteceres taurinos en la que se cerró la Feria sevillana y acaba de inaugurarse la Feria madrileña de San Isidro, uno es hijo de agricultores, me vienen a la pluma términos taurinos que perfectamente podría utilizar para describir lo que esta tarde he escuchado sucedía frente a los gerundenses en el Cartagonova.

Los de Montilivi se acercaron al Cartagonova luciendo espectacularmente desde que ambos equipos se enfrentaron en la jornada dieciocho, allá por los primeros días del mes de enero. Han lucido tanto, hasta esta tarde, que de veintidós partidos solamente habían perdido seis, frente a los diez perdidos por los cartageneros.

El problema de fondo es que, hoy por hoy, ni los jugadores ni el entrenador han estado preparados para la lidia final que estos partidos pedían y que el público solicitaba. ¿Por qué? ¿Por qué todo se ha desvanecido tan rápidamente? ¿Por qué tantos intentos fallidos? ¿Por qué los heroicos han pasado a ser villanos? ¿Por qué tanta desconfianza?

¿Ha sido esta una tarde más o ha sido una mala tarde? Tarde de color ceniza y equipo lento y desarmado, sin capacidad de reacción y jugando a trompicones, esperando no sé a qué. Al final han estado indignos y falseando, sin plantar cara, sin valor. En definitiva, se han rajado. Lo han estropeado todo. El público, ni caso. Bueno, dicen se ha puesto de uñas. Este equipo de nuestros sinsabores y desesperanzas, no tiene recorrido. No cabe ni sabe más.

Lo dije, en este equipo no ha habido glamour ni éxito y, además, aburre. Éste ha sido el equipo de casi siempre en esta temporada que muere lentamente sin valor y técnica. Hoy se ha quedado el equipo solo y arriba muy arriba el corazón del aficionado. Nada de lirismos: pura epopeya. Así es la fiesta que hemos imaginado. Así es el fútbol de nuestro Cartagena: soso, flojo, manso, parado y sin emoción alguna; jugadores sólo discretos y que, además, rematan muy mal, o no lo hacen. ¡Y aún dicen qué ha sido el más jugón de toda la historia! Así, no vamos a ninguna parte.

¿Y qué decir del Girona FC? Pues nada que, siendo en su ciudad el día de las flores, hoy el árbitro deseaba llevárselas todas y les ha arrancado cuatro pétalos de sus rosas.

¡Amigos!, hasta el próximo sábado, si Dios quiere. No tengan miedo. Que estamos en las jornadas de la basura y ¡Es la hora del lubricán! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!


Pedro-Roberto J.P. hoy desde Villamediana de Iregua. Dies 5/15 Idus Maiae.

logromur@hotmail.com. En Twitter:@Logromur.

Fotos Sportcartagena y La Medusa Paca, viñeta Jotaefe y texto La Medusa Paca. Copyright © 

miércoles, 21 de marzo de 2012 in

Txutxi Aranguren

Día 21 de marzo de 2011, la noticia me llegó rápidamente, me la transmitió un amigo que teníamos en común y que juntos habíamos disfrutado en innumerables ocasiones de esas comidas en nuestra Sociedad Gastronómica “Erbentia”: Ha muerto Txutxi Aranguren. Se me cortó el aliento, no reaccioné. Me puse a recordar, escribiendo, alguna de nuestras vivencias e inmediatamente lo mandé, para su publicación, a SPORTACARTAGENA.

Podía haber contado infinidad de anécdotas, vivencias y hasta alguna nimia maledicencia, no me dio la gana. Eso queda en el pudor de los que las vivimos frente a una buena merluza a la sidra preparada por el gran Manero y acompañada por las chistosas risotadas de Emilín. Esas cosas, es mi estilo, no se cuentan, se viven y a otra cosa.

Ha pasado un año, “cómo se pasa la vida/cómo se viene la muerte/tan callando”, querido amigo, y yo sí te quiero recordar desde esta Medusa  y lo hago con estas dos fotografías que, aunque cedidas por Abel F. Ros, también forman parte de tu recuerdo en mi archivo.

Mi edad me permite con frecuencia darme cuenta de la facilidad con que la gente olvida. Y según pasan los días, rincones de dos ciudades, Cartagena y Logroño, Logroño y Cartagena me traen a la memoria deliciosos momentos compartidos con el amigo. Y son, precisamente, algunos de esos momentos los que me vuelven a traer la desazón y el asombro por la ausencia del recuerdo que algunas personas e instituciones están teniendo hacia tí, ese olvido, aun siendo importante, no ennoblece ese respeto y cariño especial que se te tenía en estas dos ciudades.


Desde Villamediana de Iregua y en “Un Rincón para doce”

Txutxi Aranguren

22 de marzo de 2011 / 17:15
Última actualización 22/03/2011@19:04:05 GMT+1



Voy camino de la tarde
Entre flores de la huerta,
Dejando sobre el camino
El agua de mi tristeza”.(García Lorca)

El otro viaje de Aranguren. (Foto: ABEL F. ROS)
Jesús, te has ido justamente el día en el que la primavera despertaba de su letargo invernal. Te has ido justamente cuando el valle, significado etimológico de tu apellido, se vestía de gala primaveral para transformarse en valle hermoso y lozano. Te has ido en silencio y sin armar ruido y sin bulla como buen arangurendarrés.

Te has marchado con ese señorío de realengo que te proporcionó ese valle de las Encartaciones origen de tu apellido, obligándote a cumplir con el deber de acompañar a tu esposa en esa atención médica rutinaria de su enfermedad que, sintiéndolo o alegrándose, te obligó a abandonar esa profesión de formador de formadores futbolísticos tan querida para ti.

Te has ido dejando rotos por el dolor y envueltos en lágrimas incontenibles a tus compañeros, amigos, aquí se es más amigo que compañero, de correrías futbolísticas, de amistades, sueños y conquistas deportivas profundas.
Te has ido dejando sin compasión a cada uno de los nuestros, a Sáez, a Chechu Rojo, a Goicoetxea y Clemente. A Iribar, a Uriarte, a Echevarría y Argoitia y a Joaquín Negueruela y a Fernando Villamor, aquellos de aquel Club Deportivo Logroñés que ascendiste a Primera División una tarde de Junio, ante el Valencia, con gol de cabeza del gallego Noly, ¿lo recuerdas Casimiro?, marcado con un cabezazo tan fuerte y directo como ese zarpazo traidor con el que tu corazón, grandioso corazón, te ha dejado sin vida y a nosotros sin amigo.

Te has ido ¡Portugalujo! con el dolor, profundo dolor, del “cordobazo”, llevándote hasta el cielo los secretos de porqué ocurrió aquello. Ya no podrás contárnoslo, ni falta que nos hace.

Te has marchado a celebrar allá arriba, con Iriondo, Zarra, Panizo y Gainza aquel doblete de campeón de Copa del Generalísimo, con perdón, de los años 1969 y 1973.

Amigos lectores, en mi lealtad, os voy a rebelar un secreto. Todos los años, cuando se acercaba de su casa de La Manga hacia su Portugalete querido, hacía una parada, aquí en un Rincón para doce, en Villamediana de Iregua, en su Rioja tan bien querida, para saludar a los amigos y comer en la Bodega. Decías, muy bien, que era tu lugar predilecto para saludar a los amigos, mantener nuestra amistad y hablar de lo humano, más que de lo divino, en torno a un buen vino y un simple guiso de patatas con chorizo, bien picante, decías con tu fina ironía y tu grandioso humor. Estoy seguro que ya te habrás encontrado, allí donde estés, con alguno de esos contertulios-comensales y, todos juntos, lo habréis vuelto a celebrar con Julián, Félix, Cesáreo, Caparrones y fundamentalmente Joaquín.

Te recuerdo en derredor de una gavilla de sarmientos preparada para colocar las parrillas y encima de ellas unas buenas chuletas de cordero, un buen jarro de vino y unos pimientos del piquillo, ¡cómo te gustaban!, prestos para ser asados.

Recuerdo dos días memorables, el primero después de la depresiva frustración y tristeza del día del dichoso y maldito “cordobazo”. ¡Cómo te marcó ese día! Fue un día obsesivo del que no pudiste desprenderte para colgarlo en el quicio de la puerta de los olvidos.

El otro, fue días después al ascenso del Logroñés, día distinto al anterior, aquí corrió el vino y las viandas se deshicieron en gloria al marcar un hito en la historia de ese club hoy tristemente desaparecido. Hubo sonrisas, cantos, camaradería, buen humor, y hasta una partida de mus que por cierto perdiste, en las que participabas y acrecentabas. Fue en un txoko, aquí ya sabes, somos riojanos, llamamos sociedad gastronómica. La sociedad Erbentia de la calle Herrerías. Te gustaba más la bodega que las sociedades gastronómicas y éstas, tanto o más que los txokos. Disfrutabas de la comida y de la amistad como del juego, sin grandes alardes.

Estoy seguro que, donde te encuentres, nos seguirás representando con la misma grandeza. Buen embajador, amigo. Uno de los nuestros. Y de los mejores, pero ha sido demasiado pronto.

Te has ido como jugaste en el campo, no sobresaliendo, confiando en tu defensiva posición cerrando muy bien tu lateral, que de nada te ha servido. Txutxi, tu que no eras un hombre arriesgado y que dabas importancia al aspecto defensivo, te cuidabas, prefiriendo quedarte en tu posición, que tampoco te ha servido. Jugabas sencillo y entrabas fuerte. Apostaste por la vida y te ha llevado la muerte en el silencio que tanto cultivaste. Los rivales no querían encontrarse en tu camino y ayer te los encontraste a muchos de ellos que te precedieron.

Adiós amigo, adiós deportista, adiós entrenador, adiós hombre alegre, aun pareciendo serio, adiós ejemplo de humildad, adiós hombre disciplinado, sacrificado y compañero. Descansa en ese valle hermoso y profundo que ayer te abrió sus puertas al mismo tiempo que a la primavera.

¡Icue!, hala majete, adiós, y a ustedes, pacientes veedores de este ventanuco, decirles que, aunque nos embarga la tristeza, la luz de Aranguren iluminará nuestra ilusión. No es mucho pedir, Icue, no es mucho pedir. Feliz semana, feliz, muy feliz.

Pedro-Roberto J.P. hoy en Villamediana de Iregua. Dies 3/22 ante diem undecimum Kalendas Apriles.
Después del Cordobazo. (Foto: ABEL F. ROS)

Fotos de Abel F. Ros y texto La Medusa Paca . Copyright © 

domingo, 18 de marzo de 2012 in

19 de marzo

19 de marzo


Día es hoy
de San José,
esposo de María
tras la mensajería
del ángel de Yahvé.

Hombre de robusta fe.
Padre y tutor providente
de Jesús de Nazaré.
Justo, discreto y prudente,
como se ve.

Y a fe
que no existe en la memoria
un santo más silencioso,
un santo más misterioso
que San José.

Nº 16  PRJP-Santiago de la Ribera, Murcia, primavera de 2012.

sábado, 17 de marzo de 2012 in

¡Nada es lo que va de ayer a hoy!

Lo que a continuación les recuerda La Medusa sucedió un nueve de octubre de 2010 a pocos días de comenzar el otoño y en días en los que la situación cartagenera no era boyante.  
Aquella tarde se empato el partido cuando transcurría el minuto 91, fue con un trallazo desde treinta metros de Iñaqui Muñoz que había sustituido a Julien en el minuto 64. Fue un paso atrás de un Cartagena irregular mostrando más caras que las mil y una noches. No asombró a nadie y fue una muestra en la que combinó cosas buenas con otras muy malas, tan malo fue todo que hasta Juan Ignacio anuló la jornada libre de sus jugadores.
Lo que pueda ocurrir esta tarde, a cinco días de comenzar la primavera y cuando la situación del equipo de la Ciudad Portuaria es desesperante por salir de los puestos de descenso, lo contaremos, al terminar el partido, en Sportcartagena.


EN UN RINCÓN PARA DOCE
¡Nada es lo que va de ayer a hoy!
PEDRO ROBERTO J. P. 9 octubre 2010 2010/23:00 horas
Última actualización 09/10/2010@22:46:56 GMT+1


“Es mi vino / porque es alegre y es buena / y porque, amable sirena, / su canto encanta el camino”. (Manuel Machado)

Esta tarde ha vuelto la normalidad, no en el resultado y sí a mi salita de estar, aquí me he aposentado junto a mis artilugios, sin sonidos gangosos, ni imágenes distorsionadas al querernos la autonómica 7RM.

Les cuento que he visto el partido feliz y sosegadamente la primera parte y descorazonado e inquieto la segunda. Además de mi primo Jordi, un asiático me ha acompañado todo el encuentro, bien medido, poco cargado de licor, con su correspondiente trocito de cáscara de limón y coloreado con sus granos de café natural para romper la blancura, casi inmaculada, de la leche condensada. Les diré que me lo he ido tomando, sorbito a sorbo, en su copa reglamentaria y me ha sentado regular de bien.

El Gimnástic se ha acercado al Cartagonova como lo hizo un día Cervantes que, como hombre de tierra adentro, se enamoró de ese mar común a los dos equipos, y queriendo contemplarlo silenciosamente le despertó recuerdos y enriqueció su alma de nostalgias.


En su viaje desde Tarraco se han ofrecido a guerrear y enamorarse y se han encontrado con un empate amorosamente controlado. Los argumentos numéricos y futbolísticos que portaban en su tarjeta de visita eran unos números que producían, a ellos claro, escalofríos: seis partidos jugados y cinco perdidos y el FC Cartagena no los ha incrementado.

Hasta hoy, la Liga Adelante iba arrancando hojas de todo un taco de calendario. Transcurridas 48 jornadas desde la última confrontación entre los contendientes, se han vuelto a encontrar en esta tarde otoñal para saldar la deuda de aquel cinco - dos del cómputo final en sus enfrentamientos del año pasado y nos la han aumentado a siete - cuatro. Demasiado rédito para tres enfrentamientos.

Al borde de los cincuenta partidos en esta Liga Adelante el FC Cartagena comenzó el partido cautivando al público de la Rambla y a sus asiduos y recuperados de detrás del televisor, haciéndolo con el aroma añejo de su estilo, no ha sabido rematarlo y los aficionados no han salido felices por los distintos vomitorios del Cartagonova. Les ha faltado tiempo y sobrado ansiedad. Después de tanta grisura esta tarde, fundamentalmente en la segunda parte, todo ha sido negrura. ¡Lo que va de ayer a hoy... ha sido mera y ramplona repetición.

Me sincero contándoles que no he disfrutado y parodiando a Kurt Weill, “el tiempo otoñal en lugar de convertir las hojas en llamas, estas se han trasformado en hojarasca”. Esta tarde, a pesar de esa candela, he sentido el frío en los huesos, no importa, no pasa nada, el sudor no ha sido helador, solo que vamos camino del invierno.

CARTAGENA 2 - GIMNÁSTICO DE TARRAGONA 2

Para mí la desconfianza ha vuelto a inundar el vestuario del Cartagonova. La derrota ante el Córdoba en la quinta jornada no está enterrada en el equipo liderado por Juan Ignacio desde el banquillo, y el tempranero gol de Botelho no ha servido para encarrilar la victoria y disipar las dudas a cerca de la capacidad de juego del equipo.


Hace unos instantes a mi primo Jordi, junto al lerendas, se le ha ocurrido la feliz idea de compararme los pasos de Aníbal a la conquista del norte de Italia con el deambular, pasito a paso, del Nástic esta tarde, para conquistar el empate. Mi primo Jordi metaforiza la hazaña del equipo tarragonés comentándome que el equipo de Juan Ignacio juega en el Cartagonova intermitente, cansina y parsimoniosamente como el andar de los elefantes con los que Aníbal cruzó los Alpes , convirtiéndose, a veces, como un equipo demasiado ramplón y timorato.

He comprobado que lo que le falta a este equipo, no es fútbol sino acierto rematador, quedando palpable en el Cartagonova, que aun siendo un torbellino de juego y ocasiones, no se completan en ganancias.

La de esta tarde ha sido una actuación poco convincente tras un mes grisáceo, como de plomo, que continúa. Se comenzó con un fútbol veloz y atractivo, cimentado en la buena colocación de Julien, la movilidad de Longás, las carreras de Botelho, las incursiones guadianesas y mal terminadas de Keko y la inoperancia de nuestro admirado Toché.
Hace unos instantes a mi primo Jordi, junto al lerendas, se le ha ocurrido la feliz idea de compararme los pasos de Aníbal a la conquista del norte de Italia con el deambular, pasito a paso, del Nástic esta tarde, para conquistar el empate. Mi primo Jordi metaforiza la hazaña del equipo tarragonés comentándome que el equipo de Juan Ignacio juega en el Cartagonova intermitente, cansina y parsimoniosamente como el andar de los elefantes con los que Aníbal cruzó los Alpes , convirtiéndose, a veces, como un equipo demasiado ramplón y timorato.

He comprobado que lo que le falta a este equipo, no es fútbol sino acierto rematador, quedando palpable en el Cartagonova, que aun siendo un torbellino de juego y ocasiones, no se completan en ganancias.

La de esta tarde ha sido una actuación poco convincente tras un mes grisáceo, como de plomo, que continúa. Se comenzó con un fútbol veloz y atractivo, cimentado en la buena colocación de Julien, la movilidad de Longás, las carreras de Botelho, las incursiones guadianesas y mal terminadas de Keko y la inoperancia de nuestro admirado Toché.

                                                                                                          
Con el gran gol de Muñoz, Jordi y el articulista hemos saltado exultantes, como el poema de Manuel Machado: “es mi vino / porque es alegre y es buena / y porque, amable sirena, / su canto encanta el camino”.

¿Y qué decir del árbitro valenciano Martínez Munuera, D. Juan? Pues nada, que siendo el tercer debutante en la Liga Adelante que nos arbitra, me quedo con el de la primera parte y desprecio al de la segunda.

¡Amigos!, hasta el sábado que viene, no tengan miedo, que nos deleitaremos, si Dios quiere, marchando para ascender, llegando a la cima, al pirineo oscense. ¡Ay! ¡Ay!


Pedro-Roberto J.P. hoy en Villamediana de Iregua. Dies 10/9: ante diem septimum Idus Octobres

Fotos Sportcartagena, viñeta Jotaefe y texto La Medusa Paca. Copyright © 

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