Suspiros de madre en unas natillas
Hoy, aquí en el Mar Menor, la mañana no es limpia, tampoco
soleada. Es una mañana lluviosa y gris, como de panza de burra y que invita a
ordenar cosas, si hay cosas que ordenar, o a sentarse junto al cuaderno,
rebuscar entre las notas y comprobar si puedo echarle algo a la mañana para
poner negro sobre blanco en la querida página de La Medusa. Y así, en este día
más propicio para meterse uno en un pinar o carrascal con la cesta en la mano
en busca de esos rojizos y apetitosos níscalos, tratar de encontrar algún
boletus suelto que viniera a mano. Pero tampoco esto, al no estar en tierras de
pinares, fue afán de La Medusa que, revolviendo entre sus notas, encontró esta
receta, que a continuación transcribo y que, pienso para mis adentros, es
producto de esa sociedad rural cada vez más envejecida y menguante pero que
tantas alegrías nos dio y nos sigue proporcionando.
Y en el silencio de esta mañana de silencios verdes, grises y de
cobre y rosa me vienen a la cabeza aquellos versos de Gerardo Diego:
“Habrá un silencio
verde
todo hecho de guitarras
destrenzadas”.
Pocos silencios, como
echarse a la calle y playa en una plácida mañana otoñal como ésta y pasear
despacio, escuchando su gemir y pisando las hojas secas en la arena después de
recordar los suspiros de mi madre, ¡ay mi madre!, adornando sus natillas. Vale.
Suspiros de madre en unas natillas
Se
trata de un postre que se obtiene de la cocción de yemas de huevo, leche y
azúcar. Se elabora, por tanto, con productos sencillos presentes en cualquier
cocina pero que, trabajados por las sabias manos y el amor que le dedicaban
nuestras abuelas, lo convierten en un delicioso placer culinario.
Ingredientes
Para
las Natillas:
1 litro de leche.200 grs. de azúcar.
12 huevos (12 yemas y 6 claras).
1 rama de canela.
Galletas.
Para
los Suspiros:
6 claras (restantes).
150 grs. de azúcar.
Preparación
Se
calienta la leche con la canela en rama. Separamos las yemas de las claras y en
una cazuela batimos las 12 yemas, con el azúcar, echándole por encima dos tazas
de leche fría o templada. Mezclamos bien.
Una
vez bien mezclada se va añadiendo a la leche caliente, que la habremos bajado a
fuego lento y sin dejar de remover para que no se cuajen, (que no se corte), y
procurando que no hierva las yemas. Cuando espese la natilla se cuela y se le
añade 6 claras montadas.
Los
suspiros se hacen con las otras 6 claras, que se montan a punto de nieve, añadiéndoles
azúcar poco a poco. Estos suspiros se colocan encima de galletas. Las galletas
con los suspiros se van colocando encima de las natillas, espolvoreándoles
canela por encima.
Las
natillas se pueden servir una fuente grande o en cuencos individuales. Finalmente,
se adorna con la canela en polvo. Y si ya los tenéis preparados, a la nevera para
que se enfríen y, entonces, la mezcla es una delicia.
Fotos y texto de La Medusa Paca. Copyright ©
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