viernes, 4 de mayo de 2012 in

Los muchachos, motivados paternalmente, apretaron ganando


Cuentan las crónicas que aquel sábado de febrero del invierno y año de 2011 se jugó la 25ª jornada de la Liga Adelante y el Estadio Cartagonova albergó unos 7.500 espectadores que presenciaron como Toni Moral tranquilizaba, en el minuto 55, al Cartagena con el 1-0, que sería definitivo y que fue descrito por Manuel Ángel Balaguer en Sportcartagena de la siguiente manera: 

“llegó el pase de Mariano Sánchez a Víctor quien, en un metro regateaba a dos rivales para darle un servicio preciso a Toni Moral quien se revolvía y lanzaba un izquierdazo, imparable, que servía para abrir el marcador. Jugada bonita, como si fuera un latigazo, y gol no menos bonito”.

El Cartagena respiró tranquilo. Este gol sirvió para ganarle al Numancia y para recuperar la tranquilidad blanquinegra. El partido, cuentan, no fue bueno, sí intenso, disputado y emocionante por el marcador que sirvió para que los blanquinegros recuperase un puesto para el play off de ascenso y se acercaran a la permanencia matemática. 

Casi como esta temporada en la que los numantinos, salvados, visitan el Cartagonova o para hundir a los de la Ciudad Portuaria o proporcionarles un a bocanada de aire para esperar la reanudación de aquel partido contra el Real Celta de Vigo que un justiciero, llamado Pino Zamorano, suspendió porque un papirofléxico avión voló sobre la cabeza de un auxiliar valenciano llamado César David y apellidado Escribano Pérez.

Lo que esta tarde pase, lo dejo para narrarlo en Sportcartagena. ¡Qué ustedes lo vean bien! 



EN UN RINCÓN PARA DOCE

Los muchachos, motivados paternalmente, apretaron ganando.
19 de febrero de 2011 / 21:00 horas
Última actualización 20/02/2011@08:48:44 GMT+1


“Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras”. (Tito Livio)

No hay mejor cosa, para ganar, que el dueño y señor se pase por el vestuario, “para apretar por un lado y apoyar al equipo por otra parte” y “se comporte como un padre”. Tanto debió apretar y apoyar con sus clásicas motivaciones que “sus chicos” se han comportado como excelentes hijos ganando a este Numancia que nos pisaba los talones y que vino al Cartagonova con malas intenciones.


He sido y soy un gran seguidor y lector de Don Camilo José Cela, aquél que consideraba el yoga ibérico, la siesta, como una de las bellas artes. El de Iría Flavia se echaba la siesta con pijama, padrenuestro y orinal. Después se tomaba un té. Hoy he estado en pijama por la casa todo el día. No me ha dado la gana salir a la calle. He rezado, para que el triunfo no se escapase, más que esos fervorosos penitentes que ya están en ello. De orinal nada de nada. Eso, con todos mis respetos, para los prostáticos.

Aquí, hasta los frailes se quedan roques después de comer. Al principio del partido y un poquito más, hora sexta, siesta del latín, significando hacer seda y siendo tradición e invento tan español, entré en sopor tratando de espabilar a medida que el Numancia me sustituía en el sueño y el Cartagena, lavado y acicalado, intentaba dar los primeros avisos.

En el segundo tiempo el sueño dio paso a la vigilia y ni los jugadores, ni los espectadores presenciales y televisivos nos hemos quedado durmientes y mira que daba sopor pensar en este partido. Nos ha espabilado ese Cartagena que, con escasas gotas de esencia, aparece de cuando en vez. La siesta, incluso la siesta del adúltero y la del carnero es sagrada. Hoy no la hemos respetado y tendremos que cumplir la penitencia. Lo tenemos merecido. ¡Viva Cartagena! Alguien, con mala educación, quiso molestarme a la hora de la siesta, no le cogí el teléfono, no podía perderme el anuncio de embeleso de mi Cartagena.

Aquí estamos y así se lo voy a contar. Hoy, más blanquinegro de corazón y más albinegro del alma que nunca, he experimentado cosquilleos nunca sentidos y me hubiese gustado adentrarme en las entrañas de todos los buenos cartageneristas que lo han disfrutado como yo para comprobar como lo estaban sintiendo.

Mi admirado Guillermo Jiménez escribía la semana pasada que: “el Cartagena da una de cal y una de arena. Alterna éxitos sonoros (lo fue ganar en Elche) y derrotas que duelen como la del pasado sábado en Barcelona”. Oiga, póngame un vino y tostada untada con mantequilla soriana y así olvidarme de la calçotada que los catalanes se comieron a nuestra costa.

A estas alturas de aficionados, forofos y abonados no vamos a descubrir a nuestro Cartagena, es equipo que fue, que puede ser, que deja de ser, que vuelve a ser de vez en cuando y cuando menos se espera. Ser cartagenerista es como creer en la Providencia: adicción incorregible, un amor no correspondido. Se le quiere y basta.

CF CARTAGENA 1 - NUMANCIA 0

Tropezón en El Cartagonova del resucitado y goleador Numancia en Valladolid y Ponferrada y, no menos divinizado, goleando igualmente a La Unión Deportiva Las Palmas. A ver si el tropezón los desmotiva y, en lo que resta, ya no nos alcanzan.

Hay momentos, esta tarde noche es uno de ellos, en los que el cronista debe olvidar las cuentas, los balances, los números negativos, los sinsabores y malos resultados y reparar en las sensaciones positivas, las que nunca hubiera querido olvidar deseando permaneciesen como poso grabado en la memoria. El resultado del Cartagena-Numancia de esta tarde de febrero, aun siéndolo, ha sido lo menos importante, más que nada porque al menos no perdió el que mereció ganar. El fútbol que, hasta esta tarde, había sido cicatero y cruel con un titubeante, desganado, desmotivado y poco ambicioso FC Cartagena, al menos hoy le concedió la dicha de una victoria postrera que sepultó a la desidia. Lo trascendente ha sido que en la orilla de Benipila se ha visto a un claro candidato a querer algo más que lo deseado hasta ahora, a un equipo luchador, con actitud y con propósito de enmienda.

No ha habido exhibición cartagenerista, ¡qué importa! ¡Qué más da no haber podido romper el goal average, eso es otra cosa! Hacerle un 3-0 al Numancia para superar el 2-0, recibido en Los Pajaritos, eran palabras mayores. Los de Soria se han marchado muy escocidos por la forma en que se desarrolló el final. El análisis es simple. El Cartagena, en su propia guarida, ha vencido, ha tenido actitud y ha reaparecido Toché, el resto no importa.

 Sí, el Cartagena no colaboró en la resurrección de los numantinos tensionados, apareció Víctor, dio el pase de gol al bien colocado Toni Moral para que éste marcase el gol victorioso y nos hiciese olvidar una pasada semana tumultuosa que pudo dar paso a los malvados Moriartys, enemigos de Sherlock Holmes. Por fortuna, cuando hay actitud, se puede perder, pero más bien se gana como esta tarde. ¿Y JIM?, me alegro por y con él, volvió a revalorizar su especialización en lectura de partidos. Empieza a ser como Mc Gyver. Ante situaciones de apuro siempre encuentra dos cerillas y tres palos para construir un puente y escapar del río revuelto.

¿Y qué decir del árbitro sevillano Mariscal Sánchez, D. Antonio Israel? Pues nada, que se habrá acordado de Alcoy y nosotros, también.

¡Amigos!, hasta el sábado que viene si Dios quiere. No tengan miedo. Otra vez nos espera Córdoba. ¡Ay Córdoba! Allí acudiremos para seguir disfrutando de nuestra ilusión. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Pedro-Roberto J.P. hoy en Villamediana de Iregua. Dies 2/19 ante diem undecimum Kalendas Martias.
Fotos Sportcartagena, viñetas Jotaefe y texto La Medusa Paca. Copyright © 

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