viernes, 18 de octubre de 2024 in

SENSACIONES DE OTOÑO EN GARNACHA

 

SENSACIONES DE OTOÑO EN GARNACHA

Hoy me detengo para exponer, ¡qué osado soy!, en una vaga imitación, un manojo de poemillas con antecedentes en la literatura china clásica de hace once, doce, trece o catorce siglos, es una estrofa de cuatro versos, cuya extensión, algo más amplia y con menor sujeción a la naturaleza permitiendo una mayor respiración que la de los recurridos haikús japoneses. Como se ve todo es un vicio de la poesía, refugio de hermosuras que permite al viejo poeta andar y soñar e incluso acudir cada día, mañana, tarde o noche a presentar estos ramilletes de versos al lector.

Ju ejú es su nombre y ju ejú es una palabra que me fascina por su oscura eufonía aliterativa, aparte de que me recuerda los días, y particularmente las noches criminales de otoño e invierno en los que se levantaba el cierzo ladrón tras haber nevado a modo y la cellisca nos cegaba, impedía ver o desplazarnos.

 


Tan solo a ella,

a la espiga más alta,

pertenece esta luz.

 


Tan solo a ellas,

a las hojas caídas,

pertenece este día.

 


 

Tan solo el humo,

como niebla de otoño,

pertenece a este pueblo.

 


 Me atormenta tu silencio:

¡Cállate, Mar! ...

Me lisia tu silencio

sin nada de novedad...



 

 No seáis tontos, las grandezas

tienen origen de nada

y en poco habrá de trocarse

la rimbombante alabanza.

 


 

Que las grandes vanidades

son lo mismo que la paja,

pronto se hacen quebradizas,

se pudren y son mortaja.

Texto y fotografías La Medusa. Copyright ©.

 






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