¡No llores, viejita!
¡No llores,
viejita!
enjuga tu
llanto
que no se
destruyan nunca los recuerdos
y aunque las
llamas
por todos los
huecos
con pincel satánico
pintaron de
negros,
de humos y
hollines,
volverá de
nuevo el pequeño pueblo
a tener la
iglesia.
Volverán de
nuevo
a rezar
piadosa tus largos rosarios
y entre un
padrenuestro y un avemaría
a sentir
modorra y a dormir un sueño.
¡No llores,
viejita!
Nº 28-PRJP. Villamediana de Iregua, otoño 2012.
Texto y fotografías de La Medusa
Paca. Copyright ©
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