jueves, 8 de noviembre de 2012 in

Noviembre es nombre de sabor a vino



Noviembre es nombre de sabor a vino


“Si el vino desapareciera de la producción humana, creo que en la salud y en el intelecto del planeta se abriría un vacío, una ausencia y una carencia mucho más espantosos que todos los excesos y desviaciones de los que se hace responsable al vino”. (Charles Baudelaire).

Se cuenta de Julián Gayarre que un 20 de septiembre de 1869, en la localidad italiana de Varese, el tenor navarro se disponía a salir a escena para cantar la famosa aria “ Una furtiva lágrima”, del más célebre fragmento de la ópera “L´elisir d´amore”, y alguien, entre cajas, le entregó un telegrama en el que se le comunicaba la muerte de su madre. Por aquel entonces, Gayarre era un desconocido tenor español que luchaba por abrirse paso dentro del mundo de la ópera. A pesar de la noticia, el artista salió a escena y cantó su aria con una emoción y sensibilidad como nunca volvió a hacerlo. 


Pensaba yo en esta anécdota cuando, a día de hoy, me trasladé hasta la Villa de Ausejo, esa que, cubriendo un cerro minado por bodegas antiquísimas, domina un amplio horizonte de llanuras aterrazadas, al sur del río Ebro. Llegué hasta la cooperativa San Miguel cuando a estas alturas de noviembre, las viñas ya van perdiendo esos colores de incendio que adquieren tras la vendimia y las primeras nieves ya han comenzado a espolvorear las cumbres más altas de Sierra La Hez. Deseaba estar presente  y asistir como invitado al alumbramiento de ese vino  que, procreado por el joven Roberto Monforte López, experto y sabio enólogo que lleva en la sangre el arte de la enología y que sus sentidos han sido capaces, con esta primicia, de diseccionar los matices de este tinto joven, que en unos instantes verá la luz, como el vino más joven de la añada del 2012. Y allí, silencioso, asomó a la vida y apareció en escena Noviembre 2012, ópera prima, elixir de amor,  vestido con los ropajes y virtudes de un recién llegado. Y como nos lo presentaron lo degustamos, lo descubrimos, gozamos de sus aromas, experimentamos la armonía de sus sabores y la caricia de su líquido en la boca. Nos dimos cuenta que la calidad del vino Noviembre 2012 no estaba tanto en la viña y en sus uvas, que también, sino en su elaboración y en ese exhaustivo trabajo de seguimiento en el campo que Roberto vigila constantemente, entendiendo que el secreto del vino, que hoy ve la luz, está en la cepas. 

El neonato Noviembre 2012 ya está aquí y se nos ha mostrado, tempranillo 100%, muy sano y en correcta maduración, envuelto en sabores, olores, asperezas y blanduras de la tierra que le ha visto nacer, en esta mañana de noviembre, limpio, brillante, de color rojo cereza, con menisco violeta y capa media-baja; alta intensidad en nariz, testando fruta roja, en concreto palote de fresa, y todo esto después de 45 días de ser vendimiado.

Lo catamos, a ésto vinimos, y se nos mostró redondo en boca, goloso, suave, sin aristas y con un retrogusto de moras, fresas y regaliz siendo con su frescura y juventud un vino ideal para los jóvenes e iniciados en este mundo del vino al ser un caldo muy frutal, sin complejidades ni asperezas para disfrutar en su máximo esplendor en sus tres primeros meses de vida. 

Al final le dimos a la copa unos cuantos giros, de forma que el vino recién nacido mojase bien todas las paredes y fue entonces cuando aparecieron esas lágrimas, de aspecto oleoso, indicando sus alcoholes, 13.2. Este llanto nos llenó con esa felicidad pregonera de un vino suave, untuoso y sabroso.


Resulta difícil, incluso para un profano en el mundo del vino como es el viajero, recorrer las estancias profundas de la bodega sin emocionarse, sobre todo en este momento de noviembre cuando el ritual de la vendimia y sus labores, ya muertas,  y cuando los fríos, humedades y nieblas del otoño comienzan a mostrarse en escena, para disfrutar de estos pequeños placeres rurales, paisajes y estancias de postal y acompañar la conversación, por supuesto, de un buen vino.
 
El viajero no trata de hacer un post completo sobre los vinos de esta cooperativa de San Miguel, que para eso ya hay grandes expertos, sino de contarles sus sensaciones y emociones de esta visita, puesta en escena y nacimiento de Noviembre 2012. Ha sido una visita para el recuerdo tanto por la gran calidad de este nuevo vino, como por la personalidad increíble de su creador, personaje encantador, como salido de las catacumbas bodegueras que es donde habita y elabora. 


Roberto Monforte López es un hombre que transmite como pocos la emoción del vino. Ha sido un placer pasar un rato con él, conocer a fondo sus vinos, su bodega y su particular manera de pensar sobre la viticultura. Infunde filosofía y pasión por el vino. Su línea de trabajo se basa en buscar la armonía y la elegancia intentando recuperar las calidades aromáticas y toda la frescura de las uvas que a sus lagos llegan. Aromáticos, frescos, elegantes, suaves, maduros, con largo recorrido, son sus VINOS, vinos que hoy en la presentación de Noviembre 2012 emocionan, como emociona escuchar a quien los elabora.

¡Va por ti Noviembre 2012, va por ti ENÓLOGO, va por ti Roberto!

NOVIEMBRE 2012

Salí a buscar nieblas
y no las encontré.
Me senté
en el espigón de un lagar rojo
y el aroma de los mostoes
acalló toda la música
y escondió los latidos.

Un hálito imperceptible,
un  soplo, una bocanada
se enredaron en mi lengua
y la mezcla deleitosa
me dejó gustar el sosiego.

Un hilo rubí
bordado en mi mejilla
el vino.



Texto La Medusa Paca. Fotografías cortesía de la Bodega Cooperativa San Miguel. Copyright ©

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