El Icue y…sofocón en La Alcarria
El Icue y…sofocón en La Alcarria
«Los meleros ambulantes son casi todos de Peñalver y, como los
afiladores de Nogueira de Ramuín, en Orense, se sienten capaces de llegar al
fin del mundo sin dar demasiada importancia al suceso. Santos del Castillo
vendía miel en Madrid y en media España antes y después de la guerra». (C.J.Cela,
“Nuevo viaje a la Alcarria”)
Está claro que el sofocón, disgusto, pesadumbre e inquietud
interior que aunque al principio fue para la muchachada cartagenera,
posteriormente ha sido para los alcarreños del Pedro Escartín, para esos
meleros de campo ahora entristecidos porque el enjambre también está
apesadumbrado y hasta melancólico. En
mi pueblo, cuando los hombres tienen sofoco, miran al cielo más que a la
tierra, porque aunque a ésta la mimen, la surquen, la levanten, la peinen, la
ariquen y la escarden, en definitiva lo que haya de venir vendrá del cielo. Lo
que ocurre es que los hombres de mi pueblo, como estos futbolistas
cartageneros, afanan para que un buen orden en los elementos atmosféricos no
les coja un día desprevenidos; es decir, por un por si acaso.
Y esto es lo que le ha pasado en el día de hoy al
Guadalajara que, por razones burocráticas o de las otras, ha tenido que
enfrentarse a nuestro Cartagena y no al equipo vecino de la huerta que era lo
que tocaba a finales de junio. Los de Carlos Pérez Salvachúa, hoy han sido unos
jugadores melancólicos, apesadumbrados y hasta profundamente entristecidos,
mientras que los de Tevenet han estado ilusionados y hasta muy animosos.
Efectivamente, querido Icue, esos
son los adjetivos que definen este empate que tiene sabor y dulzor a miel y que no ha
sido vendido por ese Santos del Castillo que Camilo José cita en su Nueva
Alcarria. Este empate de néctar melera lo han fabricado dos laboriosos obreros
que laboran en esa perfecta organizada colmena que es la del vestuario del
Cartagonova y que comanda ese “rey” sevillano de nombre Tevenet. Y en este
equipo, ¡Icue cántalo a los cuatro vientos y fuerte!, no hay holgazanes, es por
eso como nos va.
Fotografía
capturada de Twitter
Entre suspiros y sofocos salió el FC Cartagena al Pedro Escartín de
Guadalajara, donde ha empatado y todos sabemos cómo. Los de La Alcarria sumaron
un punto entre angustias y tiritonas, con ese gol marcado por Quique sin saber
si fue en el segundo 11, 12, 13 y/o 14...Y entonces todo pensamos, entre
sudores e inquietudes, que este nuestro FC Cartagena volvía de nuevo a la involución
como contra aquellos equipos que casi nos marcaban sin comenzar el partido.
No fue para menos, porque si alguien jugó para ganar, con una convicción formidable fueron los de la
Ciudad Portuaria. No digo que asediaran al Guadalajara hasta borrarle del
césped, no, pero sí escribo que tuvieron tantos arrestos que por momentos parecía
era un equipo que hasta podía suicidarse en algún contragolpe alcarreño y eso,
querido Icue, hubiera sido una crueldad intolerable de este bendito juego. Por
el otro perfil, Fernando se torció la
rodilla y pasó un tiempo largo batiéndose el cobre. El pundonor del sevillano de
Pilas fue importante hasta que forzó su retirada del terreno de juego.
El jueves pasado me acerqué hasta Cala Cortina y
allí encontré a cuatro futbolistas, cuatro, de los pies a la cabeza. Estos no
eran otros que Antoñito, ¡qué dicharachero y qué mirada tan limpia! DeLerma,
serio él, observador él, sensato él; Fede, sonrisa a flor de piel y la misma generosidad que tiene para
meter gol la tuvo con el Icue hasta intercambiar una participación de la ONCE y
Megías, ese jugador generoso, ambicioso para derrochar esfuerzo a la hora de
jugar al fútbol. Allí me los encontré, hablé con ellos y si hubiese sido niño y
hubiese coleccionado sus cromos esos cuatro futbolistas me hubiesen parecido
hombres-futbolistas mayores. Aquella imagen del cromo aquella mañana se
convirtió de repente en una categoría platónica. Pero el Icue, que está a punto de cumplir sesenta y siete años, se
dio cuenta de que los futbolistas eran unos chavales, sobre todo al tenerlos de
frente y vestidos de paisano. Cuando los vi de frente y delante mía tuve la
primera señal de que me estoy haciendo mayor.
Según Platón, aprender consiste en recordar. Entonces
aquellos cromos envolvieron a los héroes con el perfume de flor que liban esas
encantadoras y laboriosas abejas. Solo que los héroes, después del sofocón, hoy
se quedaron a medio aroma. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto
J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 11/9: ante diem quintum Idus Novembres. Nº 306.
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