Siete ríos, siete valles
Siete ríos, siete valles
Nunca vi los ríos riojanos
tan plenos, tan pletóricos como estos días.
Y es cosa de ver los ríos
nivales, que ahora descienden, copiosos y exultantes, en cada quebrada del
macizo nevado de la Sierra de Cebollera, Camero Viejo, Sierra de La Alcarama y Picos
de Urbión.
Los griegos representaron al
dios-río, ya como un toro (Aqueloo), ya como un hermoso efebo echado en el
suelo (Alfeo o Illiso), ya como un joven nadador (Orontes).
Pero también como un anciano
con barbas blancas, entre cañas verdes, con los codos apoyados en una urna y
llevando un remo en la mano.
Nacen algunos ríos riojanos en
sus manaderos de la Ibérica y Sierra de La Alcarama (Oja, Najerilla, Iregua, Leza,
Jubera, Cidacos, Alhama…), recorren nuestro territorio y se funden-hunden en el
Río Mayor. Todos nacen y crecen su curso en la geografía burgalesa y soriana,
nos llegan de tierras vecinas, como el Tirón, el Canales, el Urbión o el río
Piqueras... Y todos, en fin, cargados de años de aguas, se nos escapan directamente
a descansar al Mediterráneo, por tierras navarras, aragonesas y catalanas a
través de ese río nacional, El Ebro, que aquí comienza a hacerse varón.
Son, algunos de ellos ríos
caudalosos, sobre todo en su curso medio, y trasladan millones de litros de las
precipitaciones medias anuales que recibe La Rioja del santo cielo.
Los ríos sonorosos…(San Juan de la Cruz)
Sobre las rocas y los
musgos, y bajo la sombrilla del hayal, salta el agua recental y manantía: toro ibérico,
selvático precipitado; hermoso efebo languideciente; joven nadador arrojado;
anciano de barbas venerables y níveas, tras millones de años de recién nacido,
salido de la urna rocosa, con el remo del ciego instinto natural.
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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