Επιφάνεια EPIFANÍA
La Adoración de los Pastores por Giorgione
Los Reyes Magos
son los culpables
de los regalos.
Fueron modelos,
fueron dechados:
los regalantes
y el regalado.
Hoy
y esta tarde noche no son un día cualquiera, hoy es la tarde noche en la que a
todos nos iguala en la ingenuidad de esa infancia todavía no perdida y que en ese
despertar tempanito en la mañana del día 6 nos conducirá a contemplar esa plena
luz reflejada en el espejo de la habitación embozándonos alborozados por ella
en su manifestación. Es el día de Reyes, es la Επιφάνεια, el
momento de despertar ilusiones, el día de la manifestación
de la luz, el día la ingenuidad de esa infancia perdida...y de nuevo encontrada.
A partir de Reyes es cuando, de nuevo, nos sorprenderá el sol demorado en el
grafiti del tapial de la casa de enfrente de Garnacha. Ese Dios que unos creemos
que nació en el portal de Belén y otros que sólo se trata de una fecha del
almanaque, hará que se despierte la savia en los árboles cuando llegue la
candelaria y después obligará a que en las ramas desnudas apunten las gemas de
ese perfumado azahar que reventarán un poco más tarde. Habrá lluvias y sonarán
los canalones; habrá nevadas y el sol de marzo producirá el deshielo y puede que
se repita esa imagen que presencié hace años: un colibrí de color verde
esmeralda, rojo y azul, se había detenido aleteando en el aire y con el pico
cazaba una gota brillante, como de plata, que caía desde una rama de limonero
cargada de nieve. El sol irá madurando sobre la espalda jeroglífica de los
lagartos y abril incidirá en el azúcar que libarán los insectos en el corazón
de las flores. Puede que en mayo se inicie la rebelión solar con la primera ola
de calor sofocante que unos achacarán al cambio climático y otros a las
tormentas solares, cosas que han pasado toda la vida, pero en nuestra sociedad se
seguirá extendiendo un sentimiento de culpa por lo que estamos haciendo con el
planeta, puesto que los, incendios, inundaciones, terremotos, huracanes,
sucederán cada vez más a menudo y serán más destructivos, pese a lo cual en los
mercadillos habrá frutas de todas clases, cerezas y fresas en junio,
melocotones, albaricoques… y uno se creerá más feliz por el hecho de haberse
dado una crema en la playa, extender el cuerpo en la arena y esperar a que el
sol elija entre hacerme un magnífico bronceado o un cáncer de piel. A fin de
cuentas, para ser feliz basta con que los Reyes Magos traigan un libro, una camisa
con palmeras y unas botas de montaña para, como un andariego, pasear por las
ruinas de esos pueblos vaciados sin saber que es la propia decadencia la que
uno callejea. De pronto la luz del sol se irá apagando y cuando llegue la noche
de san Juan con el solsticio de verano todos mis sueños de luz habrán vuelto a
empezar o habrán terminado.
Termino.
Estas son divagaciones ante una bandeja con el roscón de reyes y una gravaleña copa
de cava Dioro Baco, que por estas tierras también se disfruta. Esta madrugada se
repetirá de nuevo el rito de las pequeñas cosas encontradas a los pies del
Nacimiento con la llegada del día que me conducirán a revivir otra vez el despertar
con ese intenso cosquilleo en el estómago, como en esos años en los que mi
madre me obligaba a dormir temprano para que los Reyes no me pillaran despierto.
¡Hala a divertirse y ser felices que la infancia no ha mutado! Vale.
Los Reyes Magos
son los culpables
de los regalos.
No por el oro,
que siempre es caro,
por el incienso y la
mirra,
que son muy raros.
Adoración de los Reyes Magos de Hugo Van der Goes,
Texto de La Medusa Paca. Copyright
©.
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