Las nieves del picacho
Las nieves
del picacho
Los viajeros iban a Salas de los Infante
y, antes de abandonar la muga riojana, pararon a contemplar el románico de la ermita de Santa
Catalina, en Mansilla de la Sierra, y se encontraron con esta naturaleza para fotografiar,
que inspiraron a La Medusa a cantar sus excelencias.
El camino hasta Salas fue una bella
vereda cobijada, guardada y fortalecida por un manto forestal de pinos albares que
cubren las alturas de la sierra de Neila, mientras los bajíos de sus valles se
guardan entre viejos bosques mixtos de robles, hayas, acebos y fresnos. Y allí nos
encontramos con parajes tan evocadores y sublimes que, sólo con pronunciarlos, nos
sonaron a la aventura, a literatura y a la historia: ¡El alfoz de Lara! Uno,
dice estas palabras y ya siente que está galopando. Dan ganas de coger una cota
de malla, la espada y lanzarse a guerrear. Esta tierra, de cantares de gesta,
de versos machadianos y de novelas barojianas tiene un paisaje a la altura de
su leyenda; mil caminos que se adentran en hayedos, robledales, quejigares o
sabinares, y un perfil épico dominado por peñas y montañas.
Las nieves
del picacho
Las nieves del picacho dicen
que no cesó el invierno en las
cresterías.
Las canas que yo tengo también
pregonan
el frío que ya empieza a sentir mi
vida.
Las nieves del picacho
como las mías
al calor de los soles
serán fundidas…
Aquellas del arroyo
forman el agua
que cantando entre breñas,
alegre trisca
y da vida a las huertas
que con él lindan.
Las nieves de mis sienes
quieren ser vida,
los soles que la funden
beso y caricia
y el hortal que fecunde,
moza garrida,
que mi amor ensemilla
en la florecilla
que es el niño que anhelo
para que él siga, al fundirse mis
canas,
mi propia vida.
Las nieves del picacho
son alegrías
cuando los soles funden
sus blancas linfas.
Nº 08-PRJP. Villamediana de Iregua, mayo 2013. Yendo hasta Salas de los Infantes.
Texto y fotos La Medusa Paca. Copyright ©
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