“Pincho” con destellos de Comunión
Ermita de San Prudencio de Armentia
“Quiero seguir a ti, flor de las flores,
siempre decir cantar de tus loores;
non me partir de te servir,
mejor de los mejores.” (Arcipreste de Hita)
Hoy, querido Alfonsito no es un día del mes de mayo, mes de las Primeras Comuniones, mes de celebraciones religiosas y familiares, cuando todo estaba programado y todo y todos dispuestos para estar a tu lado. Era tu día y no pudo ser. Todos estábamos muy ilusionados, pero déjame que te diga; los yayos y tu abuela Teresa más que nadie. ¿Y tus tíos y tus primos? ¡Qué te voy a contar!
No pudo ser en aquel inicio de primavera, próxima pasada, cuando todo estaba lleno de flores. Ya sabes, tuvimos que quedarnos encerrados en nuestras casas junto a nuestros lúgubres pensamientos. Hasta ese pajarito, confidente del yayo de los avatares de sus nietos, pareció extrañado de tanta soledad en las calles y tan abrumador silencio. Todo ha pasado, o casi, porque nosotros seguimos aquí y tú, Alfonsito, allí, con los papas y tu hermana Eugenia. No, no creas en los malos presagios. Todos, absolutamente todos estamos a tu lado en esa vieja capilla del Seminario vitoriano. Y a estas alturas de septiembre todos han empezado a cantar, también los que están en los cielos, los que te conocieron y los que, por edad, no lo hicieron. Estate contento y feliz porque en nuestra representación estarán los mirlos de tu jardín, y los huidizos gorriones, cada vez más escasos, se acercarán hasta la ventana del yayo a comer el pan que le pondrá este día en el marco de la ventana. Hasta las palomas, este año numerosas, iniciarán su canto, amoroso arrullo, para ti. Alfonso te digo que este enigmático año bisiesto lo vas a recordar durante toda tu existencia. No sufras, solo queda en suspenso la celebración junto a todos, y todos esperamos el momento de la explosión gozosa al final de la pesadilla.
“Pincho” con destellos de Comunión
“Hoy es tu día de fiesta
firmas con Dios esta unión
y espero que nunca olvides
tu primera Comunión”.
Hoy en tu carita,
querido Alfonsito,
he visto la llave
de tu cofrecito
donde ocultarás
tus gratos recuerdos:
un libro de nácar
junto a ese rosario,
fundido en la plata,
junto a estos mis versos,
henchidos de amor.
He visto en tus ojos
cambiantes destellos
que a gritos pregonan
tu gran ilusión.
Hoy eres feliz
mi niño paciente,
siempre sonriente,
nueva alma naciente
que vendrá a arrullarte
en horas fervientes
y también silentes.
Transparente está tu alma,
tus ojos abiertos,
y para saber que sientes
y conocer tus anhelos
solo hay que acercarse
y mirarte fijo en ellos.
Al fin la semilla
de tus ilusiones
germinó en tu pecho,
cual flor delicada,
y aunque presentía
tu ansia lograda
llenará tu alma
de vacilaciones.
Otra etapa empieza ya,
no hay tregua en este empeño,
estamos contigo todos
y juntos intentaremos
que sigas así adelante
y tus metas consiguiendo.
¡Mi
querido Pincho,
cierra bien tu cofrecito
que tu rostro es indiscreto
y lo que hoy guardas con llave
nadie podrá ya saberlo…!
“Hoy es tu día de fiesta
firmas con Dios esta unión
y espero que nunca olvides
tu primera Comunión”.
Paseo del Batán
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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