jueves, 3 de junio de 2021 in

Alcorques en mi ciudad

 

Alcorques en mi ciudad


Leo en el digital riojano “Nueve cuatro uno” que: “en tan solo un año, la ciudadanía logroñesa ha podido apreciar cómo en las praderas han florecido especies locales, como mielgas negras, tréboles rosas y blancos, dientes de león, margaritas, cuernecillos y diversas especies de menta que hasta ahora no podían observar en su plenitud y que se ha optado, de forma experimental, por sembrar en algunos alcorques con árbol en varias ubicaciones de Logroño, utilizando semillas de carraspique blanco, espuela de caballero, lino perenne, malvavisco marítimo, clavel del poeta, alhelí de Mahón, amapola, ojo de buey, juliana, cesto de oro y aquellas otras especies que puedan atraer fauna beneficiosa como son la caléndula, aciano y aliso marítimo, así como semillas de cosmos, margaritas, amapolas, manta india, lino rojo y hasta aquellas que puedan atraer fauna beneficiosa como el aciano.

Todos contentos. Ya somos felices y tan de campo como las amapolas. Los matorrales invaden nuestra ciudad, dejemos pues que las breñas, broza y bálago sean el monte bajo cubriendo nuestras calles alternando con plantas esteparias y que los zarzales, espesuras y malezas se mezclen con los sentimientos de la España vacía. ¡Qué gran hallazgo deudo, qué gran solución y acierto! Todos son alcorques, digo alcornoques. Y aquí dejo mi redención. Vale.

  Redención

 Hay quienes redimen a la ciudad de su dureza,

 de su sequedad

y su mirada hostil.

 Hay quienes buscan el rostro antiguo de la tierra,

 su fértil memoria

 bajo la dureza de su adoquin.

 Hay quienes tienen suficiente con un metro cuadrado

 para soñar un jardín.

Hay quienes plantan lirios

caléndulas, ababoles

en el triste cuadrado de un alcorque.

 PRJP. N.º 58. Al alba de junio de 2021.

 Cortesía de "Nuevecuatrouno"

 Texto y fotografía La Medusa Paca. Copyright ©

 

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