Nochevieja
Como le dijeron a Orfeo: ni una mirada
atrás hasta no haber salido. Sin embargo, acabamos de subir para recogernos en
Garnacha después de haber dado el habitual paseo matinal entre la playa Castillicos y el molino de Quintín mientras dialogábamos
cómo se presentará el disfrute del tardeo de la tarde vieja. Todavía
no ha amanecido. No pasea nadie, sólo mi señora y yo. De lado a lado de la
playa, al lado del chiringuito “Blue Trocadero” cuelga una guirnalda de
lucecitas de azul pálido contra el vivo azul del cielo, menesterosa y tierna.
No pasea nadie, solo nosotros. He ahí el
mundo, el azul, estos días que son; y este soy yo, repleto de amor por ellos.
A
LOMOS DE LA TARDE VIEJA
No quiero contarlo
como cuenta sus batallas
el abuelo al amor de la lumbre
en una tarde vieja;
no quiero naufragar en los recuerdos
ni en la algazara de la juventud gozada;
no quiero ser un barco
anclado en la nostalgia,
pero hoy, último día del año,
en esta tarde vieja,
buceo en mi
memoria,
como en el fondo de un mar iluminado,
y he vuelto a encontrar tesoros íntimos
que quedaron sumergidos en el alma
como naufragios en el tiempo.
Feliz año 2025.
PRJP. N. º48. En una espléndida mañana de
diciembre de 2024 en Garnacha
Texto y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©.
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