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sábado, 28 de septiembre de 2013 in

El Icue y...entre lo sublime y lo perverso


Manel Armengol C.

En esta semana, última de marzo, el FC Cartagena marchó hasta el norte de África con la intención de conquistar tres puntos que se le sirviesen para alcanzar la gloria en ese Domingo de Resurrección. No lo hizo y se quedó a medio camino para resucitar. 

Llegaba al estadio Álvarez Claros en segundo lugar de la clasificación empatado a 54 puntos con el Real Jaén, equipo que comandaba la clasificación del grupo IV de esta lóbrega 2ª B.

Comenzó ganando el FC Cartagena con aquel primoroso gol del “volteretas” Perona cuando habían transcurrido los primeros 15 minutos del partido. Apareció el despiste del portero del FC Cartagena, Victor Ibáñez, y empató el melillense Andrés Sánchez. Y a partir de ahí a sufrir y a quedarse en la tabla dos puntos debajo de los jaeneros. Y es que como manifestó Pacheta al final del partido: “Nos falta matar los partidos”.
Es digno destacar la anécdota que el diario deportivo SPORTCARTAGENA recogió y que transcribo literalmente y tal y como se publicó:

 Antes de comenzar el encuentro el árbitro madrileño procedió a  la revisión de equipaciones. Tras compararlas, llegó a la conclusión de que la equipación del Cartagena llevaba a confusión, pero el delegado del club visitante (Pedro Arango) le indicó que solo habían traído un juego de camisetas.
 El árbitro indicó,  que ante la falta de equipaciones alternativas, contemplasen  la posibilidad de ponerse una camiseta que el Melilla estaba dispuesto a dejarles, pero el Cartagena no aceptó  dicha propuesta, alegando que no iban a salir con una camiseta que pone el nombre del otro club.
Al final el árbitro accedió. Y acabado el encuentro consignó en el acta esta especial circunstancia”.





El Icue y...entre lo sublime y lo perverso


 

UN RINCÓN PARA DOCE.
 Pedro Roberto


“El pesimista se queja del viento; El optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”. (William George Ward)

Domingo, 31 de marzo de 2013

Lo dejé escrito después de presenciar el partido contra La Roda el pasado sábado en el Cartagonova: Si este equipo juega como ha jugado esta tarde, este equipo no asciende. No quisiera acertar. Quisiera equivocarme.

EL FARO DE MELILLA

Pero esta tarde africana, y aun volviendo Rueda, me lo vuelve a confirmar. Hubo un tiempo fausto, hace ya casi un siglo, cuando por estas tierras se abrían las puertas de la plaza fuerte y los rifeños entraban para vender gallinas, huevos, frutas y verduras, cebada y carbón. Hoy no ha ocurrido así y el FC Cartagena, que pudo traerse hasta las mejores especias y las más balsámicas de las esencias rifeñas, se encontró con un despiste hediondo de Victor y vuelve para Cartagena con esas esencias un tanto catingosas. Y hoy el Icue lo entiende porque esta tarde el fútbol pudo ser un cúmulo de sueños sublimes y emociones desbordadas y se convirtió en un estallido de pasiones perversas.

Hace unos días, en la barra del chiringuito del Pinatar Arena, un buen amigo improvisaba contra mí una lección triunfal sobre la necesidad del optimismo. Me veía, en lo deportivo, algo renco de fe y echó mano al botiquín de la cháchara. El mensaje de su soflama tenía sólo un camino de ida: “Debemos creer en nosotros mismos. Es la única solución para salir de esto”. Y tanto creí por un instante en “el todos a una” que, al pedir él la cuenta, pagué yo la ronda. Es lo que tiene el optimismo después de conversar el pasado miércoles con Pacheta en la antesala del Pinatar Arena.

Este nuestro Cartagena, tras el error de Victor, se ha instalado con su fútbol en el principio de incertidumbre cuando había estado moviéndose en el de la certeza, ambicioso, con una defensa acertadísima, correcta y hasta confiada. Y con un Oscar Rico sublime. Ahora no es cuestión de reconocer que, en el fútbol, puede producirse cualquier resultado. Fútbol es fútbol. No se trata tanto de eso como de encontrarse con ese equipo ambiguo que apareció después del empate. Ya todos saben cómo juega el Cartagena de Pacheta, cuyas posibilidades de ofrecer otras variantes son altas pero, también, reconocibles.

EL FARO DE MELILLA

El equipo, después del fatídico gol melillense, me dio la sensación de que volvía a hundirse y comenzaba a envejecer en su conjunto. Sus componentes parecían tener el síndrome de lo sucedido contra La Roda. Fue una impresión momentánea, supieron soportar y permanecer en esa atalaya del empate con plena aptitud para aguantar en ella. Y nada pudo ser mejor de lo que fue ni peor de lo que estaba siendo. Pacheta introdujo paulatinamente piezas de recambio en el engranaje general, eran inevitables y también insuficientes para reemplazar el resultado.

Hoy, Lolo o Lelo, también hemos visto el partido y, por lo que vimos, este Cartagena de Pacheta, sí de Pacheta, sigue siendo una garantía. Pero ya no de infalibilidad o algo muy parecido, sino de virtudes relacionadas con los índices de supervivencia, lucha, tesón y entusiasmo para seguir en la cima. Nada se ha perdido, al contrario, se ha ganado un punto y en espera del Real Jaén nada se ve amenazado. El Efesé persigue la gloria, trata de conducirla y asegurarla, pero con dudas. Si lo logra, será apelando a la insistencia tanto como a la creatividad. De pronto, entre el partido de Melilla y el próximo contra el Real Jaén, el FC Cartagena se ha encontrado en una especie de ambigüedad.

Hoy el equipo, en su presente, ha estado equidistante de un pasado lleno de certidumbres y un futuro sembrado de dudas. Pacheta, aunque yo lo dude, también es hombre de dudas  a la par que elegante, sensato y peleón para salir de ellas. Sabía el salense que llegarían los días sombríos, pero nunca sospechó que llegaran tan pronto. O sí?

Pacheta, ¡qué lección de recio castellano, humildad, sensatez e inteligencia y de fútbol me diste la otra mañana!, quiere y desea salir de sus dudas, lo sabe y anda ahora devanándose los sesos para tomar medidas que no prolonguen ese pasado. Confiemos en él. A este entrenador se le debe el máximo respeto. ¡Ay, ay, ay!

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 3/31: pridie Kalendas Apriles. Nº 282.
http://lamedusapaca.blogspot.com.

Manel Armengol C.
Texto La Medusa Paca. Copyright ©

miércoles, 25 de septiembre de 2013 in

Cuando la naturaleza habla



Cuando la naturaleza habla


Ya he visto las flores
de cabe Espinama.
Qué lindos olores
el prado derrama.
A aquel que bien ama,
laureles, favores.

Y a entrambos pastores
de Frama, la fama.
Mozuela de Bores
mordió aquí una rama.
De espino y retama
los encobridores.
(Gerardo Diego)

Aquella mañana nos levantamos temprano, más pronto de lo que es habitual en los viajeros, que ya son adelantados. Un potente bramido de los ciervos puso la nota sonora de este otoño recién estrenado en los bosques del sur de los Picos de Europa y el valle de Liébana, en Cantabria. Acabábamos de desayunar, el sol apuntaba en su salida cuando escuchamos el mugido de los astados a la par que elegíamos quesucos, chacinas de jabalí o venado, castañas, mantequilla, mermelada y miel para extender en esa tierna rebanada de pan de borona en el bufett del parador. Y en ese teatro de operaciones nos acordamos del laberinto sin paredes, en este caso con ellas, de Borges, y de los lugares escondidos y secretos por los que los viajeros no deseaban pasar de largo. 

Se estaba acabando el verano, y decidimos no llorar: las lágrimas no debían impedirnos ver los colores del bosque. Las primeras sensaciones son que aquí todo rezuma humedad, y no de sollozo. Estamos a los pies del nacedero del Deva, Fuente Dé, junto al prado a los pies del pico que da acceso al refugio y praderías de Áliva y donde todavía no alumbra el desfiladero de La Hermida, uno de las más profundos y frondosos del valle lebaniego. Nos dimos cuenta que los orígenes del río salmonero brotaban entre las entrañas de la formación cárstica a los pies del teleférico. Un hito del otoño cántabro. Senderos botánicos infinitos nos permitieron recorrerlo en la umbrosa compañía de sauces, pinos, avellanos, acebos, tejos, sabinas, tilos y álamos temblones. Castaños y hayas, junto al roble albar y al melojo, nos acompañaron por estos parajes montañosos, uno de los últimos refugios del oso pardo en Europa y que están acicalados por casas de pizarra,  molinos de agua, prados y hórreos con cubierta a cuatro aguas.


Como se estaba acabando el verano, el otoño y su paisaje comenzaron a hablarnos. Y los viajeros comenzaron a recrearse con los ojos cerrados al ritmo de la estación. En el pico, la laguna, el bosque o neverones. Y casi escuchando el rugido del mar a lo lejos, éste se mezclaba con los sonidos de los gorriones alpinos, chovas piquirrojas, quebrantahuesos y la bisbita. Hasta llegar a la berrea de los ciervos. Y al adentrarse los viajeros en los bosques mixtos del sur de los Picos y del valle de Liébana comprendimos, sorprendidos,  la particular sonoridad de este espacio y cómo las notas rebotaban en la madera de los árboles actuando todo el bosque como una gigantesca caja de resonancia cambiando la sintonía de la estación. Todo está preparado para que rujan los torrentes  y se abalancen montaña abajo, y el aire helador comience a agitar las ramas de los robles. Atrás queda esa primavera en la que en las partes más altas del bosque, el pico picapinos hizo hablar a la madera con su espasmódico tamborilear sobre los troncos, y otras aves silbaron al aire. Es el final del verano y el estruendo del agua ya está amortiguado y silenciado el bullicio de los insectos. Ahora es tiempo de berrea y merece la pena entonces, a la salida o a la puesta del sol, acercarse, así lo hicimos, a Cosgaya para escuchar el mugido y potente bramido de los astados en celo. 

Los viajeros se han acercado a estos paisajes porque ya están aliviados de la sed del verano y el rigor de sus calores y estos primeros días otoñales son los mejores para salir al campo y disfrutar de la contemplación de las escenas más vistosas del año. Y para descansar. 

Y después de la andadura y el disfrute, la noche comenzó a crecer al paso del noveno mes del almanaque, con la frescura de la otoñada metida bajo la piel del bosque. A la mengua del calor y las horas de luz le sucedió la crecida del color en la floresta y la sazón de sus ganancias más preciadas. Los momentos más vistosos de la caduca espesura iniciaban su fugaz fiesta de tinturas tras los primeros congelados rocíos de la noche del final septembrino. Hayedos, robledales, castañares, abedulares, fresnedas, choperas y toda la pléyade de árboles y arbolillos caducifolios salpicaron nuestro retorno al descanso. Y allí en los valles quedaron madurando sus frutos, mientras su hoja caediza se doraba y encendía antes de morir a sus pies. 

Texto y fotos La Medusa Paca. Copyright ©

domingo, 22 de septiembre de 2013 in

El Icue y…un encallado FC Cartagena





¡Qué grandioso es recordar en la paz y silencio de las montañas lo de ayer, lo que le sucedió a nuestro querido FC Cartagena! Hoy 22 de septiembre de 2013 y, a pocas horas del partido que se jugará en el Cartagonova a la hora del aperitivo, así lo hago.

Con el otoño ya afianzado, eran finales de octubre, el FC Cartagena entró y se envolvió en un mar de zozobras y despropósitos. Y en estas estaba cuando se acercó hasta el Cartagonova un humilde pero simpático equipo de una grandiosa, deportivamente hablando, ciudad. El equipo apareció a orillas de La Rambla, calladito y humilde, sin hacer ruido y ¡Zás!, cuando menos lo  pensábamos, nos arreó unos mandobles, hasta dos, desde la retaguardia del balón parado o de la jugada ensayada. Hubo sorpresa y hasta desesperación. Los cantos de alegría del primer clasificado se tornaron llantos y los sollozos de  “el Pato” sonrojaron su cara cuando se atrevió a decir aquello de: “Nos ha faltado trasladar el balón con más velocidad. Hay que tener paciencia para que los futbolistas asimilen esos conceptos. No es sólo sacarla desde atrás, es crear peligro desde ahí. Poco a poco".

Al “Pato” comenzó a quedarle poco, el banquillo cartagenero estaba cerca al incendio y un sarpullido de quemaduras comenzaron a inquietarle, pero eso ya vendrá en el recuerdo de próximas jornadas.



El Icue y…un encallado FC Cartagena
“La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella”. (Gustave Flaubert)
 

lunes, 29 de octubre de 2012

Icue, por favor escríbelo, vocéalo, grítalo, ¡que todos lo oigan!, el Efesé está envuelto en una nube de zozobras. Pide a Dios, a Nuestra Señora de La Caridad y a los cuatro santos cartageneros que le ayuden.  Este equipo está mal, enfermo, sin recursos y con pocas reservas. Tan mal está que, desde ayer, el FC Cartagena es, y bien que lo siento, un barco escorado, encallado, casi sumergido, y no sólo porque en los cuatro últimos partidos haya conseguido dos raquíticos puntos, le hayan marcado siete goles y solamente haya marcado tres, sino porque aun comandando el primer puesto de la clasificación anda un tanto zombi, tratando de no agotar la reserva de puntos y con  todos los boletos para jugarse, en igualdad de oportunidades, la lotería del ascenso con el añadido de la promoción, con los Real Jaén, CD San Roque de Lepe, UD Almería B, Albacete Balompié, Arroyo CP, Cádiz CF y...

Ya sé que tú, Icue, participas y estás aliado con los que manifiestan: “esto no ha hecho nada más que empezar, quedan por jugarse 28 jornadas y 84 puntos; hay que ser optimista porque la botella todavía está medio llena”. El escribidor, realista él, debe vocear por si acaso: ¡Cuidado! Y, como decía aquel, “ojo al dato” porque ni están todos los que son, ni son todos los que están.  Por lo tanto el  contramaestre “Pato” debe ¡yaaa! elevar sus rezos a la advocación que tenga a bien y suplicarle protección, de lo contrario “el Paloma” puede ponerse nervioso y, ahora que ya la veda está abierta, salir de caza a por otras piezas y es que entre aves de pluma anda el juego.



Arroyo de la Luz es una pequeña ciudad. Todos sus habitantes  caben en un estadio de pueblo pequeño. Su equipo de fútbol, que tiene unos presupuestos de miseria,  ha condenado a la indigencia, venciéndolos, al que dicen, a ti Icue ni se te ocurra, es un equipazo, el Barcelona de la Segunda B, con un presupuesto que sobrepasa en varios millones de euros a la plantilla futbolística arroyana y que representa a toda una Trimilenaria Ciudad, excedente en más de 210.000 habitantes a la ciudad cacereña.

El partido, disputado ayer en ese Cartagonova en el que caben tres pueblos como ese simpático Arroyo de la Luz, me da la sensación que fue un partido de pasatiempo en el que el FC Cartagena, representante, dicen, de la soberanía futbolística del Grupo IV de la Segunda B, fue irrespetuosamente asediado y acorralado. Los arroyanos, jugadores veteranos entusiastas, se acercaron a la ciudad portuaria sin megáfonos, ni  pancartas y se divirtieron burlando cartageneristas, como se divertían los indios del Orinoco, con no menor destreza que los nuestros, hasta hace un mes capeadores, burlando caimanes. 

Dices, querido Icue, que éste, no sé si te refieres al nuestro o al de ellos, es un equipo de fútbol. Tienes razón, ambos lo son. El nuestro iba y va de rico. Ellos vinieron tan de pobre que hasta tuvieron que prescindir del preparador físico por razones económicas. Ellos llevaban dos partidos perdiendo, se han acercado hasta La Rambla, han ganado y se han puesto en posición de  desahogo. El FC Cartagena lleva en crisis un mes y ya me dicen se ha colocado a sus espaldas el cartelito de pobre, de pobre lastimoso y desgraciado. El FC Cartagena, desde el empate con el CD San Roque de Lepe, lo que sucedió en Sevilla y Cai, es un equipo morboso pidiendo compasión y me temo que con denominación de origen.

Icue, yo no quisiera que el Cartagena enfatizase su desgracia, sino explicara sus circunstancias. No quisiera que este equipo, sí, ya sé comanda el grupo, entrara a formar parte de esos equipos marginados y situados por debajo de los puestos que no dan opción a jugar la fase de promoción y que no hacen otra cosa que llorar a lágrima viva. No quisiera Icue que este equipo entrara, racaneando, en el pordioseo. Quisiera que volviese a pintar la banderola cartagenerista en su corazón para que ondease como partidos atrás ondeó. Y, tú Icue, volver a escribir, gritar, vocear y decir ¡OLE! para que nadie haga mención de rescatarlo. ¡Ay, ay, ay!


Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 10/24: ante diem quartum Kalendas Novembres. Nº 262.

http://lamedusapaca.blogspot.com.


Texto La Medusa Paca. Fotos Sportcartagena . Copyright ©

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