jueves, 18 de abril de 2013 in

Siete ríos, siete valles

Siete ríos, siete valles 


Nunca vi los ríos riojanos tan plenos, tan pletóricos como estos días.

Y es cosa de ver los ríos nivales, que ahora descienden, copiosos y exultantes, en cada quebrada del macizo nevado de la Sierra de Cebollera, Camero Viejo, Sierra de La Alcarama y Picos de Urbión.

Los griegos representaron al dios-río, ya como un toro (Aqueloo), ya como un hermoso efebo echado en el suelo (Alfeo o Illiso), ya como un joven nadador (Orontes).

Pero también como un anciano con barbas blancas, entre cañas verdes, con los codos apoyados en una urna y llevando un remo en la mano.

Nacen algunos ríos riojanos en sus manaderos de la Ibérica y Sierra de La Alcarama (Oja, Najerilla, Iregua, Leza, Jubera, Cidacos, Alhama…), recorren nuestro territorio y se funden-hunden en el Río Mayor. Todos nacen y crecen su curso en la geografía burgalesa y soriana, nos llegan de tierras vecinas, como el Tirón, el Canales, el Urbión o el río Piqueras... Y todos, en fin, cargados de años de aguas, se nos escapan directamente a descansar al Mediterráneo, por tierras navarras, aragonesas y catalanas a través de ese río nacional, El Ebro, que aquí comienza a hacerse varón.

Son, algunos de ellos ríos caudalosos, sobre todo en su curso medio, y trasladan millones de litros de las precipitaciones medias anuales que recibe La Rioja del santo cielo.

                                                         Los ríos sonorosos…(San Juan de la Cruz)


Sobre las rocas y los musgos, y bajo la sombrilla del hayal, salta el agua recental y manantía: toro ibérico, selvático precipitado; hermoso efebo languideciente; joven nadador arrojado; anciano de barbas venerables y níveas, tras millones de años de recién nacido, salido de la urna rocosa, con el remo del ciego instinto natural.

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

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