viernes, 1 de junio de 2012 in

Mes romántico, el de junio



Mes romántico, el de junio


Mes de Junio, mes del solsticio de verano. Mes, según el refrán, con los días del año de mayor duración: "De Junio el día 21 es largo como ninguno". 

Junio es el mes de la claridad.

Mes de la siega y recolección según un refrán antiguo dictaminaba: “Cuando Junio llega, afila la hoz y limpia la era". 

Mes en el que los agricultores deben dar una pasada de arado a los barbechos, La Medusa ha visto hacerlo, para que tenga razón el proverbio: “La reja de San Juan, muchos la saben pero pocos la dan”.

Mes de polluelos jóvenes, mes en el que revolotean los primeros bandos de polluelos de perdices y codornices y, en los pueblos, las cigüeñas jóvenes de la torre sueltan sus primeros vuelos.

Mes, también de tormentas, donde: “Juniete nubladete, si no granizas no agonizas”. Y que Miguel Delibes describe como sigue:

“Junio, Mis amigas las truchas, Un nublado wagneriano
En las alturas hace rato que se está cociendo un nublado. Lo aguardo con impaciencia a ver si el aguacero modifica la actitud del río, pero las nubes desfilan a mi derecha, entre el retumbo solemne de los truenos lejanos, sin descargar una gota. Hora y media más tarde, torna la tormenta. Ahora sí. El nubazo viene por derecho, entre dos crestas góticas, y yo me apresuro a calzarme el chubasquero. Los relámpagos son vivísimos y los truenos, casi sin transición -la nube está encima- explosiones dislocadas, como tableteos de ametralladora a todo volumen”.


Es un mes romántico éste de junio, que hace al amor sus mejores ofrendas: Mañanas de San Juan, mozas, vámonos a coger rosas. 

En las noches de San Juan, las enamoradas recogen de sus novios las enramadas, y es por eso por lo que toma personalidad esa mañana de dulces ensueños, para pedir a las vestales de Cupido:
“Mañana de San Juan, mozas, a mi casa todas”.


HISTORIA DEL NOMBRE

Por cosa cierta y probada dieron algunos enciclopedistas que Junio procedía de Junius, y que éste, a su vez, se derivaba de Juvenibus y de Junioribus (los jóvenes), alegando que los romanos placiéronse en dedicar este mes a la juventud que servía en la milicia peleando por Roma.

No faltó polígrafo erudito que se alzase contra la afirmación y que, con más afán de originalidad que abundancia de argumentos admisibles, pretendiese asentar la hipótesis de que Junio (Junim) era lisa y llanamente la forma de conmemorar a Junio Bruto, que expulsó a los Reyes de Roma.

Y ni aquellos enciclopedistas ni ese polígrafo quisieron tomarse la molestia de leer a un gran poeta (Ovidio, libro V de los Fastos), que pone en boca de la diosa Juno la siguiente frase que vale por una definición y por una probanza:

“Junius a nostro nomine nomen habit.”
(Junio, por nuestro nombre, nombre tiene.)

El gran poeta sabía bastante más que los etimologistas, y la confirmación de su frase se encuentra en un hecho: Junio es el mes consagrado a la diosa Juno.

Indudablemente el ahijado pudo sentirse orgulloso de su madrina, porque ésta no era una divinidad gentil (de poco más o menos, sino la muy empingorotada Reina de los dioses, hermana y esposa de Júpiter, madre de Hebe y de Vulcano, y luego de Marte y de Tiefón.

Las aventuras y desventuras de la mitológica existencia de la deidad tienen majestad y poesía.

Hércules niño muerde rabiosamente en el pecho a la Reina de los dioses, y, por efecto del mordisco, surge esa magnificencia llamada la Vía Láctea.

Conspira Juno contra su marido, y Júpiter le impone por castigo cadena temporal. Tetis y Briareo son auxiliares del esposo, que actúa como ejecutor de la propia justicia. La diosa queda suspendida en el espacio mediante una cadena de oro, y su hermosura resplandece de tal modo, que, mientras se cumplió la condena, los astrónomos consignaron con embeleso la presencia de un nuevo sol en el firmamento.

Divinidad benéfica, presidía los enlaces matrimoniales, amparaba a las mujeres castas y velaba por la salud familiar. Todo en ella era belleza, hasta sus emblemas.

Muy descontentadizo habría de ser Junio para no sentirse satisfechísimo de que Juno le diera su nombre.


Grabado de la revista Blanco y Negro: Hemeroteca ABC. Textos y Fotografías La Medusa Paca. Copyright © 

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