BOTE
Una mañana temerosa, un poco triste, iba andando entre dos mares, en la sombra indefinida entre el amanecer plomizo y los primeros apuntes del día. Estaba solo. Intenté embutir ese momento en un haiku, pero no pude y ese tanteo quedó en estos ocho versos: que, en medio de la oscuridad, me condujeron hacia el fulgor amarillo de las hojas caídas y la blancura salitrosa, como caminos de luz bajo la espesura; y pensé: a pesar de todo y, aun no sabiendo remar, me dieron ganas de subirme en la barca, despertarla y adentrarme entre los carrizales para contemplar entre aguas los amarillos, ocres, herrumbres, oros, castaños, rojos y el verdiblanco de las hojas de las encañizadas sampedrinas.
Bote
BOTE
¿Remiendan tus cabos
y las jarcias?
¿Descansas?
¿Sueñas?
Quizás añores
bailar sobre las olas,
sentir en el costado
el beso del peligro,
el oscuro presagio del naufragio.
Bote varado:
síndrome del ocaso.
PRJP N.º 66. Entre los molinos de Quintín y el de La Calcetera. Lo Pagan 2022.
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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