APARADOR
Aparador es un viaje en el tiempo hacia otros siglos, un
desahogo de la memoria personal que tengo mezclada con la memoria colectiva y
con la denuncia de un doble abandono:
el de la vida cotidiana
y el de una cultura
apegada a la tierra y vinculada a mis profundas tradiciones.
Aparador lo construí con una intencionalidad fundamentalmente casi estética, deudora del “desprecio de corte y alabanza de aldea”, porque obedece bien a pretensiones puramente sociológicas, o a la muestra de un universo familiar, cultural e histórico.
Aparador es una balada que
clama en el desierto, rescatada de mi memoria y una voz que muestra, aunque
minoritaria y desatendida, la
conciencia crítica por el abandono de esos mundos que siempre estuvieron y
están ahí, dentro de esas casas derruidas por las que un día anduve, soñé y hasta
me divertí y que hoy ya están a beneficio de inventario del
olvido, o relegadas, o marginadas… Y, por supuesto, vacías y derruidas. Vale.
en
el búcaro jarrón
por
mano muy trabajada.
Fuiste
adorno en un rincón,
ornato
con rango estrellado,
con
espejuelos bonitos
y
hasta cristales tallados.
Elegancia
en tu interior:
platos
de uso festivo,
cubiertos
de Cruz de Malta,
de
alpaca muy plateada,
con
adornos en dorado,
con
el gallo y una flor
en
sus mangos torneados
de
fino vidrio labrado.
Sois
la luna reflejada
en
el búcaro jarrón
por
mano muy trabajada.
PRJP. N.º 86. En recuerdo del
aparador de una derruida casa familiar.
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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