¡Humilde, Señora, Humillada!
¡Humilde, Señora, Humillada!
Ascendiste de tu ermita
con andar improvisado
en tarima de portante
entre pétalos rosados,
Humillada y exultante.
coronadas de claveles
lloran lágrimas añejas
al aire de los rabeles
con sones de rapacejas.
Un grito con cierto alivio,
inundado de clamores,
no prensado al desaliento
pensando en los milamores
con suspiros de contento
como anunciando tormenta,
iluminan el ocaso,
arrastran temor de lluvia
lanzando besos de menta.
Aromas de flores rojas
despabilan rezagados,
congregados en gentío,
divisando allá a lo lejos
de tu ermita el rocío.
Avanzas rauda a la ermita,
con novena ya rezada
y así entrar en tu oratorio
totalmente remozada,
y en hombros sufrientes soportada.
Piropos sufridos gargantean
cuando meten el hombro
los que traban
al gritar con galantea.
¡¡¡Viva la Virgen
Humillada!!!
Texto y fotos, excepto la de nuestra Señora, La Medusa. Copyright ©
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