sábado, 17 de febrero de 2024 in ,

¡Ay nuestro campo!

 



¡Ay nuestro campo!

 

“Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos

en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,

no usareis la corona de los poros abiertos

ni el poder de los toros.” (Miguel Hernández)

 

¡Ay nuestro campo!


 

Añoro al campesino

cuando esa nube polvorienta
se levanta, penetrando
en su tierra cenicienta
de campo ya muy seco

y ya quebrado.

 

Añoro al campesino

callado, triste,

estoico, atarazado,

aguantando lo injusto de esta tierra:

y ¡sigue siendo humano!

 

Añoro al campo,

cuando se harta,

cuando le provocan

tocándole el estómago

y la alcancía,

cuando le ahorcan

con una rúbrica canalla y fría,

cuando se alza de manos

y golpea sin miedo,

hecho a los reveses de los tiempos.

 

¡Tú, campo nuestro!

Ataca sin retórica,

golpea con tus recios puños,

desnudos y visibles,

en la esteva formados,

siega con hoces

pastizales sequizos.

 

Cuando ¡oh campo! te hostigan,

torna tus surcos en trincheras,

los vallados, barricadas;

sueñen escopetas las cañas,

granadas las granadas,

y los limones,

y las naranjas,

y las ciruelas,

y esos trigales verdegales ,

viñedos y almendrales…

 

¡Ay campo nuestro

que en tu grandeza llevas la vida

de tu clamor desamparado!

“Cuando los campesinos van por la madrugada

a favor de la esteva removiendo el reposo,

se visten una blusa silenciosa y dorada

de sudor silencioso.” (Miguel Hernández)

 PRJP. N.º 15. Desde Garnacha, junto al Campo de Cartagena, y cuando se está provocando a los hombres y mujeres del campo, del cual provengo, y envenenando su sudor.

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©.

 

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