Calçotada para los de la Rambla de…Benipila
También sucedió en febrero, día 12, cuando el Barcelona B se enfrentó al FC Cartagena en el Miniestadio y donde en un desdichado partido que el Cartagena lo comenzó mal y lo acabó peor perdía por un rotundo 3-0. No estuvo solo, allí acudieron, cuando la afición viaja con el equipo, cinco autobuses con la “Marea Albinegra” apoyó a su Cartagena.
El Cartagena fue ridiculizado por los Thiago, Nolito, Jonathan Soriano y su excelente técnica, dando un curso de buen jugar, a veces espectacular.
Hoy, también en febrero y en distintas circunstancias, allí vuelve este Cartagena que, si en aquella ocasión se presentó después de haber sido capaz de sumar solo tres puntos de los últimos doce disputados, hoy lo hace para intentar salir de esos puestos de descenso que le siguen persiguiendo desde que comenzó esta temporada. ¿Qué pasará esta tarde? Eso podrán leerlo en SPORTCARTAGENA como esto que publicó un doce de febrero de 2011.
EN UN RINCÓN PARA DOCE
12 de febrero de 2011 / 21:00 horas
Última actualización 12/02/2011@20:57:58 GMT+1
“Las figuras que encantaban
al villano y al señor,
volando sobre la letra
se hicieron cuento y canción”. (José Mª Valverde)
Hace años que no he asistido a esa comida orquestada y habitualmente multitudinaria compuesta por unas cebollas asadas para degustarlas con salsa romesco de primero, butifarras con judías y carne de cordero a la brasa con carxofes de segundo y postre de crema catalana.
Hoy, aprovechando que nuestro Cartagena jugaba en el Mini Estadio, la he hecho en mi casa, estar puntual a la hora del partido-cuatro de la tarde- y sentarme delante del televisor bien servido y empapado de esa fusión-mix de cocina tradicional. He respetado la base que viene a ser la cebolla asada-quemada y su salsa. Me han hecho llegar unos estupendos calçots y, manos a la obra. Los he hecho al fuego y en teja como manda la tradición. Al estar en Un Rincón para Doce he variado la barbacoa en función de las apetencias generales de los que me han acompañado: parrillada variada, chuletillas de cordero a la brasa crepitante de sarmiento y secreto ibérico que casi se nos quema como los calçots. No diré con qué vino la hemos regado. Sé lo han adivinado.
Todo, aun no siendo una calçotada de las puristas, ha estado buenísimo, menos el resultado y la victoria de ese Barcelona B que, jugando como los ángeles, ha ganado dando lecciones de fútbol a un Cartagena que para mí esta tarde, más que entrar en bache, ha caído en un socavón profundo después de que nos zurraran con tres “calçotes” de mucho cuidado.
A partir de la tarde de hoy lo que podía haber sido una calçotada sabrosa ha sido avinagrada, chamuscada y con un romesco amargado en sus almendras. El articulista está triste. Ha perdido su Cartagena al no jugar al fútbol nada en la primera parte y con gotitas escasas en la segunda.
Ha sido un partido tan infeliz que me hubiese gustado dejar, in memoriam de los calçots que cayeron este domingo, un espacio íntimo para que hubieran podido reflexionar antes de ofrecerse como sacrificio ritual y ser quemados al fuego del sarmiento. Después del partido uno de los manojos sobrantes me pidió cinco minutos de soledad para serenarse y pedir perdón al Dios de las Cebollas por la derrota marinera, no he tenido más remedio que concederle, al manojo, su último deseo.
BARCELONA B 3 – FC CARTAGENA 0
Si el triunfo de la pasada semana en el Martínez Valero fue “vaselínico”, el de esta tarde, en horario de fútbol antiguo, ha sido doloroso, con aderezos de calçotada y butifarra, catalana por supuesto. Ha triunfado la elegancia de la gente humilde frente a los que se creen poderosos, siendo ramplones.
El Cartagena se ha encontrado con muchísimas dificultades. El balón ha sido de los del Miniestadio y cuando esto sucede ya podemos imaginarnos el resultado. Al equipo cartagenero no se le vio en ningún momento espíritu suficiente para plantar cara al equipo peque del gran Barcelona: su escasa fe, su inexistente contundencia y presión les hizo naufragar ante los de Luis Enrique tirando a precio de saldo el partido. El equipo catalán ha tenido de todo para ganar. Les ha sobrado calidad, superioridad, tesón, juventud y ambición para imponerse desde el primer minuto. No le costó nada encontrar espacios y hasta aplicarse a jugar con toques para satisfacer a la parroquia de sus fieles seguidores queriendo disfrutar de la calçotada.
No sé que tendrá este triunfo calçotado y su salsa, pero ha sido un triunfo absolutamente delicioso para ellos. Los menores de Joan Gamper se han comportado como “calçotaires” de toda la vida, pareciendo auténticos “Kings” de las calçotades del mundo mundial.
La salsa de esta tarde de fútbol, de buen futbol, ha hecho babear a los buenos aficionados. Hoy Juan Ignacio ha tenido que rectificar demasiadas cosas. Fue valiente en los cambios pero, ¿qué aportaron?, nada de nada. Ni el debutante José Carlos, ni el perdido Ander Lafuente, ni el asfixiado Goiría y todos los demás, perdidos y sin rumbo. El Cartagena ha realizado un partido timorato, sin fondo físico, sin compromiso y sin implicación alguna. ¡Por fin, ingenuo, que soy un ingenuo, hubiese querido entender a mi equipo, jugadores y entrenador! No, no han sido capaces de mostrarnos esos detalles que sí los poseen y hoy los han escondido.
¿Y qué decir del árbitro canario Hernández Hernández, D. Alejandro José? Pues nada, que El Comité de Competición de la RFEF no lo desautorice, como hizo en la pasada jornada, por participar de la calçotada de hoy.
¡Amigos!, hasta el sábado que viene si Dios quiere. No tengan miedo. Vendrán los numantinos viejos conocidos romanos a los que habrá que vencer para seguir disfrutando de nuestra esperanza. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
logromur@hotmail.com. En Twitter:@Logromur.
Fotos Sportcartagena y texto La Medusa Paca.
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