sábado, 1 de octubre de 2011 in

OCTUBRE, EL SONIDO DE LA NATURALEZA, AFANES E HISTORICIDAD

OCTUBRE, EL SONIDO DE LA NATURALEZA, AFANES E HISTORICIDAD

Es el mes en el que el autor del “LIBRO DE ALEXANDRE” nos relata los afanes del día a día: Mes de la sementera, de los preparativos para el largo invierno y de la recogida previsora.

“Estaba don Octubre sus mesiegos haciendo
Ensayaba los vinos cuales iria diciendo,
Iban como de nuevo sus cosas requiriendo,
Iba para sembrar, el invierno viniendo.”

No es un mes con buena portada, en su dintel hay grabado un aserto que mi agricultor le ha contado a La Medusa nos previene en contra suya:

“Octubre es un mes de historias y deja malas memorias”.

Paca cree que tal aserto obedece al temor del azote con que se inaugura en el llamado “cordonazo de San Francisco”, cuyas malas consecuencias inspiraron el aviso:

“En octubre, el enfermo que no se agarra, cae con la hoja de parra”.

Es el mes de los PRIMEROS FRÍOS que, no tanto por ser fríos como por ser los primeros, hallan desapercibida la naturaleza, trastornan, inquietan y exigen precauciones:

Del pellejo de octubre, de ese te cubre.
Por octubre, rescoldito de lumbre.

Es el mes en el que la naturaleza, según Delibes y en Los santos inocentes, se nos muestra:

... mirando fijamente la línea azul-verdosa de la sierra recortada contra el cielo, y los chozos redondos de los pastores (...), y los canchales agazapados como tortugas gigantes, y el vuelo chillón y estirado de las grullas camino del pantano, y las merinas merodeando con sus crías...

Y…un poco de historia sobre el nombre del mes de Octubre.

El mes de Octubre conserva en su archivo la copia de las instancias que en distintas fechas ha dirigido a los que se permitieron la comodidad de bautizarlo o de intentar confirmado.
Merecen ser conocidas y extractadas esas solicitudes.

La primera dice así:

"Al Senado de Roma: Yo, Octubre, así llamado por haber sido el octavo mes del año, protesto respetuosamente contra la inexactitud que representa esta denominación, desde el instante en que, por virtud del arreglo ideado por Numa, me he convertido de octavo en décimo.
"Ruego y agradeceré, por consideración a la verdad, que si se me continúa favoreciendo con un nombre numeral, sea éste el de Diciembre, puesto que Diciembre significa lo que soy yo: décimo."

Al margen de la anterior instancia aparecen dos palabras: "Se proveerá”.
Inmediatamente a continuación del documento ya extractado figuran tres demandas elevadas al Senado romano, en las cuales Octubre se duele de los tres injustificados cambios de nombre que sucesivamente trataron de imponerle. Modestamente hace constar que no se considera con merecimientos ni con fuerzas bastantes para Ostentar el título de invicto, y orgullosamente proclama que ni Faustino ni Domiciano tienen personalidad suficiente para aspirar a que se les iguale a los grandes emperadores. Dedicándoles un mes.

Las tres demandas están anotadas marginalmente con estas lacónicas y expresivas frases: "Puesto que el uso se muestra contrario a lo votado por los senadores, que Octubre siga llamándose Octubre".

En el mismo archivo hay un borrador de exposición suplicando que no se !e atribuya el nombre de Manes, porque, si es cierto que ello sería un recuerdo a los antepasados, es también cierto que esa evocación, harto funeraria, se estima supersticiosamente como fatal, hasta el punto de que no hay nadie que en el día conmemorador de los Manes se atreva a pelear. Ni a embarcarse, ni a contraer matrimonio.

Finalmente, trazado con pluma estilográfica, descuella el original de un radiograma enviado con carácter circular a España y a las veinte Repúblicas hispanoamericanas. Dice así:
"Por justicia a la memoria del hombre que realizó la insuperable hazaña de alumbrar un mundo a la civilización, y para perpetuar esa gloria en los mismos días de su inmortal descubrimiento, pido, ruego y exijo ser llamado COLÓN." (Almanaque de la Madre de Familia de 1927) 


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