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viernes, 17 de mayo de 2024 in

Mayo de Primera Comunión

 



Mayo de Primera Comunión

Mañana será un día de lirios donde el campo en su esplendor ya se amansa con una orla de lirios: esa hermosura sin dueño. ¡Qué alegría en tus sueños!

Nos encontramos por tierras alavesas, estamos aquí para asistir a la Primera Comunión de nuestra nieta Eugenia que celebraremos mañana sábado. Ha salido este viernes de mayo tan bello y puro como cuando se cantaban en nuestros pueblos “Con flores a María”, las tardes en la iglesia, que eran días en que parecía que el mal había desaparecido de la tierra.

Hemos recorrido la travesía Logroño - Vitoria por la orilla de La Rioja alevosa del Río Ebro y por la carretera entre El ciego y La Guardia nos han alegrado la vista colecciones enteras de azulitas, linos azules y margaritas. Acacias y saúcos nos saludaban también con los pañuelitos de sus flores olorosas mecidos por el cierzo. Y viñedos, un mar de viñedos todos ellos ya en verde flor.

Hemos recordado aquellos paseos por el parque Armentia al lado de esta primavera radiante, que parece pintada por Archimboldo, y lo llena todo, lo reverdece todo, lo sublima todo. Las retamas han comenzado ya a encenderse y contienden con las aliagas en fulgor y resplandor. En los muy variados campos de labor, todos los cebadales y casi todos los trigales han granado ya y están las espigas altas, firmes, erectas y esbeltas, como si todas obedecieran a la misma orden del señor solar. En nuestro paseo recordamos los trinos de las golondrinas, vemos sobrevolar sobre nuestras cabezas vencejos que, como saetas, juegan entre los rayos del sol y los hayales.


¡Mi Pinchina Eugenia!

 

Mes de amor espiritual

mes de Comunión de Eugenia

que pone gala en su día

con su flor primaveral.

 Tu rosal brinda sus galas

con el color de las rosas

y esta endecha primorosa

que tu Pincho te regala.

Trisca aún el arroyuelo

con sus aguas cristalinas,

la trasparencia del cielo

la hace obra divina.

 Comulgas con esplendor

de gloria y de poesía

sintiendo una alegría

de optimismo embriagador,

 Es vida que se contagia

de aquellos que te rodean,

es, ensueño que recrea

el avatar de tu magia.

 ¡Oh mayo! Mes que dedican

a culto de ti, mujer

y en tu pecho se radican

las ansias de tu querer.

 Día dieciocho de mayo,

luz para tu alma dormida,

resucitar a la vida,

salir del letal desmayo.

 Si la tierra se engalana

con sus joyas naturales

justo es que los mortales

la hagamos fiesta soberana.

 

¡Mi Pinchina Eugenia!

 ¡Goce tu alma las primicias

de tus jacintos, tus flores,

que mayo es una caricia

de virginales candores…!

 Tus flores hablan de amor

y perfuman el ambiente,

todo es dulce y sonriente,

todo rosa de color.

 Parece, como si Dios,

al darte todos sus dones,

fuera con sus bendiciones

uniendo los corazones,

haciendo uno de dos

en Primera Comunión.

¡Mi Pinchina Eugenia!

 

PRJP. N.º 26. En la primavera de mayo del 2024, al refugio de una larga hilada de hayales, robledales a los que ornamentan pinos, vegetación primaveral y tierras aluviales.

 

Texto y fotografías La Medusa. Copyright ©.


viernes, 10 de mayo de 2024 in

Soledad

 

 



Qué hermoso día aquel

cuando nos echamos al mar

y el vendaval

nos embriagó

con fuerza y con sal.

 Soledad

 Es tu nombre,

la brisa que respiro,

aquí en el mar,

es tu corazón paloma,

allí en tierras riojanas,

el que arrulla mis sueños.

Y a tus ojos me asomo

cada día

para beber la fuerza

que sostiene

mi canto.

 

PRJP. N.º 25. Un diez de mayo y a la sombra de un jinjolero.

 

Texto y fotografías La Medusa. Copyright ©.


domingo, 5 de mayo de 2024 in

BRUAR

 


BRUAR

“Las olas espumantes
rodaban y mugían altaneras;
el sol con arreboles deslumbrantes
teñía las riberas;
volaban espantadas las gaviotas
al aire dando sus discordes notas;
relinchaban gozosos los corceles;
chocaban los broqueles;” (Heinrich Heine)

 

Esta mañana he salido a pasear después de algún día sin hacerlo a causa de la lluvia y el viento que estos días han rondado por aquí. A la vuelta me he detenido en un chiringuito a pie de playa, llamado Magallanes, y he entrado en conversación con un lugareño de toda la vida de Dios. Y, aprovechando que el agua del mar y el viento hacían un ruido parecido, ha entrado en conversación diciéndome “que todos los sonidos están en el mar” y me ha largado una valiosísima lista entre la que ha incluido términos para poder nombrar con propiedad el ruido que hacen los mares y que, en algunos casos, yo desconocía: roncar, bramar, regolfar, borbollar, retumbar, incluso bruar, que viene del gallego bruído, al que me ha definido como bramido, ruido fuerte del mar o del viento. He pensado inmediatamente que este vocablo pudo haberse asentado en el Mediterráneo traído por algún gallego, venido a estas tierras a realizar el servicio militar en la Infantería de Marina con sede en Cartagena.

Le he recordado al lugareño que el verbo bramar ya lo utilizó y se apoyó en él Gustavo Adolfo Bécquer y se lo he ido recitando mientras lo recordaba mirando al horizonte: Olas gigantes que os rompéis bramando / en las playas desiertas y remotas, / envuelto entre la sábana de espumas, / ¡llevadme con vosotras!

Hemos seguido dialogando y ninguno de los dos hemos dado con la palabra que hable del sonido de ese ir y venir del mar arrastrándose como un fantasma por la orilla de la playa, dejando unos círculos, la mitad de una luna de arena, como si la otra siempre quedara en el agua, dibujando una suerte de cordilleras, rematadas en espuma, muy redondeadas, que es como hace con todo el mar: redondear la piedra, los vidrios, los huesos, las maderas, los siglos…

Al final los dos hemos convenido que, quizás, tendríamos que preguntar a esa caracola, varada en la orilla, por ese resonar que llevamos, también al respirar, dentro. Todo un mar, son de mar. Vale.

 

Texto y fotografías La Medusa. Copyright ©.

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