sábado, 23 de marzo de 2024 in

Horcajo florido

 

 


Hoy, sábado previo al domingo de Ramos, me he despertado con el trinar de los pájaros y he comprobado cómo el primer vencejo se ha adelantado, impaciente y novelero, en cuantito ha visto niños correteando por la baranda del pórtico de la casa, y por el mensaje de ese hermoso peral que ya quiere estar en flor. Me he desperezado reflexionando y contemplando como toda esta belleza es la que refleja la magia de las estrellas sublimes y de los curiosos planetas que reinarán en esta Semana Santa tan baja, tan baja, tan baja, que el inminente Domingo de Ramos todavía tiene el desperezo del invierno. Oigan, ¿a que el incienso va a oler a espliego, romero y también a azahar?

Tengo delante de mí el programa estrellero, que no es otro que el Almanaque Zaragozano de toda la vida. El de don Mariano Castillo y Ocsiero, que viene retratado en su portada de color naranja del Museo con una indumentaria como de capataz antiguo del grabado de un Santo Entierro Grande y sepia. Hoy sé, por este Almanaque Zaragozano el prodigio que esta primavera, recién estrenada, está obrando en mi peral.

 


Horcajo florido

 

Horcajo de mi casa florecido,

peral en primavera, fruto vivo,

de vejez y de savia estas ungido

siempre eres y serás muy bien querido.

 

Leñoso, silencioso y aún vivo

tu tronco seco del invierno

hoy se embellece,

él sigue tan curvado

en tanto que sus ramas continúan
poblándose de blancas flores

y pájaros cantores.


 

Eres de esta casa portal

y de tus yemas peral,

con arrugas centenarias,

de entraña tan ancestral

que siempre la has adornado

y nosotros hemos sentido,

el árbol que nos ha arropado.

 

¡Oh peral, todos te admiran!

Esos hombres, los antiguos,

ancestrales y remotos

por los veranos curtidos,

al mirarte se estremecen

ante esas flores que se abren,

te disfrutan y se enternecen.

 

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©.


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