miércoles, 5 de noviembre de 2014 in

Suspiros de madre en unas natillas




Hoy, aquí en el Mar Menor, la mañana no es limpia, tampoco soleada. Es una mañana lluviosa y gris, como de panza de burra y que invita a ordenar cosas, si hay cosas que ordenar, o a sentarse junto al cuaderno, rebuscar entre las notas y comprobar si puedo echarle algo a la mañana para poner negro sobre blanco en la querida página de La Medusa. Y así, en este día más propicio para meterse uno en un pinar o carrascal con la cesta en la mano en busca de esos rojizos y apetitosos níscalos, tratar de encontrar algún boletus suelto que viniera a mano. Pero tampoco esto, al no estar en tierras de pinares, fue afán de La Medusa que, revolviendo entre sus notas, encontró esta receta, que a continuación transcribo y que, pienso para mis adentros, es producto de esa sociedad rural cada vez más envejecida y menguante pero que tantas alegrías nos dio y nos sigue proporcionando.

Y en el silencio de esta mañana de silencios verdes, grises y de cobre y rosa me vienen a la cabeza aquellos versos de Gerardo Diego:
“Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas”.

Pocos silencios, como echarse a la calle y playa en una plácida mañana otoñal como ésta y pasear despacio, escuchando su gemir y pisando las hojas secas en la arena después de recordar los suspiros de mi madre, ¡ay mi madre!, adornando sus natillas. Vale.


Suspiros de madre en unas natillas

Se trata de un postre que se obtiene de la cocción de yemas de huevo, leche y azúcar. Se elabora, por tanto, con productos sencillos presentes en cualquier cocina pero que, trabajados por las sabias manos y el amor que le dedicaban nuestras abuelas, lo convierten en un delicioso placer culinario. 

Ingredientes

Para las Natillas:

1 litro de leche.200 grs. de azúcar.
12 huevos (12 yemas y 6 claras).
1 rama de canela.
 Galletas.

Para los Suspiros:

6 claras (restantes).
150 grs. de azúcar.

Preparación

Se calienta la leche con la canela en rama. Separamos las yemas de las claras y en una cazuela batimos las 12 yemas, con el azúcar, echándole por encima dos tazas de leche fría o templada. Mezclamos bien.

Una vez bien mezclada se va añadiendo a la leche caliente, que la habremos bajado a fuego lento y sin dejar de remover para que no se cuajen, (que no se corte), y procurando que no hierva las yemas. Cuando espese la natilla se cuela y se le añade 6 claras montadas.

Los suspiros se hacen con las otras 6 claras, que se montan a punto de nieve, añadiéndoles azúcar poco a poco. Estos suspiros se colocan encima de galletas. Las galletas con los suspiros se van colocando encima de las natillas, espolvoreándoles canela por encima.

Las natillas se pueden servir una fuente grande o en cuencos individuales. Finalmente, se adorna con la canela en polvo. Y si ya los tenéis preparados, a la nevera para que se enfríen y, entonces, la mezcla es una delicia.

Fotos y texto de La Medusa Paca. Copyright ©

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