Tormenta
Tormenta
Yo descubrí en la tormenta
los telares de un clamor
y junto a mi casa un gorjeo
armónico del ruiseñor.
Jardín, ventana y peral.
Aquella tarde entoldada
y el borboteo del agua
durmiendo en mi corazón. (PRJP. En Villamediana de Iregua. 18 de junio 2023)
El brillo del relámpago, el lampo, ha llenado de luz la estancia por unas décimas de segundo.
Resuenan los truenos como una traca de feria, entre el silencio. Vienen de BOCA IREGUA.
Han desaparecido todos los pájaros.
Incluso los verderones, que vuelan en los claros de las tormentas, se han ausentado.
Llueve y deja de llover y vuelve a llover.
Cae tanta agua que los cristales tienen por delante otra cortina.
Truenan las nubes, también a lo lejos del otro lado del Ebro.
Debe haber más de una tormenta.
O es la misma, que ha regresado.
Hay un gorgoteo constante de agua, como de teclado de escritor inspirado.
Cada gota es una letra caída de la nube.
No puedo ver los montes que rodean el Castillo de Clavijo, envueltos en el blancor del agua cayendo también a lejos, y cerca y en todas partes.
Se diría que llueve en todo el mundo, de la cantidad de agua que cae.
Lo bonito de la tormenta de hoy es que no hay viento.
La verticalidad con la que caen las gotas de agua por delante de mi ventana me inspira.
La verdad es que es una bendición esta agua, que llenará los pozos y los cauces de los ríos.
No tengo ninguna queja. Estoy a resguardo.
Sólo espero que deje de llover para salir a celebrarlo con los mirlos. Vale.
El cielo azul está negro
de tristezas y de fríos,
las flores son de otros árboles,
los pájaros de otros nidos.
Habrá, bajo un cielo claro,
un mágico paraíso
con flores rosas, con dulces
ruiseñores cristalinos…(J. R. Jiménez)
Leave a Reply