jueves, 24 de diciembre de 2020 in

Fulgor de Diciembre

 



 Ahora, en estos días que el frio, la lluvia, la nieve y las noches son como personajes de nuestra tradición, me atrevo, a la luz de la lumbre de la memoria, a contar algo que no sé si es una historia o un cuento, un milagro o una fantasía; algo que no sé si lo he vivido o me lo han contado, si lo soñé o lo he inventado, pero es todo un recuerdo que, en mi niñez y aun hoy, ocupa y destila su memoria hasta el fin gracias a construcciones de corcho, ríos de papel aluminio o de espejos, piedras revestidas de musgo, nieve figurada con harina, y figurillas de barro, intentando recrear la vida de aquella aldea a la pertenecía el establo con el Nacimiento como centro.

 

 Hoy 24 de diciembre de 2020 me gustaría rodearme junto a ese Portal de Belén, como si fuese un niño de corta edad, con el posadero, las lavanderas, la disponedora, el vigilante, el romano, el gallo, la hilandera, el molinero, el pozo, el rebaño y los reyes astrólogos junto a los soldaditos del palacio de Herodes y de esta forma aproximarme al misterio de la venida del Hijo de Dios, incluyendo pájaros cantores, gallos de vistosas colas y voces madrugadoras, pequeños que duermen, madres que lloran y de las que todo lo guardan en el corazón y postrarme junto a niños que ríen, mensajeros que traen esperanza, escribientes de las buenas letras y demandaderas de recados del Portal, junto a soldados y legados, patricios y vigilantes, judíos crédulos y reyes temerosos de la muerte, griegos y romanos políglotas y sencillos pastores. Y a ese amigo de mis recuerdos que todos los años le pregunto: Jornalero, ¿Te han puesto en este Belén para tocar el pandero? ¡Qué bien!  Y ahí lo dejo viendo señales en el cielo como estrellas de hielo y nieve como luminarias bellas y, como celebración, ahí va este fulgor de diciembre. Vale.

 PD. Para que todos mis nietecillos: Marcos, Vega, Millán, Alfonso y Eugenia, intenten recrearlo y guardarlo junto a sus sensibilidades.

 

Fulgor de Diciembre

 Muchas estrellas de hielo.
Muchas estrellas de nieve.
Y una que otra estrella breve
de las que van por el cielo.

 

¡Qué iluminación tan bella!

 

Pero en todo pueblo
con su soledad
no se ve la estrella
de la Navidad.
 

Mucha luz, cara y ruidosa,
de fiesta de fin de año,
luz de relumbrón y engaño,
ni alegre ni jubilosa.

 ¡Qué iluminación tan bella!

 

 Pero en todo pueblo
con su soledad
no se ve la estrella
de la Navidad.
 

 PRJP. N.º 99. En Villamediana de Iregua. Día de Nochebuena de 2020

 

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

 

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