viernes, 19 de febrero de 2021 in

CARNAVALES

 

 



CARNAVALES

 “De luces y de sombras festoneados,

de bailes, de comparsas y de orgías

colmaréis de fruición estos tres días,

a mundanales ritos consagrados.” (Horacio García de la Fuente)

 

 Febrero es sinónimo de Carnaval. Ya pasó Jueves Lardero y ya están aquí los carnavales y, también, la Cuaresma, sin murgas ni chirigotas, sin fiesta en la calle ni coplas ni comparsas ni máscaras que canten tonadillas infantiles ni cuplés ni música de organillo ni hay tintineos de Kas de limón. Sólo hay tristeza en las casas y en las calles, que tampoco huelen a incienso, pero sí empiezan a estar perfumadas por ese bendito azahar que embellece y que los huertos de naranjos y limoneros aromatizan. Carnaval este año, 2021, es de asfixia mental bajo las mascarillas, que nos ahogan y dejan ahí tirados con el peor de los carnavales. ¡Por favor, que venga ya la Pascua y la primavera!, que deseo celebrarla como si fuese una fiesta de vetustez sin disfraces y caras pintadas y decoradas con lápiz de labios y, enharinados los mofletes, nos conduzca, en un cielo de buena tarde, a beber vino de garrafa ya que mi longevidad corporal y vitalidad material no da para más.

Deseo celebrarla y que sea una fiesta con chirigotas desde casa: virtual, sana y formal con olor a tortilla de chorizo sobrante del Jueves Lardero y sabor a ese Carnaval, del italiano carnevale, haplología del antiguo carnelevare, de carne, carne y de levare, quitar y que sea, también como se sabe, esa fiesta popular que, durante tres días, precede al miércoles de ceniza y, por tanto, a la cuaresma, a la que se opone radicalmente, ya que si cuaresma es sinónimo de recogimiento, penitencia y expiación de posibles culpas, Carnaval es esa fiesta común en la que temporalmente se suspenden las licencias, los tabúes y las reglas que rigen el diario devenir de nuestra vida. Un mundo al revés donde cualquier exceso esté permitido. Deseo celebrarlo como el triunfo cíclico de la luz y de la vida que trae la primavera sobre la oscuridad, el horror y la barbarie y la muerte del invierno.

Deseo celebrarlo porque es el verdadero sentir del pueblo expresando los sentimientos tantas veces ocultos y encogidos. Deseo celebrarlo porque, bajo la apariencia de lo festivo, se incluye la sátira, tanto de la vida rural y cortesana, como de la eclesial y de su doctrina. Y como los carnavales de este 2021 han sido amargos y nada carnales ahí van las sátiras para su celebración:

“Si quieres andar a gusto            “Dices que tienes que tienes,

por calles y callejones,         qué coño vas a tener;

ponte un tapón en el culo            tienes el horno caliente

y un cencerro en los cojones”.       y sin un pan que meter”.

(LOGROÑO)                        (CALAHORRA)

 

Les diré que tanto la sátira como la copla carnavalera tienen patria de origen. La copla, más copla, es la cantada, también la recitada se lanza en cualquier lugar de reunión de cuadrillas, amigos o agrupaciones y en lugares tan distintos como pueden ser bodegas, calles, plazas, plazoletas, cuartos, bajeras, bares, cantinas y en todo tipo de fiestas. Lógicamente, la época de más pullas, versificadas o no, siempre fue el Carnaval. La Medusa recoge y les transcribe para que queden en la memoria cachonda estas joyas literarias que repasan a ricos, pobres, colonias, curas, mozas, mozos y otros etcéteras inolvidables. La fiesta del Carnaval está rodeada de una literatura demasiado obvia y con una inocencia provocativa y, por lo demás, inocente más que el 28 de diciembre.

Ejemplo de lo que digo es esta antológica y anónima copla que, en su primera parte y con su lenguaje original, fue recopilada y transcrita por Rodríguez Plasencia, José Luís. Esta copla fue impresa a principios del siglo XX y corrió por los pueblos extremeños de la provincia de Cáceres como repulsa contra ciertas mujeres que no tuvieron el menor reparo en entregarse carnalmente a quienes les ofrecían un bienestar o unos beneficios momentáneos, o en deshacerse del fruto de esos amores ilícitos si el caso llegaba. Cierto es que en el mundo rural se dieron casos semejantes, pero en pocas ocasiones como la presente se muestra en toda su crudeza esta circunstancia.


COPLA

Una que llaman Ventera,

el Lunes de Carnaval,

pa templarse de chorizo

se ha marchado al Palomar.

 

Contra la pared de arriba,

bien pues hacia el medio día,

salaron bien los jamones

con que nadie los veía.

 

En aquel punto, por cierto,

ha llegado allí un porquero,

al que llaman Florentino

nieto de tío Desiderio (1).

 

Estaba Fidel Cañán

con la antedicha Ventera,

achacando que sembraban

unas pocas de jigueras (2).

El porquero que antes digo

se asomó por un buraco (3)

y vió más blancos jamones

que el chorizo del Polaco.

 

Se le metió en el corral

al otro día siguiente

pa que ordeñara las cabras,

pues tenía gana de leche.

 

Se le presentó el cabrero

y al chivero la llevó;

le dio toda la que quiso

y el puchero le llenó.

 

Se le puson (4) los vecinos

à la puerta del corral,

no teniendo más remedio

que saltarse por atrás.

 

Al tiempo que se cayó

se pegó un buen cogotón

de puro jarta (5) que iba

de aquel chorizo pringón.

 

¡Que regüetros (6) iba dando

la zorrita graduá! (7).

¡Buen chorizo!

¡Buenos huevos!

y también buena cuajá.

 

Al otro día siguiente

fueron à Cazosjerrando

y encima de aquellas peñas

¡qué bien bailaban los tangos!

 

Hacía más de dos meses

que el Polaco y la Ventera

todo el oficio que hacían

era el de plantar jigueras.

 

Los prados los tienen llenos

y la mitad de las eras,

y en el taller de Fidel creo

que las hay ya con brevas.

 

¡Hay pobrecita Ventera!

bien te puedes enmendar,

porque como no te enmiendes

nunca te vas a casar.

 

Para dao (8) bastante ha sío (9),

dejaremos la Ventera

no penséis que es ella sola,

tiene muchas compañeras.

 NOTAS

(1) Nombre de quien escribió la Copla. (2) Jigueras. Higueras. (3) Buraco. Agujero en una pared. (4) Puson. Pusieron (5) Jarta. Harta (6) Regüetros. Eructos. (7) Graduá. Graduada, con experiencia. (8) Dao. Dado. (9) Sío. Sido.

 

Escribo y recopilo estas letras satíricas aquí en el Mar Menor, cuando ya no estamos perimetrados y cuando este querido Mar parece abandonar su turbidez y lo verdoso torna hacia su azul eterno. Escribo cuando ya detecto el fondo en sus arenales. Siento, estamos en días de Vigilia, que la Laguna está deseando ser mar, aunque sea menor. Hoy, este año es otro Carnaval. ¡Viva el Carnaval! Vale.

 

Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©

 

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