Diciembre mes de la fiesta milenaria
Diciembre, mes de la fiesta milenaria
La Medusa Paca es consciente de que estamos ante un mes netamente invernal con los días más cortos del año, cuya luz -poca de por si- es encima restringida por nieblas y nubes.
En la meteorología popular Santa Bibiana, Santa Lucia, Virgen de Guadalupe, Navidad, San Silvestre… son en este mes hitos de referencia en el Calendario para el apoyo de los refranes alusivos al tiempo, clima y labores del campo. Paca conoce que, la tradición popular y la meteorología científica unidas, son un buen complemento. Ahí van algunos ejemplos:
"En diciembre la tierra duerme"
"Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece y ya es noche oscura"
"En las frías noches de diciembre, si ves lucir la luna blanca, echa en la cama cobertor y manta"
"Un mes antes y otro después de Navidad, es el invierno de verdad"
"Lo indicado es que en diciembre haga frío y… ¡Quédese el calor para el estío!”
Diciembre es hoy el mes de las fiestas más entrañables, luminosas y tiernas. Navidad, incluso la navidad comercial y artificiosa, concentra a las familias y relaja las tensiones. Sigue siendo mes de matanzas, ocasión de algazara doméstica y de gastronomía extraordinaria. Es también el mes del invierno y de la germinación de la simiente. Es, en fin, el mes de la fiesta milenaria avivada por el fuego de la noche solsticial, misteriosa y queda.
El tiempo fugaz corre en busca del año nuevo, por encima de la memoria indeleble, como las aguas someras resbalan sobre las profundas.
“Mataba los puercos diciembre por la mañana
Almorzaba los hígados para matar la lagaña.
Tenía niebla oscura siempre por la mañana,
Que es en este tiempo ella muy cutiana.”
Miguel Delibes es el que mejor describe los elementos de Diciembre en "El último coto".
"La Castilla hiberniza, árida y desolada, se dulcifica con la lluvia. Se diría que el agua la lava, la peina, pule sus aristas, la matiza para convertirla en un inmenso tapiz ondulado de diferentes tonalidades de ocre (...). La transparencia del aire es de una pureza irreal y el ambiente tan quedo, que los pequeños ruidos de la llanura (el graznido de un cuervo, el ladrido de un perro) se transmiten desde lugares remotos, sorprenden por su calidez inmediata".
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