El Icue y…nubes de algazara sobre el olivar
Teatro romano de Cartagena
El Icue y…nubes de algazara sobre el olivar
“Un borbotón de agua clara
debajo de un pino verde.
Eras tú. ¡Qué bien sonabas!” (Antonio Machado)
debajo de un pino verde.
Eras tú. ¡Qué bien sonabas!” (Antonio Machado)
El FC Cartagena vive,
así lo hemos sentido esta tarde, en una continua expectativa de algo y ya sabemos
qué es ese algo. Se ha dado un paseo por la orilla del otoño, donde la capital califal
se supera a sí misma con la clásica sinfonía de ocres e iniciar una semana de aúpa
que le trasladará hasta la bella capital de La Mejana y allí brindar con ese
recio rosado navarro por la conquista del pase a esa fase copera en la que se
encontrará con los dioses del olimpo futbolístico. El miércoles el Icue se echará al mundo;
quiero decir que se irá de viaje felizmente a Tudela, al estar a tiro de piedra
de este Rincón para Doce desde el que ahora estoy escribiendo.
Hoy El Carpio, pueblo simpático cordobés de 4.500 habitantes y
eminentemente agrícola, ha entrado en una especie de trance delirante y
colectivo para recibir a este Cartagena que ya les sonaba desde aquel
inolvidable Cordobazo de triste recuerdo. Sus vecinos han visto ondear la
bandera blanca y verde del equipo filial de su capital desde lo más alto de su
principal monumento y símbolo del municipio, la Torre de Garci Méndez. Y, a
partir de esa visión, un enorme clamor de amargura oteó en esta tarde de otoño
consolidado ese horizonte de olivos, mientras sus futbolistas contagiaban a la
población de esa hermosa fiebre por el fútbol.
Cortesía de diariodecordoba.com
El FC Cartagena ya está encarrilado y ha salido de la destemplanza. La calentura
que comenzó con la victoria frente a la UD Almería B no debe remitir hasta el miércoles
de la semana que viene, cuando finalice el partido copero frente al CD Tudelano
que hoy ha perdido en El Salto del Caballo toledano y seguir después. Atrás
quedó ese bisoño e inquieto joven equipo. Esta tarde, a las cinco, y sin
saberlo, pero deseándolo, este equipo ya ha inoculado el virus del nerviosismo
a esos rivales que le anteceden en la clasificación.
Este es el panorama que, después del partido, entre olivares les han augurado los profetas.
Si la forma de encarar los próximos partidos persiste con esta mordacidad, la
Liga en la que participa este FC Cartagena quedará dividida en tres partes casi,
casi incomunicadas: unos pocos ricos serán cada día más ricos en la
clasificación futbolística; la clase media se verá cada vez más ampliada en la
chicha y limoná y los pobres de toda la vida bajarán todos esos escalones de la
escalera para convertirse en mendigos deportivos. El FC Cartagena hoy se ha
olvidado de ese bodrio futbolístico al que nos invitaba una semana sí y otra
también. Conocen mis lectores que el bodrio era
caldo con algunas sobras de sopa,
mendrugos, verduras y legumbres que de ordinario se daba a los pobres en las
porterías de algunos conventos a la hora del ángelus y así remediar
el hambre de los mendigos. Ya no ha futbol-bodrio, ya no hay mendigos en el
Cartagonova ni tampoco verónicas y samaritanos futbolísticos. El Efese ya solo
está hambriento pero de goles y como
comienzan a ser goleadores se acabó el bodrio y habrá sopa.
El Cartagena con esta victoria ya está colocado en el dintel de ese club de
los equipos que se visten en tiendas de ropa exclusiva y ya no contará los
euros uno a uno hasta los céntimos de cobre para congraciar el sueldo. Este
resultado y el hat trick de Fernando dejaron ya en la campiña cordobesa ese
olor a repollo de los patios de vecindad para ser bienvenido al reino del
solomillo con un horizonte iluminado por el cóctel molotov que forman esos dos
delanteros en punta que hoy han sido Fede y Fernando, los dos F de la
alineación cartagenerista. ¡Felicidades Tevenet por el acierto!
Adiós Icue. Ya anochece y ya
tocamos con las yemas de los dedos puestos de primeros escalones. Ya estamos en
sitios que siempre fueron nuestros y ya se ven las luces, esas luces largas.
Las cortas quedaron fundidas allá en la sexta jornada. Y estamos en la gloria
que consiste en cantar oé, oé, oé.
Ni a Jenofonte se le hubiera ocurrido un grito más épico y a la vez más
gratificador. ¡Ay, ay, ay, que éste ya es mi escrito trescientos hablando de mi
CARTAGENA!
Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce. Dies 10/13: ante diem tertium Idus Octobres. Nº 300.
Monasterio de Yuso- La
Rioja-
Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/ y
La Medusa Paca. Copyright ©
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