sábado, 18 de noviembre de 2023 in

Entre mares

 



Va transcurriendo noviembre, ya va pasando. El mes de las castañas, las bellotas y las chimeneas que avivan el calor del hogar. Ya están aquí las noches largas y densas, los fríos, las siembras que asoman sus crines verde esperanza, los charcos y las cunetas que corren dando un abrazo al invierno que duda con ganas de quedarse. Avanza noviembre, el mes favorito de los que amamos la lumbre y la siembra.

 Me gusta noviembre. Los montes agitan sus encinares mientras alimentan montoneras, los olivares se cargan de vida con su devenir. El nuevo vino ya está en el tino. Hay movimientos en los corrales pues la paridera de la cabaña de churras y merinas espabila para dar vida a una buena remesa de corderos que harán las delicias de las cocinas en pocas semanas. Los caballeros clásicos se calan sombreros de fieltro, gabanes de tres cuartos y guantes de piel. Y pasean por los paseos entre mares con aires elegantes. Con aires del mes noviembre, que va pasando. Quedo aquí con Dios. Vale

Entre mares

Noviembre. Dos mares.
Y un sol veraniego.
Parvedades surcan
playas y paseos.

El mar merodea,
sosegado y quedo,
en marea baja,
ya bajo el roquedo.

Fijo sobre rocas,
un mástil de acero
vigila, controla
a barcos y vientos,
las olas del mar,
las lluvias del cielo.

Hoy nada se mueve.
Sólo unos veleros
de color gaviota
velan mar adentro.

Sólo una gaviota, 
sin prisa y sin miedo,
posa sobre el espaldón,
dique de los vientos.

PRJP. En Garnacha y a resguardo del decaído sol de noviembre.

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©.

 

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