Nieve de febrero
Nieve de febrero
“Da
la nieve como lana,
Y
derrama la escarcha como ceniza.
Echa
su hielo como pedazos;
Ante
su frío, ¿quién resistirá?” (Salmo 147)
Ando por La Rioja y observo como,
bajo el amplio y protector palio de la nieve, los hayedos y robledales de Sierra
de Cebollera han echado ramas robustas de nieve.
Y se me ocurre decir que en los
árboles altos hay cúpulas efímeras que caen al suelo sonando casi a nada.
Han verdeado de nieve.
Han florecido de nieve.
Son como campos frutales de nieve.
Nos ha traído una cosecha albar y ubérrima de nieve.
Noches y noches nevando y la temperatura descendiendo hasta…
Manoseo, acaricio y sobo esas cúpulas
de nieve ramificas que son ahora hielo duro, que cuando la atmosfera temple
poco a poco hará caer desde las copas pequeñas
avalanchas, provocando insignificantes estrépitos.
Es tiempo y el invierno ha
entrado de golpe. Las aves, despistadas por los buenos días de atrás, ya habían
empezado a cantar y marcar sus territorios de cría. Y ahora, pese al frío,
siguen empeñadas en ello, como llevadas por la inercia. Aunque sus voces
resuenen contra un fondo vacío y la partitura siga en blanco.
Y el bosque, que está ahí, toma
fuerzas y lanza esas notas acompasadas, carraspeos y silbidos de ese orfeón
formado por carboneros garrapinos, herrerillos capuchinos. Siempre ruidosos,
siempre en pandilla y siempre alborotando por las ramas junto a ese grupo de halcones,
gavilanes y águilas.
Y mientras, arriba, contra el
cielo plomizo, maúlla el ratonero y grazna eln cuervo. Y abajo, entre los
troncos, unos invisibles y bulliciosos arrendajos rasgan con sus voces el
silencio del bosque. Y hasta hay relinchos de pájaros carpinteros haciendo melodía,
como si estuvieran a pleno sol, junto a esos zorzales nerviosos.
Y es que el invierno aun llegando
tarde no ha conseguido hacer callar a la comunidad del bosque.
Y yo he querido escucharlo, “Como lana distribuye la nieve /, esparce la
escarcha como ceniza”. Vale.
Texto y fotos La Medusa Paca. Copyright ©
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