CATASTRO
Han hecho llegar hasta La Medusa el poema que formó
parte del discurso con el que Fermín Herrero, premio de las Letras, remató ante las autoridades de Castilla y León el pasado 23 de abril, día de
la Comunidad.
Herrero (Ausejo de la Sierra, 1963), es un poeta
nacido entre los parques naturales del Moncayo que La Medusa, tantas veces desde
su ventana o desde el otero de esa derruida Santa Bárbara, contempló su boina
nívea. Es este paraje, en el corazón de las Tierras Altas Sorianas, el que ha
inspirado la mayor parte de su obra poética.
Poeta muy pesimista de joven ha
ido ganando optimismo con el tiempo porque considera que “éste es importante
para los demás”. Poeta antimachadiano al principio pero con el paso del tiempo
cada vez le gusta más. Sus poemas son obras cortas que parten a veces de cosas muy pequeñas. Es en
definitiva un atrapado en el tiempo de los libros.
Lo trae La Medusa a su blog en agradecimiento. Al leerlo,
le traslada hasta su infancia gravaleña, no para hacer un relato de su patria,
sino para recuperar y traer al primer plano sensaciones, visiones de un niño
crecido en la naturaleza. Y porque, más que un viaje retrospectivo, con este
poema le propone un paseo en el que La Medusa recupera la “fisicidad” de la memoria. Y es que la Naturaleza
siempre engendra en él: “Cuantas veces he escrito mundo diciendo/ sólo lo que
oigo, lo que palpo/ lo que veo en la noche. Relámpagos”. Vale.
CATASTRO
vino. Donde collado, altozano o alcor, otero,
escribe llanamente cerro, alto o cuesta, loma. No
digas
lo que nunca se dijo, lo que no se dice
en tu pueblo. Más vale mayo frío, la paja
poca y el trigo mucho. No impongas a la tarde
la añoranza si es falsa o aprendida, anota
simplemente el silbido del viento
en los linares. No recuerdes la muerte aunque
te tenga, piensa que de tanta mies se emboza
el peine cada día, que eres este momento. Y al vino,
vino, sólo la miga, el tuétano. Tampoco
hables más de la infancia para embaucar al olvido,
precisa
simplemente la orfandad del muérdago
en el hayedo. Más vale mayo frío. Si tempero,
arraigas; si membrillo, aromas; si cierzo, tiritas. Di
berro, ortiga, di bálago, acebal. No niegues la
palabra
amor, tampoco entrega, ni prodigio, ni tú. Ahora
bien, antes de escribirlas, hazlas.
Texto, excepto el poema, y fotos La Medusa. Copyright ©
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