El Icue y…la leyenda cartagenerista desde el tren
El Icue y…la
leyenda cartagenerista desde el tren
“No
los subestimamos. Simplemente eran mucho mejores de lo que pensábamos”. (Sir Bobby Robson)
Acabó el partido y la
grada, respetuosa ella, no pidió a los
suyos uno más, un gol, se entiende, y es que vieron en el FC Cartagena simpatía,
cariño, magnífico fútbol, perfecto planteamiento y respeto a esos jugadores que
hasta hace muy poco tiempo sólo los habían visto en los cromos, como los demás,
me refiero a esos miles efeseistas que nos juntamos en el Nou Camp. Todo se
acabó, bueno todo no. Nos queda el recuerdo, el divertimento, la ilusión y el
ver como nuestros jugadores se tomaron esta eliminatoria en serio, dieron un
pasito en su esfuerzo y derrengados ya sólo les queda pelear por su Liga y destrozar,
deportivamente hablando, a todo lo que se le ponga por delante desde hoy hasta
ese mes de mayo de gratos recuerdos. Hoy, querido Icue nuestro equipo ha
sufrido pero lo ha hecho mejor que aseadamente, con firmeza y sufrimiento hasta aguantar ese injusto
3-0.
Y el Icue quedó entusiasmado viendo cómo por los
vomitorios de los andenes de Sants eran “vomitados” cientos y cientos de
efesemaníacos después de unas cuantas horas, nueve, de viaje a través de esos paisajes
mediterráneos entre el Faro de Navidad y
la estatua majestuosa de Colón anunciando una esperanza. Llegaron gozosos
enfundados en sus banderas y arropados con las coloristas bufandas, hacía ese
frío del mediodía mediterráneo que tan bien todos conocemos y lo han hecho a
través de campos cultivados de naranjos y limoneros, a través de esa campiña
tarraconense antecesora de sus ancestros romanos y zigzagueando entre los pueblos
con azul mediterráneo. Y a medio camino,
una parada para echar un trago. Y allí, al final del viaje, les esperaba esa
plaza abierta, de fachada amplia y severamente acristalada de esa estación
modernizada de Sants como una metáfora del viaje mismo, como una experiencia
que, aun de forma involuntaria, hasta pudo cambiar la vida de estos viajeros en
esta isla de civilizaciones y mitologías superpuestas. El tren llegó puntual y
una vez franqueado el vestíbulo, el grito de ¡EFESÉ, EFESÉ, EFESÉ, comenzó a
propagarse a través de la ancha franja azul del Mediterráneo. Todos se
mezclaron: aficionados de nuestro querido FC Cartagena, turistas, inmigrantes y
emigrantes, cada grupo con un equipaje y colorido específico corrían por el
vestíbulo buscando su próximo destino. El viaje terminó hasta dentro de unas
horas en las que iniciará la vuelta cuando comiencen a cerrarse las cicatrices
de la derrota y comiencen a restañarse costrosas heridas de esta inolvidable
experiencia.
Es aquí cuando el Icue se dio cuenta de que Barcelona se ha despertado esta
mañana pintada de blanco y negro, con cruces blancas en sábanas de carmesí y
benditos efesemaníacos envueltos en sus colores, que también son los nuestros.
Es aquí cuando, paseando por el centro de la ciudad, me he dado cuenta que la ocupación
de cafeterías y restaurantes es una realidad y, que al subir al metro, éste
siempre transportaba algún cartagenerista venido de La Aljorra, Santa Ana o San
Pedro del Pinatar y La Ribera. En Barcelona hoy el Icue solamente ha visto escudos de nuestro equipo,
familias, amigos e hinchas solitarios con camisetas, banderas en sus manos y sentados
con compostura educada en los aledaños de esa fuente sagrada para el
barcelonismo que no es otra que la de Canaletas. Se trataba de hacer tiempo ya
que el partido estaba señalado para las diez de la noche en el Camp Nou. Hubo
incluso algún efesemaníaco amigo, me los tropecé en el colorista y
perfectamente organizado Mercado de la Boquería, que se atrevió a invitarme a
una “porra”, que por muy difícil que sea el triunfo contra el equipo de Messi,
iba encaminada a la victoria blanquinegra. “Mi corazón dice 0-1 y me conformo
con llegar a la tanda de penaltis”, explica ese cartagenerista hincha, cerveza
en mano y sonrisa puesta. Obviamente no lo acertó pero él tenía su corazoncito.
Pase lo que pase esta noche, se va a divertir, seguro que se divertirán, amigo
Icue.
Sé que, lo he visto y comentado desde la cabina 10
asignada a esa emisora de rango público que es ONDA REGIONAL DE MURCIA, el
partido no fue ningún suplicio para nuestro FC Cartagena. Es cierto que el
Barcelona en fases del partido les arrebató la pelota a los nuestro, es cierto
que el Barcelona dejó atrás a su once
tipo pero ni con esas fue capaz de romper a un rival bien colocado, con un
manejo aceptable de la pelota, una defensa
perfectamente organizada en la que el mando y orden de Mariano, bien
asistido esta noche por Cacho y Zurdo con la compañía de Astrain, se notaba y un
centro del campo en el que Megías, Carlos David y De Lerma se bastaban para
lanzar a la contra a un solitario y peleón Menudo. Ni en la primera ni en la
segunda parte el Efesé perdió la iniciativa, el grupo se apretó contra el
balcón de su área y no concedió ninguna
opción al oponente.
Me di cuenta, era una gozada y privilegio, ver como
la máquina
del Barcelona funcionaba como un reloj, más allá de las piezas que escogió “Tata”
Martino. Comprobé y se me abrieron las carnes cómo el fútbol es injusto y
caprichoso. Reconocí cómo el técnico, ese admirado Tevenet, fue fiel a sus
ideas, cómo ejerció de entrenador dejando sus caprichos fuera del estadio y
cómo plantó cara a este Barcelona, que lo ha ganado todo, en su estadio. Diré,
querido Icue, que este entrenador fue justo con sus jugadores, los que jugaron
y los que no lo hicieron, antes que caprichoso.
Ya sé que nuestro equipo perdió 3-0, pero les costó a los catalanes. Ya sé
que el Barcelona
mandó con la autoridad que emana de un equipo hecho con firma de talonario. Pero también, déjenme
que lo diga, el FC Cartagena, con su alineación, tiene en su rebotica piezas de
recambio. No dudo que, a partir de ahora, van a ser demoledores. Tácticamente
perfectos, interpretando la hoja de ruta como si ya conocieran el camino de memoria, ejemplo
perfecto de cómo vive este equipo. Una cosa para terminar: Así, visto lo visto,
vamos a comenzar a escribir la vida de un equipo incomparable. El resultado de
ayer es este relator no le importa nada. Mejor, le importa un pimiento.
El Icue, después de la experiencia, debe volver a encontrarse con el frío y
con esa niebla y nieve que caerá sobre las arañas para esperar la fiesta de
primavera que este equipo honrará en mayo para salir de este réquiem invernal
que hoy, cuando la noche es fiesta de duelo, acaba de enterrar todas las
supersticiones posibles para engancharse a una serie de ritos, iconos futbolísticos y encender con
fuego cartagenero la celebración de lo que a este EFESÉ le espera. ¡Ay, ay,
ay!,
Pedro-Roberto
J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 12/17: ante diem sextum decimum Kalendas Ianuarias. Nº 313.
Texto La Medusa Paca. Fotos
http://qapta.es/. Copyright ©
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