El encanto de un día de votos
El encanto de un día de votos
Frío, lluvia y normalidad: se vota sin que pase nada malo... aunque sí algunas cosas raras, hay un pueblo, que en su día fue minero, que siempre gana la carrera nacional para cerrar las urnas: les costó tres minutos cerrar el colegio, tenían prisa y se fueron a cazar.
El frío, la lluvia y los votos, normalidad, bastante gente, demasiadas anécdotas, en toda elección siempre hay anécdotas que contar. Algunas, además, distintas, habituales, sencillas, ordinarias y de pueblo, solo ocurren en ellos y con ellos: en los pueblos.
• VILLAROYA: TRES MINUTOS Y LISTO
Se constituyó la mesa, se inició la jornada, pasaron tres minutos y se cerraron las urnas, los 10 censados votantes de Villarroya ya habían ejercido el derecho al voto. De este modo, el municipio pegado al precioso Carrascal, que lleva su nombre, pasaba a convertirse en la mañana del pasado domingo en el primero en cerrar sus mesa electoral y proporcionar un avance de lo que iba a deparar la jornada: diez electores; seis votos para el PP; 2 para el PSOE; 1 para IU y 1 en blanco.
Un vecino reclamó puntualidad “Venga, que hay que ir a cazar”. Si en las Municipales y Autonómicas de mayo, los mismos electores ejercían su derecho en siete minutos, en este domingo, había que ir a cazar, lo rebajaron a tres, tiempo récord, tiempo de caza, tiempo de recoger hongos, tiempo de andar entre carrascas, pinos y encinas, tiempo de derechos y deberes, tiempo de responsabilidad, tiempo de votar.
Otros tres tardaba la Junta Electoral en responder al teléfono. “No habrá mucha gente llamando a estas horas”, cuestionaba un vecino. “Seguro que tienen que atender varias incidencias”, aclaraba la secretaria.
Seis minutos sobre las nueve, los dos vocales –entre ellos el alcalde Salvador Pérez Abad, hijo de la primera en votar- y el presidente depositaban también su voto, abrían las urnas y daban cuenta de los resultados mientras. “La cuestión para acabar tan pronto no es para salir en los medios sino estar bien organizados”, apuntaba una señora agradeciendo la puntualidad de sus convecinos. Mientras, las actas se encaminaban hacia la Delegación del Gobierno, el resto de España seguía votando y los vecinos de Villarroya volvían unos a sus quehaceres, otros a cazar y otros a guarecerse de la otoñal niebla y fina lluvia.
• NAVAJÚN: HASTA LAS OCHO...PARA NADA
Navajún, el pueblo de las piritas, otro pueblo minero, en elecciones pasadas, al terminar la mañana ya habían votado los 19 vecinos censados. En las municipales de mayo de este año se dio la circunstancia de que tres de los censados no acudieron a votar y la mesa tuvo que esperar hasta última hora para cerrar.
Uno de los votantes estaba en la residencia de ancianos de Cervera, otro había perdido su DNI y un tercero había fallecido meses antes y todavía estaba en el censo.
El pasado domingo ocurrió lo mismo. El vecino que está en la residencia de ancianos no subirá a votar a Navajún, el que perdió su DNI todavía no lo ha encontrado y el vecino fallecido en 2010 ya está dado de baja.
De 18 censados votaron 16: 10 votos para el PP; 4 para el PSOE y 2 para Izquierda Unida.
• CALAHORRA: LA MONJA REPETIDORA
Colegio electoral del Casco Antiguo de Calahorra una monja acude a votar y se entera de que ya había votado por correo.
Según parece utilizaron su carnet para efectuar el voto por correo ante notario. Finalmente la monja votó en persona y se decidió anular su voto por correo.
• SANTO DOMINGO: A LA CALLE POR SEGUNDA VEZ EN EL AÑO
Tranquilidad y votantes madrugadores, en este caso madrugadoras, llegan de forma escalonada, tienen sus motivos para madrugar y salir a la calle, las hermanas no la suelen frecuentar, no lo hacen mucho. Más bien, casi nunca: la última vez que salieron a la calle fue en mayo...son las monjas de clausura del monasterio cisterciense de Nuestra Señora de la Anunciación.
Fotografías y texto de La Medusa Paca. Copyright ©
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