Morir como el otoño IV
Sería una ingratitud
el llorar ante la muerte,
que la verdad amarga y fuerte,
se cierra en el ataúd.
Morir como el otoño
es el acto supremo de lo humano:
belleza insuperable,
sin ruido y sin alardes.
Las hojas no hacen ruido
y fecundan la tierra.
Viviste con penas,
días de contento,
horas encalmadas,
dulces y serenas
y amargos momentos.
Morir como el otoño es morir
a su debido tiempo,
cuando todo reclama
primavera imposible.
Morir como el otoño,
para poder vivir
sin temor al invierno.
PRJP. N.º 92. 30 de octubre cuando tú, amigo Félix, hubieses cumplido setenta y cinco años. Desde la orilla del Mar Menor ¡¡¡Felicidades allá donde estés!!!
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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