Oficio de amigo
Oficio de amigo
Hoy Paco, perdóname, toca oficio. Lo que
te reirías viéndome tratar de escribir estas líneas. Es que no cabes en un
obituario. Qué fácil es despedir héroes y aventureros y qué difícil es decir
adiós a un amigo. Digo amigo y la palabra se me queda corta. Somos tantos los
que sentimos que contigo hemos perdido mucho más que un amigo y un compañero, a
un hermano, a un ser indispensable. Si un hombre vale lo que el pesar de su
muerte pone en los corazones de los que lo conocieron, tú te acuñas en oro puro
de Samarcanda. Te imagino sonreír y pedirme que ponga los pies en el suelo.
Pero no puedo porque tu muerte nos deja demasiado desposeídos para ser capaces
de aceptarla.
Cada persona que te conocía y te quería
—dos cosas que eran indisociables— trazaría de ti un perfil distinto, pues a
cada uno nos iluminabas de manera diferente. Nos impresionaba tu conocimiento
de todo, hasta para jugar al mus, intentando establecer tu reglamento y tratar
de “engañar” a esos incipientes e infantiles jugadores. Y hasta eras capaz de
enfadarte si la chavalería y algún mayor incauto no te hacía caso. Poseíste un enraizado
humor quijotesco y solías sentenciar como éste lo hacía con Sancho o éste con
Don Quijote. Todo era extraordinario. Siempre fuiste muy generoso y tendías a
ver los valores en los demás antes que en ti mismo. Dudabas, te juzgabas con
severidad, te probabas cada vez que dialogabas, y de esa manera, como quien no
quiere la cosa, te convertiste en maestro. Pero tú llegaste, Paco. Sin perder
un ápice de humanidad. Sin vender un pedacito de tu alma. Conservando las raíces
de castellano viejo, que lo eras y ejercías. Por todo eso te dejo aquí otro de mis poemas. Como ves cuando te decía
me iba a escribir era verdad. Vale.
Y, al final, la muerte estaba allí
!!!Paco,
has muerto matando el tiempo!!!
Y éste no te hizo caso.
Y tú allí, junto a la vida.
Y tú allí, junto a la muerte.
Necesitabas asir manos,
y tú, allí junto a vida.
Tú y yo sabemos
que aquella noche
no se la diste al sueño.
Ya sabes,
las noches siempre fueron para ti
ceniceros del sol,
y tú como queriendo
agarrarte al volante
de la vida
o de la muerte,
mientras los golpes de viento
despeinaban el aire.
Y ahora, ¡ay ahora!, tú allí
junto a la muerte,
pensando que la Vida
es un reloj
que no se atrasa nunca.
Y tú allí, junto a la Vida,
aclarando pensamientos
en un baño de realidad.
Y tú allí, junto a la muerte.
PRJP. N.º 4 En Santiago de La Ribera, día
de Viernes de Dolores. Abril 7 de abril de 2017. Fallecimiento Paco.
Texto y fotografías La Medusa Paca.
Copyright ©
Leave a Reply