domingo, 6 de noviembre de 2011 in

No hay Europa que valga

No hay Europa que valga

 Micenas: Puerta de los leones

La Medusa se sentó ayer a la orilla del “Mar Nuestro”, el que ha bañado de historia, civilización y cultura a los fines de la tierra y, pensando en los avatares de las cuestiones de confianza, de los vaivenes monetarios, la pérdida de valores humanísticos, que de allí vinieron, y en tantas y tantas otras cosas que los fondos de ese mar esconden, para escribir lo que hoy les muestra.

Hay que estar en el Mediterráneo y en días de Levante como el de ayer, aguantar marea y ese viento húmedo y revolcón, gozar con el arrullo de las gaviotas que van y vienen y se detienen sobre la roca del acantilado, en este caso artificial, para anotar los borbotones que fluyen naturalmente y mostrárselos para que ustedes los gocen.
Acaso, como Píndaro escribió:
“Siempre que un dios envía un gozo al hombre,
primero le derriba el corazón en negra angustia”.

No hay Europa que valga.
Ni Roma ni Hispania
Ni la Gallia
Ni Carthago ni Tarraco
Ni Troya ni Esparta
porque el mito y la palabra
en Grecia y con los griegos se forjó.
Sin los mitos de Hesíodo,
sin los versos de Homero,
sin las odas de Píndaro,
los sabios de Grecia y Pericles,
la historia de Tucídides,
sin los dramas de Esquilo, Sófocles y Eurípides,
sin el divino Sócrates,
sin los diálogos platónicos,
los libros aristotélicos,
los discursos de Demóstenes.
Ni mi Tales de Mileto.
Ni el canon de Policleto.
Ni mi romance sonoro.
 Ni sermo urbanus.
Ni sermo plebeius

Sin el griego Evangélico,
los padres apostólicos,
los concilios ecuménicos…
Podremos ser tal vez
otra cosa muy distinta.
Más…me falta lo de ayer.

Acrópolis: Erecteión

Fotografías cedidas por La Medusita, en este caso María. Poema de La Medusa Paca. Copyright ©

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