miércoles, 9 de mayo de 2012 in

¡Por favor, que el albornoz sea de algodón blanco!


¡Por favor, que el albornoz sea de algodón blanco!

Será cuando caigan los primeros copos de nieve. Puede ser un hermoso espectáculo contemplar, desde las habitaciones de la última planta, los montes situados al otro lado de “Fonpodrida” y en la lejanía del barranco. ¡Por favor que lleguen las nieves y que ésto sea pronto y a su tiempo! ¡Por favor que lleguen las nieves! 

Me aposentaré, para sediento de descanso, pasar  unos días rodeado de agua con olor sulfuroso o, simple y directamente, a agua. Quiero soñar con sesiones de aromaterapia y piscinas con mil chorros y burbujas y si es posible que pueda masajearme con piedras calientes pudiendo gritar y que me oigan: ¡Es lo último! ¡Mi pueblo es poseedor de lo último en balnearios! 

Será cuando caigan los primeros copos cuando elija el hotel Balneario de Grávalos para poder pasear arropado con chaquetones, bufandas y paraguas. Deseo hacerlo y pasar frío encajonado entre Pedrugales, montes boscosos prietos de encinares y perderme, aunque me conozcan, entre callejuelas con calles empedradas y bien cuidadas, pudiendo chapotear en sus charcos escasos. Pararme a contemplar sus casas de fachadas blancas y tejados con cumbreras de rojizas tejas árabes de pueblo arreglado con alguna escasa fachada blasonada. Contemplar el cielo oscuro de color grisáceo y amenazador, como en tiempos pasados.

 
Será cuando caigan los primeros copos cuando decida pasearme por sus afueras y contemplar como las acacias centenarias aguantan y se cimbrean ante ese airón de cierzo cortante que ruge con sonido de miedo preparando sus ventiscas. Es entonces cuando me apetecerá cobijarme en el porche de siempre con sus arcos y quedarme callado ante su fachada blanca, jambas y dinteles remozados y balconadas con  carpintería de madera y tejado metálico. 

Será cuando caigan los primeros copos cuando decida posar mi vaso junto al manantial, fuente de utilidad pública y beber en cortos tragos para, por si acaso, curar dolencias biliares, gastrointestinales, hepáticas y gástricas. Poder hacer la cura en ayunas, por la mañana y, entre cada vaso, esperar el tiempo de 15 minutos y al acabar la toma poder pasear un paseo de media hora. 
 
Fotografía Diario La Rioja Sanda Sáinz

Será cuando caigan los primeros copos cuando pueda darme una vuelta por su sencillo y de buen gusto interior y poder trasladarme hacia las zonas de relajación, piscina, cabinas de hidromasaje y gimnasio que, pese a mi edad, tengo intención de aprovechar.

Será cuando caigan los primeros copos cuando, en chanclas, albornoz ¡por favor, que sea de algodón!, bañador, gorro de baño y toalla me prepare para la inmersión en sus aguas templadas, pasar bajo las cortinas de agua (intuyo puede ser como lo de Tintín en El templo del sol), bucear bajo el chorro a presión, ocupar el jacuzzi cuando quede libre, echarme en las camas de agua con burbujas, relajarme, no pensar en nada, dejar como un cocodrilo, solo ojos y nariz fuera del agua, y aguantar... presenciando cómo la nieve cubre los olivos situados tras los cristales y es aventada por esos enormes molinos de viento de la montaña cercana de Yerga. Y cuando me canse poder retirarme para leer alguno de los periódicos a disposición de los clientes, o el cartel informativo, propio del balneario, para poder ampliar los conocimientos que de niño adquirí sobre: clasificación del agua. Por su temperatura,  mineralización y composición sulfurada y por su dureza. 

Fotografía Diario La Rioja Sanda Sáinz

A todo hay que aprender o reaprender. Cuando caigan los primeros copos, ya queda menos, espero poder aguantar, abandonar el balneario y volver a la realidad real después de unos días pasados por agua, baños, paseos y diversiones, seguro que al repostar en alguna gasolinera cercana comprobaré que mi coche vuelve a ser un utilitario, y no un descapotable de una película de los años cuarenta. Pues entre las aclamadas aguas sulfuradas, cálcicas y magnésicas del Balneario de Grávalos no sólo he sanado la piel y los nervios, sino que he vuelto a conocer y amar como de niño hice. 

PD. La Medusa Paca les garantiza que, tiempo al tiempo, le gustará ver para escribir que no puede  olvidarse del agua, todavía hay un río y unas cascadas que murmuran, aunque no gotee el tejado del portal. ¡Por favor, síganla!

Fotografía Diario La Rioja Sanda Sáinz

Texto y Fotografías La Medusa Paca y diario La Rioja. Copyright ©

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