Fiestas de primavera
Fiestas de primavera
Es Murcia y es malecón
refugio de lumbre y
viandas,
es azahar y perfume,
es jolgorio y alegría,
es murcianía y amor.
Son las barracas
murcianas
al son de peñas huertanas
las que llaman al entorno
a degustar sus morcillas,
sobrasadas bien
pringadas,
pipirrana y zarangollo,
michirones y repollo
sus migas y guiso de trigo,
patatas con ajo al
abrigo,
sus arroces con verduras
y conejo,
ensalada de la tierra,
olla de cerdo y sus
lomos,
con aliño de verdejo.
Paparajotes, buñuelos
y su café de puchero.
Ya es fiesta.
.
Quedó atrás el nazareno,
carros bocina en
silencio,
penitentes recogidos,
gorriones sin aleteo.
Y cambió todo:
Personajes,
decorados,
atrezos e indumentarias,
la actitud y hasta el
tronío.
La silla ya es barrera
y la grada tendido;
el balcón es balconcillo;
la cera, albero.
El traje esencia
huertana,
sin “sená”,
bocanadas de azahar
y con jolgorios de aroma.
Hay bordados.
Huertanas guapas y
altivas.
Antigüedad,
como ayer,
y envoltorios de
bandejas.
Desorden bien colocado,
con sabrosa algarabía
y silencios
y música
y aplausos
y hay bulla,
suspiros de primavera.
Y hay barraca,
rezos,
estampas,
y santiguos.
Y hay quien es
fotografía,
y muere por salir en
ella.
Y mirada puesta al cielo,
no sea que vengan nubes
a llevarse la belleza
equilibrada del día
arrastrando el incienso
hacia el río.
Texto y
fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
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