sábado, 23 de diciembre de 2017 in

Es Navidad






ES NAVIDAD


Hoy, que ya es NAVIDAD, deseo volver a mi infancia e intentar recordar aquellas palabras de Juan Ramon Jimenez al describirnos la suya: “cuando aún no sabía escribir, realizaba la belleza, la poesía. Había en el jardín de mi casa un bosque de plátanos y araucarias, y a la tarde, cuando volvía del colegio, toda mi delicia era ocultarme entre el verdor ya transparente de oro del sol de las cinco...”

Y hoy, como ya es NAVIDAD, deseo ser niño y ofrecer estas tres voces muy diversas para que nos canten hoy en esta página el nacimiento de Cristo: Juan Ramón, en un tema no muy frecuente en él; Jorge Guillen, que en el campo religioso ha conseguido extraordinarios hallazgos poéticos e incluso teológicos. Y Miguel de Unamuno, que infantiliza su voz al acercarse al Portal.

Y al ser más niños, ya es más NAVIDAD.

LA ALDEA

El cordero balaba dulcemente.
El asno, tierno, se alegraba
en un llamar caliente.
El perro ladraba,
hablando casi a las estrellas...

Me desvelé, Salí. Vi huellas
celestes por el suelo
florecido
como un cielo
invertido.

Un vaho tibio y blando
velaba la arboleda;
la luna iba declinando
en un ocaso de oro y seda,
que parecía un ámbito divino...

Mi pecho palpitaba,
como si el corazón tuviese vino...

Abrí el establo a ver si estaba
El allí.
¡Estaba!

NAVIDAD

Alegría de nieve
por los caminos.
¡Alegría!
Todo espera la gracia
del Bien Nacido.

Miserables los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae
más cielo cerca.

¡Tú nos salvas,
criatura
soberana!

Aquí está luciendo
más rosa que blanca.
Los hoyuelos ríen
con risas calladas.

Frescor y primor
lucen para siempre
como en una rosa
que fuera celeste.

Y sin más callar,
grosezuelas risas
tienden hacia todos
una rosa viva.

¡Tú nos salvas,
criatura
soberana!

¡Qué encarnada la carne
recién nacida,
con qué apresuramiento
de simpatía!

Alegría de nieve
por los caminos.
¡Alegría!
Todo espera la gracia
del Bien Nacido.

CANCION

Duerme niño; duerme y sueña,
que es el sueño quien enseña
a soñar;
duerme, Jesús, sueña y duerme,
no el corazón se te enferme
de esperar.
Duerme, niño de la bola;
la humanidad está sola
y sin luz.
Sueña, Manuel, nuestro sueño
tu cuna está hecha de leño
de la cruz.

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

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