domingo, 23 de febrero de 2020 in

La puerta




Tierras de Ambasaguas
La puerta
¡El gato que runfla! ¡la puerta que cruje!
la gotera glo-glo-glo!
¡solos en la casa! a la puerta ruge
la bestia abortada cuando nací yo.
(Rosa de pecado: Ramón María del Valle Inclán

Me acerco desde la calle pisando las últimas hojas que han caído con el viento y con una lluvia tibia como una taza de vino caliente y azúcar quemada para el catarro. El día  está desapacible y, sin embargo, no apetece llegar a casa; esta lluvia y este viento tan cálido a mí me abrigan, me hacen recordar que los turrones de las peonías están ya emergiendo de la tierra, que queda poco para que el alimoche, ese buitre que parece un gallo y que tiene un negro puro y un blanco sucio en el plumaje por lo que recuerda a la cigüeña, llegue desde África con los vientos del sureste a esperar el parto de alguna oveja para alimentarse de la placenta, aunque siempre se le adelanta la urraca, y luego el grajo, ese que en los días fríos vuela bajo. Bajo esta lluvia que aquí resbala por las aceras, empiezan a florecer en el monte los sauces blancos y en las iglesias de los pueblos vaciados los tejos. Días de invierno en los que parece que, por el sureste, alguien se hubiera dejado una puerta abierta.

Tierras de Ambasaguas
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

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