Noviembre el mes del fogaril y del gruñir del puerco
Noviembre el mes del fogaril y del gruñir del puerco
Quizás o sin quizás con la mera contemplación y lectura de estas Aleluyas hubiera sido suficiente para que La Medusa se sintiera satisfecha en su intención descriptiva del mes de noviembre que: “Dichosito mes, que entra con Todos los Santos, media con San Eugenio y sale con San Andrés”. Y además “entra con tostones y sale con chicharrones”.
Más no va a ser así, desea explayarse en este mes demasiado frío para regalarnos bienestar, riguroso en su temperatura contribuyendo a ello la grave circunstancia de que el sol no nos favorezca nada más que con visitas de cumplido en sus días fugaces.
Paca desea mostrarnos como hombres y animales buscan refugio al calor de las lumbres y al abrigo de los pesebres, cambiando de alimentos, en relación con los meses anteriores y como también se juntan la fogata y la lana.
Como las faenas agrícolas sobre los hombros del labrador son ahora para él defensa lo que antes fue tortura.
Como la madre tierra nunca se cansa de ofrecernos sus dones, es mes de recoger los productos que ya están en sazón: la oliva con su vareo y todo su aceite, las batatas, castañas y nueces, nabos y las piñas, sin olvidar tampoco las uvas, si por desventura, aún pendiesen de la vid, porque “racimo de noviembre, ni el gocho lo quiere”, la flor del azafrán y los higos que aún perduren y donde todo mosto es buen vino.
Pocas faenas más separan al labrador del fogaril a lo largo de este mes de noviembre. Decididamente, no es un mal mes; trabajo reposado, realizado, más bien como distracción, como defensa contra el frío; pan dorado en los graneros, aún rebosantes; bodegas acogedoras, que brindan tesoros de alegría y de vigor:
Y para colmo el mes de más venturas gastronómicas, los regocijos prometedores de la matanza, “Por San Martín, deja el puerco de gruñir”, el advenimiento de blancos corderitos, espléndido regalo de las ovejas en esos días, “Por San Andrés, mata tu res, gorda o flaca o como esté”, y el diezmo pagado, por las aves de corral,” por Santa Catalina, mata tu gallina” caras de sostener en la época de pobre postura:
Ya lo dijo el Libro de Alexandre en el que se describen las labores a desarrollar por los campesinos:
Noviembre y San Martín van a la conseja unidos a la faena de la matanza,
crucial en la economía doméstica tradicional. Noviembre aparece en su
clave matando un puerco peludo, casi un jabalí. El mes es el de la simiente,
mes del abono...
Noviembre sacudía a los puercos las landes,
Cayera de un roble, levabanlo en andes,
Empiezan al cresuelo velar los abezantes,
Que son las noches luengas, los días no tan grandes.
Y más tarde Miguel Delibes en “Las ratas” nos deja este maravilloso cuadro en el que la Naturaleza se nos muestra en todo su esplendor:
“Por San Severo (6 noviembre) se fue la cellisca y bajaron las nieblas. De ordinario se trataba de una niebla inmóvil, pertinaz y pegajosa, que poblaba la cuenca de extrañas resonancias y que, en la alta noche, hacía especialmente opaco el torturado silencio de la paramera (...). Bajo la niebla las urracas y los cuervos encorpaban, se hacían más huecos y asequibles y se arrancaban con un graznido destemplado, mezcla de sorpresa e irritación”.
Grabados de la revista Blanco y Negro:Hemeroteca ABC. Textos La Medusa Paca. Copyright ©
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